Su enésimo choque irregular, otro arranque deficiente (11-2), un regreso de vestuarios para olvidar (26-11), numerosos problemas para hacerse fuerte con su rebote (17 capturas ofensivas de las zamoranas), y la incapacidad de cerrar el partido cuando lo tenía casi atado (68-74 a menos de dos minutos del final tras un 7-20). Pero a fin de cuentas, una nueva victoria -la séptima- para el Ciudad de La Laguna Tenerife. Así se puede resumir el triunfo de las moradas en su visita al colista Zamarat y que da a las de Claudio García su pase virtual para la Copa de la Reina a tres jornadas (su balance es 7-3) para el término de la primera vuelta.

Las de Aguere arrancaron dormidas, pero sobre todo superadas en el juego interior, donde Urbaniak anotaba sin parar y además ponía en dos faltas a Laura Herrera (11-2). La entrada en cancha de Montenegro dio más estabilidad debajo del aro a las isleñas, que comenzaron a correr lideradas por Weaver y Atkinson, a las que se unió María Bettencourt (16-22, 11'). El Zamarat volvió a respirar metiendo balones dentro y encontrando fáciles penetraciones (22-22), pero el Clarinos insistió a la carrera con las mismas protagonistas que en los minutos previos (26-36). La actividad defensiva de Charles (dos robos) y un triple de Bettencourt llevaron la renta por encima de la decena (31-43) poco antes del descanso.

Otro mal inicio al regreso de vestuarios, con técnica a Claudio García incluida, dio alas a las locales (38-43), que pese a un 0-6 morado (38-49) fueron arañando su desventaja hasta ponerse primero en franquicia (53-52) y luego alargar su renta al 61-54 (31'), en un estirón liderado por McPhee y Jespersen y que llegó a ser de 23-5.

Después de estar peleado con su tiro exterior, Bettencourt cortó la sangría, punto de inflexión que espoleó a la Atkinson más vertical, a la vez que Moss sumó en acciones puntuales de gran valor (63-66) y Herrera se mostró solvente bajo el aro (68-74, 38'). Pero el Clarinos no supo matar el choque y vio como su rival forzaba la prórroga (74-74).

En el tiempo extra las laguneras tuvieron que lidiar con otra floja puesta en escena (78-74) pero Weaver y Moss equilibraron la balanza (83-83) e incluso Bettencourt anotó dos libres (85-85) que no resultaron definitivos porque las de Claudio García se empeñaron en dar vida a su adversario con su displicencia en el rebote.

Ya en la segunda prórroga, la situación fue aún más delicada (90-85 a 2'37"), pero entre Atkinson y los triples de Moss y Montenegro el Clarinos vio la luz al final del túnel (91-94). Con Herrera y Monty eliminadas, tuvo que salir, con 23 segundos por jugar, Pierre Louis, inédita hasta ese momento. Coja por un esguince tobillo, la haitiana cogió dos rebotes claves y asistió para que Atkinson pusiera la puntilla (91-96) a un triunfo de infarto y desesperación que bien vale, eso sí, una Copa.