Acostumbrado a dedicarle muchas horas en el restaurante que regenta en su San Sebastián de La Gomera natal y a partir, a la menor posibilidad, en busca de kilómetros para devorar en la abrupta orografía colombina, Cristofer Clemente (1985) vive el confinamiento "intentando tener paciencia".

El doble subcampeón del mundo de trail entiende que la crisis por la Covid-19 "va para largo. Estoy pasando los días porque no puedo trabajar: el restaurante está completamente parado y la actividad deportiva tampoco requiere tener una preparación muy exhaustiva porque se están cayendo todas las citas. Me estoy manteniendo. Hago bicicleta estática, algo de ejercicios de fuerza y poco más".

Superada una lesión en los calcáneos que le ha impedido debutar en 2020, el gomero "tenía ilusión" de ponerse "los primeros dorsales en el mes de junio". Ante la catarata de suspensiones y aplazamientos, "ya no me quiero obsesionar, sino que esto pase. No creo que nadie pueda garantizar que en septiembre se pueda organizar ningún evento multitudinario. Estos días estaba ilusionado con la preparación de mi primera carrera, que iba a ser la Tenerife Bluetrail. Al cancelarse el evento, he bajado un poco los brazos. Fue un jarro de agua fría. Estoy un poco desmotivado".

Volver a coger forma

El parón -llevaba dos semanas con una importante carga de entrenamientos hasta la declaración del estado de alarma por parte del Gobierno español- conllevará un relevante periodo para volver a coger la forma. Cifra en "fácilmente dos meses" la "adaptación para tener la base e ir asimilando buenos entrenos. Muscularmente, será difícil". Ahora mismo, "no estoy trabajando los grupos que estoy acostumbrado".

Clemente indica que correr por la montaña "se echa muchísimo de menos. Esto te hace reflexionar sobre lo que cuenta la libertad en el día a día. La mía era hacer 15, 20, 30 o 40 kilómetros, ya fuera de mañana o de tarde. Es un deporte en el que estás en contacto con la naturaleza. Aunque vayamos un poco rápido, se disfruta del entorno, de los amaneceres, atardeceres? Que te quiten todo eso es como sentirte un poco privado de libertad".

Cuestionado a colación de la polémica existente sobre si los deportistas profesionales, como es su caso, deberían poder salir de casa para ejercitarse, Cristofer es tajante. "A día de hoy veo muy arriesgado el exponernos a salir porque de momento los casos no paran de sumar. Los deportistas son personas más sanas o preparadas, pero también van a tener el sistema inmune más agotado. Creo que puede ser un arma de doble filo. Vivimos en un país en el que está costando mucho el confinamiento, como para decir que hay libertad para los deportistas? Es duro y nos va a perjudicar para volver, pero al final es un tema de salud. Las montañas van a seguir ahí. Lo importante es estar bien. Si no hay competiciones en 2020, pues las habrá en 2021".

Hace un decenio, Clemente pesaba entre 80 y 90 kilos. Abusaba de las comidas calóricas y azucaradas, además de no hacer nada de deporte. Incluso tuvo un toque de atención médico. Desde ese momento, cambió radicalmente su forma de vida. El isleño entiende el plus de dificultad que la actual situación representa para la población sedentaria. "A día de hoy, tengo la suerte de tener una mente deportista". Con todo, "cuesta hacer actividad en casa. Lo normal es que los sedentarios se tiren más al sillón, que coman más a deshoras? Un estudio que he leído estos días cree que personas normales podían llegar a coger hasta cinco kilos de más por la cuarentena".

Por todo ello, declara que "hay que intentar mentalizarse en aprovechar la primera hora del día. Con 20 o 30 minutos que se haga en ayunas es un buen calentón que se le da al cuerpo para oxigenarlo y tener más vitalidad. Hay que obligarse a levantarse, poner música, hacer sentadillas, abdominales, lumbares o algún trote si se tiene algún pasillo con algo de distancia. Está demostrado que el deporte da felicidad y salud".