Con el tropiezo en la visita al Nizhny Novgorod computado como un simple resbalón -algo refrendado el sábado con una notable victoria en su visita al Andorra-, el Iberostar Tenerife regresa hoy a la Basketball Champions League con la intención de volver a sumar un triunfo para consolidar su liderato en el Grupo C, abiertamente declarado por el club aurinegro como primer objetivo a alcanzar en esta cuarta participación europea consecutiva. Recibe esta tarde el cuadro lagunero a un Mornar Bar que, a tenor de la nómina de su plantilla, no ofreció lo esperado en el primer tramo de esta fase de grupos (seis derrotas seguidas), pero que parece haber cogido carrerilla en sus últimas apariciones, tanto continentales como en la ABA Liga, hasta el punto de plantarse en el Santiago Martín tras haber sumado cuatro victorias consecutivas. Así, los de Mihailo Pavicevic tratarán de apurar las que podrían ser sus últimas opciones de concluir la fase de grupos entre las cuatro primeras plazas, las que dan derecho a meterse en octavos de final.

Jacob Pullen, con casi 15 tiros por encuentro y sexto máximo anotador de la competición con 19,1 puntos de media, es el líder de un conjunto montenegrino que cuenta con una batería exterior de pocos centímetros (Needham, Vranjes, Waller y Raley Ross apenas alcanzan el 1,90), pero a la vez con presencia bajo el aro. Y es que a la versatilidad de Bjelica se unen los centímetros de Lukovic y un Begic que ya puso en ciertos apuros a Shermadini en algunos momentos del duelo disputado en Bar.

Al margen de la tendencia alcista de su adversario, deberá lidiar el Iberostar esta tarde con el desgaste que le puede haber supuesto su minigira ruso-andorrana de seis días y el apenas tener tiempo para preparar el duelo de hoy. Una exigencia que, eso sí, no resulta novedosa para los de Vidorreta, que si esta tarde se acercan a las prestaciones mostradas frente al Andorra, deberían tener muy allanado el camino hacia su octava victoria continental. El escenario, pues, debería ser propicio para la participación de jugadores menos habituales (para poder dar descanso a los que más minutos acumulan, caso de Huertas, Shermadini y Díez, todos ellos con una media de más de 24 minutos), además de terminar de integrar en la dinámica del equipo al griego Georgios Bogris, muy consistente bajo el aro propio en su debut, pero en cambio algo despistado y sin puntería en la parcela ofensiva. "Es un equipo muy duro y con buenos jugadores, a los que ya sufrimos en su cancha", resalta Santi Yusta sobre el Mornar, que considera necesario "salir concentrados, sobre todo en defensa y yendo al rebote, porque eso te permitirá luego estar mejor en ataque".