El limitado margen salarial con que cuenta el Tenerife en estos momentos condiciona operaciones como la llegada de Joselu Moreno, pese a la buena predisposición de las tres partes. El Real Oviedo, que ve con buenos ojos la salida, insiste en no compartir la ficha. Pretende, como es lógico, que el club insular abone la totalidad del dinero a percibir por el delantero entre enero y junio. En las negociaciones, Víctor Moreno intenta rebajar esa cantidad en la medida de lo posible.

Pero hay otro escollo. La intención inicial de los carbayones era incluir una cláusula obligatoria en la cesión para que, en función de determinados objetivos, el Tenerife tuviera que quedarse con el atacante de Cartaya después del 30 de junio. Esa obligación no gusta en las oficinas del Heliodoro Rodríguez López, donde prefieren convertir en una opción voluntaria esa continuidad. Lógicamente, con un coste pactado entre los dos clubes. Dos cuestiones a resolver mientras otros equipos se interesan por el delantero y tratan de presionar al club del Principado.

Joselu es del gusto de Baraja, que entiende que en la idea de juego que está implantando puede encajar perfectamente por el trabajo que aporta cuando su equipo no tiene el balón, así como las opciones distintas que ofrece cuando le toca atacar.

No obstante, hay alguna alternativa más en el mercado que podría resultar interesante. Eso sí, de un nivel inferior o de unas características distintas. Además, Moreno tiene controladas otras dos que podrían abrirse en cuanto avance el mercado de invierno y se aproxime el final del plazo de inscripción. El gran problema es que, en esos días, otro club con mayor margen para fichar estaría en una mejor disposición para convencer a esos futbolistas que entren en el periodo de rebajas en situación de disponibles.