Este será su tercer año en la Isla. ¿Qué le llevó a renovar por la UD Granadilla Tenerife?

La verdad que ya considero Tenerife como mi segunda casa. Siempre digo que tenemos la mejor afición de Primera y me encanta el día a día y la calidad de vida que tengo en la Isla. La directiva siempre ha sido muy buena conmigo y se ha comportado de forma honesta, por lo que solo puedo agradecerles el trato recibido. Creo en el proyecto de futuro que tiene el club, por lo que las condiciones eran muy favorables. No pienso que mi tiempo y mi trabajo con el UDG ya estaban completos; aún tengo sed de jugar en Tenerife y dejar mi sello en el equipo. Estoy contenta con mis compañeras, y sé que a la directiva y al míster le gustaría mantener el buen grupo que tenemos. Y eso también es importante para mí a la hora de competir en Primera.

¿Era partidaria de que la liga hubiera vuelto para jugar las jornadas restantes?

Claro que sí. Al principio no pasaba por mi cabeza que la liga se iba a cancelar, pero también he entendido el por qué lo ha hecho. La salud y nuestro bienestar es lo más importante, aunque es complicado comprender que en el fútbol masculino haya ocurrido una cosa y en el femenino, otra. Eso demuestra que no tenemos la infraestructura ni la inversión financiera para que se nos equipare. Eso nos enseña todo lo que falta por conseguir y que tenemos mucho que luchar por nuestro crecimiento y la equidad.

En sus dos primeros años la tónica predominante del club fueron los continuos cambios de técnico. ¿Cree que con Francis Díaz lograrán esa estabilidad?

Por supuesto. Pienso que con él podemos encontrar esa estabilidad que necesitamos. Hemos tenido muchos cambios, y eso no es positivo para un equipo; incluso creo que nuestra reacción ante tantos cambios fue bastante buena, porque todo pudo haber sido mucho peor. Creo que es mérito nuestro. A Francis lo veo como el míster ideal para darnos ese equilibrio y que el grupo se mantenga unido, con entrega y ambición. Me encanta el modo de trabajar del míster y me siento superpositiva para la próxima temporada.

Una de las consecuencias del covid-19 ha sido el aplazamiento de los Juegos Olímpicos, una cita que a usted le hacía especial ilusión. ¿Se ve disputándolos en 2021 con Brasil?

Me sentía preparada para competir, sí. Era uno de mis objetivos, pero no puedo estar triste ni enfadada por su aplazamiento porque creo que fue la decisión correcta para todos. La suspensión la veo de una manera positiva y me lo tomo como que tengo un año más para entrenar y prepararme con el propósito de llegar en mi mejor forma.

¿Qué se ha encontrado a su vuelta a Brasil?

Regresé después de mucho tiempo sin haber venido, porque el año pasado no pude hacerlo por causa del Mundial. Al principio tuve que hacer cuarentena y no pude ir a visitar a mi familia. Después de 15 días ya pude visitar a mis abuelos y a mis tíos, y eso fue espectacular para mí porque hacía mucho tiempo que estaba lejos de mi casa. Brasil es un país muy grande, y aunque en mi ciudad las cosas están más tranquilas y las personas están siguiendo el confinamiento y tomando precauciones, en otros lugares la situación es muy crítica. Es algo muy triste para mí porque estamos hablando de vidas, y el no tomar en serio las medidas puede causar daños irreparables.

Muchos sectores en España critican la gestión de esta crisis de Pedro Sánchez, pero ahí en Brasil el modo de proceder de Jail Bolsonaro ha sido aún más controvertido. ¿Qué opina?

Ahora, desde lejos, observando la situación de España, vemos que ahí se ha hecho muy bien, y que se empiezan a notar los resultados. En estos meses siempre he dicho que no me gustaría estar en la piel de la persona que deba tomar las decisiones respecto al virus. Es algo sin precedentes y de lo que apenas entendemos; las posibilidades de elegir una opción errónea son muy grandes, nunca se ha vivido algo así. Creo que Brasil debe mirar otros países que ya lidiaron antes con este problema para aprender de los errores y de los éxitos.