La totalidad de clubes que deben afrontar esta inminente reordenación de fechas se encontrarán ante la obligación de negociar con los jugadores que terminan contrato el 30 de junio su disponibilidad para julio. Eso es lo que debe hacer Juan Carlos Cordero en el CD Tenerife, un trabajo que ya ha adelantado, por ejemplo, el Real Oviedo, otro de los conjuntos de Segunda que, como el cuadro chicharrero, trata de huir de los puestos de descenso. Así, y según publica La Nueva España, su director deportivo Francesc Arnau, ya tiene el visto bueno de la mayoría de los nueve profesionales que se encuentran en esta situación dentro de su plantilla.