El Leganés siguió demostrando que como local es un equipo difícil de batir y que por Butarque pasan gran parte de sus opciones de ascenso tras imponerse a un Alcorcón que encadena nueve derrotas.

Se estrenó en el banquillo visitante Anquela y dio la sensación de que no había necesitado el técnico muchos días para formar un equipo serio, ordenado e intenso que le dificultase la vida al rival.

Fue el Leganés quien fue capaz de adelantarse cuando Rubén Pardo filtró una gran asistencia hacia Sabin Merino para que este, con un potente disparo, diera lustre al primer balón que llegó a sus pies.

Lo difícil estaba ya hecho para los de José Luis Martí, cuya principal misión pasaba por no dejarse sorprender e intentar aumentar la renta en un contraataque o en una acción aislada. En un gol anulado por falta al Alcorcón, terminó de morir el partido.