El campeón mundial al que daban por parapléjico cuenta su historia en Ibiza

La historia de superación de Jordi Morales, ganador de tres mundiales de tenis de mesa adaptado y con tres medallas en los Juegos Paralímpicos, protagonizó ayer el programa de Deporte Inclusivo Escolar en sa Graduada

Deporte inclusivo en Sa Graduada.

Deporte inclusivo en Sa Graduada. / VICENT MARÍ

Josep Àngel Costa

Poco después de nacer, el pediatra comunicó a los padres de Jordi Morales que su hijo no iba a andar. El historial médico del bebé se estrenaba con la anotación "parapléjico". Su espina bífida parecía destinarlo a una silla de ruedas, pero su familia quiso explorar todas las posibilidades antes de resignarse a ese veredicto. Así que recurrieron a un fisioterapeuta, que estimulaba con masajes la movilidad del tronco inferior del pequeño.

En una de esas visitas, a la espera del turno para su sesión, Morales jugueteaba por el jardín de la consulta. Tenía un año y medio. Como había llovido, los caracoles salieron por la hierba húmeda y la curiosidad le animó a gatear para alcanzarlos. De repente, trató de alzarse y perdió el equilibrio de inmediato. El fisioterapeuta, sorprendido por la escena, se dio cuenta de que aquel niño podía llegar a andar: tenía la fuerza suficiente en las piernas para elevar el tronco. El resto era cuestión de voluntad.

Aquel niño que diagnosticaron como parapléjico es, a sus 38 años, un laureado deportista paralímpico con dos décadas de éxitos en el tenis de mesa. Su historia de superación lo ha convertido en uno de los protagonistas del programa Deporte Inclusivo en la Escuela, organizado por el Consell de Ibiza.

El programa

La jornada ofrece unas sesiones prácticas en las que los escolares se ponen en el papel de las personas con discapacidad visual o con problemas de movilidad jugando a los deportes adaptados para ellos. Pero, antes de salir al patio para estas pruebas, disfrutan de una ponencia que es toda una lección de vida.

Morales no era mucho mayor que los escolares que ahora le escuchan cuando acudió a los Juegos Paralímpicos de Sydney

Unos 90 alumnos de quinto y sexto de Primaria del colegio de Ca Graduada siguen atónitos al coordinador de Deportes del Consell, Toni Suñer, durante la presentación de Morales. Este catalán de Esparraguera ha sido tres veces campeón del mundo de tenis de mesa adaptado, cinco de Europa y ha logrado dos bronces y una plata en los cinco Juegos Paralímpicos que ha disputado. Si nada se tuerce, a finales de agosto acudirá a su quinta cita olímpica en París.

Morales no era mucho mayor que los escolares que ahora le escuchan cuando acudió a los Juegos Paralímpicos de Sydney, con solo 14 años. Se inició en el tenis de mesa a los siete años y ganó sus primeros torneos provinciales siendo el único deportista con discapacidad de entre los competidores.

El ejemplo

Imagen de grupo de los participantes en la jornada de inclusión en el deporte en sa Graduada.

Imagen de grupo de los participantes en la jornada de inclusión en el deporte en sa Graduada. / V. MARÍ

"Yo he venido por el ascensor hasta este aula y vosotros por las escaleras. ¿Esto es inclusión? No, porque nos separa", apunta. Tras un breve debate, los escolares caen en la cuenta de que la solución integradora sería una rampa. De hecho, se comprometen a que, al salir del colegio de camino a sus casas, contarán cuántos pasos de cebra están adaptados y cuántos siguen obstaculizando el paso con un escalón.

La hora de charla pasa volando con la espontaneidad de los niños. Morales quiere que ellos dirijan la sesión con sus preguntas en vez de dar un discurso. ¿Qué medalla le ilusionó más? Cabría imaginar que fue su oro individual en el mundial de 2018, pero sorprende a toda la audiencia con su confesión. "La medalla que más destaco fue un bronce en equipo en un campeonato de Europa, porque lo más importante es la historia que hay detrás", explica. Tres semanas antes de esa prueba, Morales se había despertado en un quirófano.

"Me han operado entre 12 y 15 veces, pero, afortunadamente, ya hace tiempo que no me intervienen"

Debido a la espina bífida, nació con hidrocefalia. "Tenía líquido en la cabeza y, para eliminarlo, me pusieron una válvula de drenaje linfático", explica. Con el paso del tiempo, este sistema empieza a fallar y debe renovarse. "Ese año, no iba bien la válvula. Sufría dolores de cabeza y me llevaron al quirófano para cambiarla". Con tan mala suerte que le provocaron un coágulo de sangre y permaneció varios días ingresado con un tubo de drenaje en la cabeza. "Lo primero que hice al despertar fue preguntar al cirujano si podría ir a jugar al Campeonato de Europa", recuerda.

"Me han operado entre 12 y 15 veces, pero, afortunadamente, ya hace tiempo que no me intervienen" precisa Morales tras otra pregunta. Por ejemplo, debido a la espina bífida, al nacer tenía los pies con la planta mirando hacia dentro, por lo que le tuvieron que cortar varios tendones para que llegara a tener la posibilidad de andar.

La oportunidad

Además, su capacidad de superación le ha facilitado una salida profesional insólita, como asesor financiero, aunque él es licenciado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte.

Uno de sus amigos en el Centro de Alto Rendimiento de Sant Cugat, economista de formación, asumió un cargo de responsabilidad en la compañía Nationale-Nederlanden. Para completar su equipo, buscó deportistas de alto nivel: "Pensó que ya estábamos acostumbrados a superar todas las dificultades que nos encontramos y nos contrató. Hemos acabado siendo el equipo más valorado de la empresa en España", se congratula.

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