Recupera el honor. El Iberostar Tenerife demostró este lunes tener orgullo propio para sumar su primera victoria de la Fase Final de la Liga ACB y al menos limpiar su tocada imagen en esta cita de Valencia. A pesar de no disponer de Huertas, Shermadini ni White (todos por lesión), la puesta en escena de los isleños fue buena (18-12) un viento a favor que le permitió ganar en confianza de cara al resto del choque. Los aurinegros no bajaron los brazos nunca, ni encajando un parcial de 5-20 para el 29-35, ni viéndose de nuevo abajo ya en la segunda parte con el 39-46. En los instantes finales los de Vidorreta tiraron de experiencia para ser seguros en el tiro libre y llevarse el gato al agua pese a que la Penya lo intentó hasta el suspiro final. Lundberg, autor de 20 puntos, fue el más destacado de los laguneros, estando bien secundado por Díez y Zeisloft en la anotación (15 puntos cada uno) y por Bogris y Guerra cerca de la canasta.

Pese a las bajas de tres de sus titulares, el arranque del Iberostar se acercó algo más a lo que se le puede exigir al cuadro lagunero. Quizá por un deseo de reivindicación o tal vez porque ya no estaba lastrado por el peso de la responsabilidad, lo cierto es que al cuadro lagunero se le vio más fluido e intenso que en los tres partidos anteriores. Cerrando por completo el rebote (con Bogris en su mejor versión), siendo inteligente buscando la espalda de los verdinegros y sumando -pese a varios errores en tiros liberados- desde el exterior (triples de Gielo y Zeisloft) el cuadro canarista llevó la delantera en el electrónico casi desde el inicio (12-7).

La Penya incidió cerca del aro con Stevic (12-11), pero entre una inteligente salida de presión, una circulación pausada (cinco asistencias de López) y los puntos de Gielo yéndose hacia dentro la renta canarista se mantuvo a salvo (18-12). Una ventaja que llegó a ser de nueve puntos gracias a dos acciones -2+1 y triple- de Lundberg (21-12 y 24-15).

Aún así, a los canaristas les costó dar continuidad a su arranque. Kanter le puso más garra que Guerra cerca del aro, a la vez que los triples comenzaron a no entrarle a los de Vidorreta (3/12). Cuando los aurinegros decidieron buscar el 2x2 se toparon con un rival más intenso que colapsó por completo las continuaciones con muchas manos (11 pérdidas al descanso). Pese a que Prepelic estaba bien atado en corto (1/4 en tiros en el intermedio) el bache de los laguneros se hizo aún más profundo ante una dificultad mayúscula para, siquiera, poder poner el balón en juego tras saque de fondo ante la asfixiante presión verdinegra. De esta manera se marchó por el sumidero la notable ventaja del conjunto tinerfeño, que solo fue capaz de anotar cinco puntos en ocho minutos y medio mientras encajaba un parcial de 5-20 (29-35) con un Dimitrijevic casi imparable para Álex López, penado también por el nulo acierto de sus compañeros desde el perímetro: siete fallas seguidos para un 3/16 tras los dos primeros cuartos. El -2 de valoración global en el segundo cuarto lo dice todo.

No fueron mejores las sensaciones aurinegras a la vuelta de vestuarios, básicamente porque los isleños eran incapaces para dar con la fórmula que le permitiera salir de la presión a toda pista de un rival que además mostraba muchas más piernas para penetrar en el 1x1 (31-39). Lundberg salió al rescate con cinco puntos (más un triple de Zeisloft) para empatar el duelo (39-39), pero fue el propio danés el que encadenó varios errores que permitieron correr ante un pobre balance defensivo (39-46).

El escenario invitaba a una bajada de brazos del Iberostar, de nuevo sobrepasado por su adversario. Pero Lundberg quiso reivindicarse y lideró una especie de canto de cisne en el que se ayudó de varias acciones interiores de Guerra y de cinco puntos de Dani Díez (55-50, 30'). Todo gracias a buenas acciones defensivas colectivas en las que Konate hacía un buen trabajo sucio para anular a Prepelic. Llegó a disponer incluso de una renta de ocho puntos el equipo tinerfeño (59-51), renta que pudo aumentar de no ser por varios errores liberados desde el 6,75.

La Penya no desaprovechó el regalo y no solo se agarró al choque poco a poco, no solo para equilibrarlo (59-59, 34') sino incluso para ponerse en franquicia tras cuatro tiros libres (62-63). Tampoco se desesperó ahí el Canarias, que pese a desaprovechar algunas situaciones francas, supo mantener la calma y revertir la situación (66-63 a 2'47"). Un triple de Díez (69-64) fue casi la sentencia, sobre todo porque el Joventut se descentró -una parcela en la que Prepelic sí marcó diferencias- y fue castigado con un varias técnicas- y el Iberostar sacó tajada desde el tiro libre (81-72) con 13 aciertos seguidos. Aún así, el Joventut apretó y puso en apuros a los tinerfeños hasta el 82-80 final. El jueves, contra el Barça, queda por confirmar la recuperación.