Cinco o a lo sumo seis días fuera, pero nunca 20. Ha convivido estos últimos años el Iberostar Tenerife con dobles desplazamientos para hacer frente a sus compromisos de la Liga ACB y a la vez con sus duelos de la Basketball Champions League. Ahora la excursión es aún mayor. Con un solo vuelo de ida y otro de vuelta, y con unas maletas cargadas de ilusión pero en las que no hay hueco para la presión. Pero un viaje de al menos 16 días. El que emplearán los aurinegros para adaptarse a Valencia y disputar luego los cinco partidos de la fase en la que se decidirá el título liguero. En la mayoría de los casos a los jugadores les parecería una eternidad, pero en esta ocasión seguro que les sabrá a poco.

Y es que los 15 baloncestistas canaristas (los 14 profesionales disponibles más el vinculado Alberto Cabrera) que hoy, a las 16:30 horas, se suban al chárter fletado por la ACB para volar hasta el Aeropuerto de Manises, firmarían con los ojos cerrados no regresar a Tenerife hasta dentro de tres semanas. Exactamente el 1 de julio. Significaría que el cuadro de Txus Vidorreta se habría metido, como mínimo, en la final de una ACB 19/20 diferente. Una cita sin apenas margen de error pero con el aliciente de que encadenar varios buenos encuentros catapultaría a los aurinegros hasta algo sin precedentes.

El plantel lagunero se ejercitó ayer por última vez antes del desplazamiento de esta tarde, que tendrá escala en Gran Canaria ya que su vuelo será compartido con el Herbalife. Está estimado que los dos clubes canarios no lleguen a territorio mediterráneo hasta las 10 de la noche, por lo que no será hasta mañana cuando realicen la primera toma de contacto con las canchas de entrenamiento de L'Alquería. Será su hábitat principal -y el de los otros 11 equipos participantes, que también llegarán hoy a Valencia- durante cinco días. Los que le restarían hasta su debut, previsto para el miércoles 17 (17:30 horas) contra el Unicaja. Se ha decidido no jugar amistosos de rodaje.