Laboriosa, pero finalmente cómoda victoria del Iberostar Tenerife en su estreno de este curso en la Champions. Prácticamente por delante en el marcador los 40 minutos, amagando en varias ocasiones con romper el choque (58-41), demostrando tener más recursos que su oponente y con un Shermadini en plan estelar, el cuadro lagunero tuvo que ser paciente para acabar doblegando al Nizhny Novgorod. Y es que el ruso fue un rival voluntarioso y por momentos logró descolocar a los aurinegros jugando sin un cinco nato. Pero como tres días antes contra el Obradoiro, los laguneros fueron pacientes para acabar despegándose para arrancar con buen pie su andadura continental.

Situó de entrada Vidorreta a Suárez sobre Alec Brown para que Shermadini no sufriera con la muñeca del estadounidense. Y surtió efecto la táctica, ya que el balear se pegó como una lapa al cinco del Nizhny hasta el punto de que no hizo un solo tiro en el primer cuarto. En el otro lado de la moneda, Gio sufrió por momentos para frenar la movilidad de Willis, pero en el otro aro se hizo tan grande que él solo empezó a desequilibrar el choque tras un intercambio inicial de triples (10-10) y de que el Canarias diera con las revoluciones adecuadas.

Gio ofreció un clínic de lo que debe hacer un buen cinco. Posteó, palmeó, jugó la continuación, asistió y también corrió por la calle central para sumar sin parar (11 puntos). Primero ante Brown y luego también frente al leñador Vinnik. Así, y sustentado igualmente en la capacidad de aguante de Singler en el 1x1 defensivo, los aurinegros abrieron brecha (22-12).

Percatándose de la manifiesta inferioridad de los suyos en el interior, Zoran Lukic trató de cambiar la dinámica del encuentro jugando sin un pívot nato. Envite aceptado por Vidorreta. La táctica le funcionó de entrada a los rusos (24-21, 12' tras un 0-7, y luego 28-26), más móviles para circular el balón, y con piernas para presionar la salida canarista. Equilibraron los locales la situación (al menos para meter el duelo en un intercambio de canastas) gracias a la actividad de Díez y -sobre todo- Atkins en los dos lados de la pista (34-28, 15').

Pero al Canarias se le había trabado el partido. Ni Lundberg ni López supieron dar la frescura necesaria en ataque, mientras que en defensa los isleños sufrían con las continuaciones de Willis y las segundas oportunidades de los rusos (siete rebotes ofensivos en 20 minutos), que también parecían más cómodos (34-33) dentro de otro acelerón sin cabeza en el que se metieron ambos conjuntos: 10 pérdidas cada uno al descanso. Los de Vidorreta sufrieron con varios desaciertos encadenados de Shermadini y solo un triple de Huertas (37-33) abortó el serio intento visitante de irse en franquicia al intermedio.

No pudo tener mejor puesta en escena el Iberostar al regreso de los vestuarios. No solo para sacudirse las dudas de los minutos anteriores, sino incluso para darle casi carpetazo al choque en un abrir y cerrar de ojos. Un par de buenas defensas y tres triples seguidos dejaron descolocado al Nizhny en apenas dos minutos (46-34), antes de recibir varias cachetadas más a la vuelta del tiempo muerto de su técnico. Y es que Shermadini aprovechó la insistencia rusa de jugar sin cinco puro, produciendo como si fuera una máquina de churros: 10 puntos en menos de 3'30" para un 58-41 que parecía definitivo.

Sin embargo, el Nizhny volvió a sacar de punto a los locales y recurrió a su tiro exterior (4/7 en el tercer acto) para asomar la cabeza y agarrarse al choque (60-54 tras el enésimo rebote ofensivo de los visitantes). Como justo antes del descanso, esta vez con Lundberg, un triple dio aire a los tinerfeños (63-54, 30'). Ya en el último acto, y con los visitantes (apenas sin interiores) tratando de desnortar el duelo a base de anárquía, al Iberostar le bastó con muy poco para aplacar cualquier susto. Un mate a la carrera de Lundberg o un 2+1 de un abusador Shermadini dispararon definitivamente a los isleños (70-54, 35'), que se permitieron un epílogo de choque sin mayores sobresaltos.