Campitos y Chimbesque se ven las caras esta noche -21:00 horas- en el Terrero Pancho Suárez. No se trata de una contienda más de la Liga Cabildo de Tenerife de Primera, dado que el puntal A Marcos Ledesma -21/03/1986, Valle de Guerra, La Laguna- se mide a una escuadra sanmiguelera en la que permaneció dos cursos y de la que no partió de la mejor manera.

¿Cómo valora el comienzo liguero su equipo?

No hemos estado bien, aunque estamos entrenando con mucha ilusión y ganas. Hemos tenido un poco de mala suerte. Miguel Pérez -puntal C- lleva tres semanas prácticamente sin poder entrenar. Mario -Hernández, destacado A- y yo no estamos rayando al nivel que se espera. Probablemente, por una presión que nosotros mismos nos estamos infligiendo. Queremos hacer las cosas bien, ganar luchas y estar arriba. El equipo no estaba acostumbrado a tener ese cartel -de favorito-. Ahora, lo tenemos y se nota en las gradas. Si no estás a la altura, también genera desilusión. Desde que seamos capaces de ganar una lucha cambiaremos la dinámica.

Respecto a su estado de forma, ¿faltó llevar a cabo más encuentros de pretemporada?

Hicimos dos y nos sirvieron para rodarnos. En mis últimos años, a lo mejor me está costando más en el arranque. O el esfuerzo me va pasando factura por la edad que tengo. Entreno a un nivel muy alto y quizás mi cuerpo tarda en coger el estado de forma óptimo. No lo utilizo como excusa, pero tengo 33 años y llevo prácticamente 17 de puntal. Eso también se nota y me ha gastado. No tanto psicológicamente, que también, sino físicamente. Tengo dolores: las rodillas están rozando un límite importante, estoy padeciendo un dolor en el cuello desde el año pasado, que se me tira para el brazo y prácticamente estoy luchando sin el izquierdo. Ni siquiera sé por lo que es. Quizás, mis 33 años no los son los mismos que los 33 de gente que ha empezado a ser puntal con 25 o 26.

¿Cuántos años más se ve al nivel de liderar equipos?

Mientras me vea bien y que dé el nivel que tenga que dar, pues estaré. Si veo que no puedo, ya porque mi cabeza no acompañe o mi cuerpo tampoco lo haga, me plantearé seriamente terminar mi carrera. Ahora mismo, no tengo una fecha, pero sí un propósito: retirarme como puntal A y sin perder el nivel que tengo.

Volviendo a la competición, cuentan con un punto y quedan 11 jornadas. ¿Queda tiempo para alcanzar los dos primeros puestos que dan acceso a la final?

Claro. La primera vuelta de la primera Liga que luché con el Chimbesque perdimos bastantes luchas, pero hicimos una segunda espectacular y terminamos segundos, a un punto del campeón. Sabemos que el Tegueste tiene un bloque más compacto. Fabián -Rocha-, uno de los puntales más en forma, está acompañado por Mahamadou Camara, capaz de tirar a cualquier puntal. Todos los demás conjuntos vamos a perder y a ganar. Empatamos la primera lucha con el Ravelo -Esperanza- y luego nos ha tocado dos de los gallos más difíciles -Guamasa y el propio Tegueste-. Los próximos rivales que vienen no son fáciles, pero sí que te obligan a puntuar.

¿Le está sorprendiendo algo del inicio de Liga?

La igualdad. No hay una lucha que sepas quién va a ganar y eso es lo bonito. Se ha acertado al volver a incluir a los puntales C junto a los A. Se gana en equipo, en espectáculo y en formas de ganar la lucha.

El otro día se le vio muy cabreado en el final de la contienda frente al Guamasa. Se quejó mucho del arbitraje y del peso.

Mi cabreo es generalizado con la lucha canaria, con la falta de seriedad que tenemos en este deporte. Seguimos estancados. Cualquier cambio que se quiera hacer es megadifícil y después se aprueban cosas como la ley del peso que es casi imposible de controlar. Excepto el nuestro, ningún deporte que se rija por el peso va en relación con la altura. Aquí permitimos que un luchador aparte de ser más alto pueda pesar más. No tiene sentido a la hora de igualar a un rival con otro. Con lo fácil que sería haber puesto un peso único -tope-, ya fuera 140, 145 o 150 kilos; y que todos se pesaran y dieran un peso previo a la luchada.

¿Eso no se podría hacer con las actuales normas?

Se podría, pero sería muy complejo. Imagínese el trabajo del árbitro de estar midiendo las ropas de lucha y encima estar pendientes de mirar el peso, en función de su altura, uno por uno. En cualquier deporte en el que se controle el peso, la gente compite una vez al mes o cada tres. Los luchadores no profesionales tenemos que estar pendientes toda nuestra vida de estar todas las semanas en un peso exacto, sin poder pasarte un kilo. Yo sufro mucho, pero también lo hago por ser justo con el resto de compañeros. Se cogió una idea -tabla de pesos- y nadie pensó qué consecuencias iba a traer eso, de qué forma se iba a controlar? Se le puede dar un cambio a esto, pero hoy en día los luchadores no tenemos ni voz ni voto. Somos marionetas. En la lucha todo funciona a niveles egoístas: los luchadores, los equipos, las federaciones, los árbitros?

Hoy se mide al Chimbesque. ¿Hay connotaciones especiales?

Sí. Tengo un poco de pena porque estaba muy a gusto allí.

¿Salió mal?

Sí, pero ya lo tengo superado. A lo mejor me hicieron un favor. Ahora estoy en el Campitos, un equipo en el que siempre quise militar. Es un equipo que merece que las cosas salgan bien.

¿Por qué se dio esta salida?

No quisieron contar conmigo. Prefirieron cambiar de puntal.

Uno de los puntales que sonaron mucho para sucederle fue su hermano Eusebio Ledesma. ¿No se concretó el fichaje porque hay un acuerdo tácito entre ustedes de no bregar en la misma Isla?

Es una intención nuestra porque sabemos que estando en diferentes islas la probabilidad de que nos enfrentemos es mucho menor. Ya que no podemos luchar juntos -ambos son puntales A-, la siguiente opción es compitamos en una isla diferente y los enfrentamientos, en vez de ser ocho o 10 al año, sean dos o ninguno. El Chimbesque me quería cambiar a mí por mi hermano y no lo vimos ético. Es respetable.

¿Por qué no acudirá a Corea del Sur, donde ya ganó el Campeonato Ssireum para extranjeros?

Porque mi mentalidad es ganadora. Ahora mismo no estoy bien para competir. Estoy pasando un problema difícil con el cuello y con el brazo. No puedo responder bien y prefiero usar esa semana para intentar recuperarme. Me da muchísima pena. Tengo a amigos coreanos preguntándome si voy a ir. No entienden que no vaya, pero se lo intento explicar en inglés. Estoy muy contento de que pueda ir Isael -Rodríguez- en mi lugar. Ojalá lo puedan hacer muy bien. Ya habrá otras oportunidades.

Apenado por el Rosario

Cuestionado por la ausencia del Rosario de Valle de Guerra en las competiciones sénior, Ledesma afirmó que "la situación da un poco de pena. Es algo que venía intuyéndose hace muchos años. Por suerte, hay gente que está trabajando para empezar a construir de nuevo los cimientos. Tarde o temprano, volverá a estar arriba con un equipo sénior. La afición siempre va a estar. Mis mejores años se los di al Rosario. Muchos de los títulos que he ganado fueron en mi pueblo". Marcos apunta al vivero vallero como una de las razones. "La cantera se descuidó. La escuela funcionó bien, pero ese salto al equipo sénior no ha estado tan bien mimado. El equipo se interesó más por competir en Primera y ganar títulos, y se olvidó un poco de su esencia. Muchas veces, el Rosario no era un equipo ganador, pero siempre presumía de la mejor cantera de Canarias. Esos valores cambiaron. Fue el que lo llevó a casi desaparecer".

Otras dos en Primera

Amén del duelo del Pancho Suárez, esta noche acontecen otras dos contiendas de la cuarta jornada de la Liga Cabildo de Tenerife de Primera. A saber, la pugna del liderato en el Guamasa-Tegueste (Terrero Santa Rosa de Lima) y Ravelo Esperanza-Chimisay (Municipal de Ravelo). Mañana, Unión Gáldar-Tijarafe Guanche. En Segunda, la jornada se celebra mañana: Brisas del Teide-Llano del Moro (Benildo Frías), Victoria-Arona (Municipal) y Universidad-Benchomo (Central). En la Segunda palmera, hoy es el turno para el Aridane-Candelaria (Camilo León). Mañana, Tedote-Tazacorte (Santiago García).