El Balonmano Salud protagonizó una ilusionante serie de fichajes durante el período de confinamiento, encaminados a evitar los problemas del debut en la élite, ahora que se apresta a disputar su segunda temporada en la Liga Guerreras. El destino parece haberse cruzado en el camino del representativo del balonmano tinerfeño, que a tres semanas del comienzo de la competición oficial no puede contar con casi la mitad de su plantilla de 21 jugadoras. La fusión con el Balonmano Tenerife le permite tener un filial del que echar mano, pero el núcleo de la primera plantilla está fuera de concurso.

Magda Cazanga y Lara Coello no se han estrenado, aunque podrían estar en el grupo la próxima semana; Aina Fernández y Rebeca López "no juegan para no forzar, por consejo médico" explica Javier Doblado, presidente de la entidad. "Sabíamos que esto podía pasar en una plantilla que lleva sin competir desde febrero, pero no tenemos duda de que hay que hacer caso a los médicos y tener paciencia", asegura. El presidente blanquiazul espera para la próxima semana en la Isla a otra de las lesionadas, esta de larga duración, Leticia Cobo, que "está acabando el proceso de recuperación tras su intervención de ligamento cruzado en una rodilla". A Doblado le preocupa también la situación de la rusa Tatiana Khmyrova, y de las brasileñas Dayane Rocha, Tamires Anselmo, "que no tienen los visados para salir de sus países. Ha habido una demora en la expedición de los documentos, en un caso, y un problema de cierre de fronteras en los otros dos. Tal vez tengamos que resignarnos a empezar sin ellas", lamenta el presidente.