El funcionamiento del VAR ya ha dejado dudas en el Tenerife en ocasiones anteriores y en jugadas distintas a las manos. En la primera jornada, Bermejo hizo una falta que al ser revisada acabó siendo penalti. La acción se produjo en el límite del área y, ni siquiera viendo varias repeticiones, se aclaró. En la visita a Girona, en la jornada 15, el equipo todavía dirigido por Aritz López Garai se quejó de la facilidad con la que fue expulsado Aitor Sanz y, sobre todo, de un penalti de Sipcic por derribo a Stuani en el que el uruguayo puso mucho de su parte para irse al suelo. Pero la acción que ha quedado marcada en el tinerfeñismo se produjo cinco semanas después cuando Borja Lasso fue cazado por el ucraniano Miakusho en el inicio del Tenerife-Alcorcón. La entrada era de tarjeta roja, pero el colegiado no le dio esa trascendencia. Le enseñó la amarilla mientras el andaluz se despedía del curso.