Toca reponerse con un examen que no permite demasiadas licencias. Tras haber sufrido su primera derrota liguera el domingo contra el Barça, el Iberostar Tenerife regresa hoy a los duelos intersemanales con una cita que entraña más importancia de la que podría parecer. Y es que visita el club lagunero al Dinamo Sassari, uno de los dos teóricos rivales directos por la primera plaza del Grupo A en la Basketball Champions League, competición que con el cambio de formato penaliza seriamente cualquier traspiés. Eso sí, que el conjunto aurinegro venza hoy en Cerdeña y además lo haga dentro de dos semanas cuando reciba al Galatasaray, pondría a los tinerfeños con pie y medio en la fase de octavos.

Más allá de lo deportivo, la de hoy será una nueva prueba a la capacidad de superación de los canaristas, que al margen de tener que saber encajar el tropiezo en el Palau, también podrían verse obligados a redoblar esfuerzos para que su rotación no se resienta. Sin todavía una fecha estimada para el regreso de Santi Yusta, Vidorreta deberá hacer de nuevo malabares ante la posible ausencia de Dani Díez -baja en los últimos encuentros- y la duda de un Aaron Doornekamp, duro como una roca, pero al que un esguince de tobillo sufrido en el Palau le convierten en duda para esta tarde. A ello se suma el condicionante de los cupos, por lo que estarán inscritos en el acta (para alcanzar los cinco obligatorios) tanto el citado Díez como el vinculado Danilo Brnovic. Georgios Bogris -como en los encuentros más recientes- tiene todas las papeletas para ser uno de los descartes.

Ante todas estas limitaciones todo a punta que a Vidorreta no le quedará otra, para salir airoso del envite en tierras italianas, que exprimir las mejores virtudes de los suyos. Unas ventajas que pasan por el dulce momento de juego que atraviesa Gio Shermadini, determinante hasta ahora en ACB y varios escalones por encima de sus pares en el choque de hace 15 días frente al Bakken Bears. Lograr que los dos bases -Huertas y Fitipaldo- no sufran ni con la ya habitual presión a toda pista de los rivales, ni tampoco con las ayudas ya en cancha rival será otro de los aspectos a cuidar por un Iberostar que también necesita de la aportación de sus escoltas tiradores. Y es que tanto Salin como Butterfield apenas lograron situaciones claras de tiro hasta el último cuarto.

Se las ve esta tarde el conjunto lagunero contra un rival empeñado en hacerse un hueco no solo entre la élite del basket italiano sino también en el panorama continental. Así, el cuadro sardo ya ganó la Lega hace seis años, scudetto al que añadió posteriormente dos títulos de Copa, una Supercopa y la consecución de la FIBA Europe Cup 18/19. Los de Gianmarco Pozzecco se caracterizan especialmente por un gran arsenal ofensivo en el exterior, virtud que ejemplifican el base Marco Spissu y el ex del Obradoiro Eimantas Bendzius, que con su mano desde el arco (lleva 16/32 en triples en la Lega) y su capacidad para alternar el tres y el cuatro podría poner en serios apuros a una rotación canarista tal vez mermada en esas posiciones. Será, ante un adversario que promedia 91 puntos en Italia y que le hizo 93 al Galatasaray en la primera jornada de la BCL, un duro examen al sacrificio defensivo de un Iberostar que por ahora viene sacando adelante buena parte de sus encuentros gracias a su brillo en la parcela ofensiva.