El ensayo general de la pretemporada dejó luces y sombras en el Tenerife. Luces como la identidad de juego, definida y creciente en su interpretación durante este periodo de preparación, o la capacidad para generar ocasiones de gol. Sombras como lo poco que le hizo falta a un Real Madrid Castilla por hacer para perforar en dos ocasiones la meta tinerfeñista.

Presentó Aritz López Garai un once repleto de fichajes, hasta seis, y los que se acercaron al Heliodoro o presenciaron el encuentro a través de la televisión pudieron analizar sus prestaciones. Al menos como avance de los partidos de verdad, los de competición que arrancan el próximo sábado. También la distribución sobre el terreno de juego, con el nuevo 4-3-3 y ese ánimo de morder en campo contrario del que obtuvo fruto muy pronto.

Porque a los tres minutos ya ganaban los locales. Un error de Altube en el despeje dejó en bandeja el balón a Dani Gómez, que ni perdonó ante la portería contraria ni celebró el botín. Señal del respeto al que fuera su equipo hasta hace dos meses. O eso dicen los del fútbol moderno.

Con el marcador a favor y un rival demasiado imberbe enfrente, la escuadra blanquiazul llevó el partido a su terreno. Pronto agrandó su ventaja en un despiste de Manu, que se quedó rezagado cuando salió la línea defensiva. El gol fue de Dani Gómez de nuevo, que resolvió bien desde dentro del área tras una buena asistencia de Suso (27').

El filial blanco nunca inquietó a Ortolá más allá de un par de acciones a balón parado. En la primera, de hecho, acortó distancias el espigado Pedro (30'). Mazan no cerró bien al nueve merengue y la estirada de Ortolá resultó inútil.

El balón fue casi siempre blanquiazul, pero de las pocas veces en las que debió replegarse supo hasta salir con peligro al contragolpe. Álex Bermejo cabalgó en una de ellas para poner un buen balón en profundidad a Dani Gómez, que no pudo firmar el hat trick (36').

El descanso supuso un respiro cuando languidecía el ritmo de juego de un amistoso demasiado amistoso. Raúl González cambió toda su defensa para el segundo acto, retrasó a Fidalgo y dio entrada a Baeza. Sin Rodrygo ni Kubo, el Castilla no asustaba. De ello se aprovechó nada más reanudarse el partido el Tenerife. Luis Pérez asistió a Milla, que aumentó la ventaja local. Recibió entonces el enésimo aplauso de la noche porque la afición tinerfeñista le agradeció en cada córner o acción similar que siga vistiendo la camiseta blanquiazul.

López Garai también hizo cambios. La portería y los laterales, donde no está claro quiénes tienen la plaza de titular, y la mediapunta, en la que Lasso y Bermejo pugnan por una plaza, fueron los elegidos.

Con los cambios, que luego se incrementaron al cuarto de hora de la segunda parte, bajó el ritmo de juego. Un clásico de pretemporada. Aún así, Isma López remató al poste (71') y el filial blanco pudo igualar (84').