Seis temporadas después regresa para quedarse. El Iberostar presentó ayer a Sergio Rodríguez, el que será el segundo tinerfeño -tras Álex López- de su plantilla 20/21. Un viejo conocido que tras formarse y curtirse en varios conjuntos de la LEB Oro y abrirse paso en la ACB en las filas del Bilbao, vuelve a casa. El alero realejero lo hace con ambición y deseo de que su retorno no sea efímero. "Nunca ha sido mi idea el romperlo; he firmado por un año", dijo con rotundidad cuando se le preguntó por las posibles salidas de su contrato a lo largo del curso.

Vuelve Sergio con las ideas claras y "más hecho", al igual que el Canarias, "un club que ha crecido en todos los ámbitos y del que se habla muy bien en toda España, no solo por los resultados". "Vengo a hacer mi trabajo y dar todo lo mejor que tengo para intentar que el equipo gane partidos y siga creciendo", afirmó el exterior isleño, sin importarle lo caros que puedan estar los minutos en la posición de tres. "Es el Canarias el que tiene que luchar contra los otros equipos; todos los jugadores de esta plantilla estamos para ayudarnos unos a otros y aunque en mi posición hay gente de muchísima calidad, no vengo ni mucho menos a luchar contra nadie, sino a hacer mi trabajo", insistió el alero norteño.

En su propósito, un arma, la mejora física "obligada para llegar a la ACB", y que le ayudan en la constante "intensidad" que pone en la cancha, aquella virtud que le han "pedido todos los entrenadores" durante su carrera con el fin de "estar preparado para cuando llegue el momento de participar" y ayudar "en varias facetas". En ese mismo sentido, Rodríguez destacó "el espíritu de lucha" del plantel canarista y también "la polivalencia de varios de poder jugar en varias posiciones", algo que acaba "dando muchas variantes a los técnicos".