Querer y no poder. En medio de esa sensación se vio ayer el Iberostar Tenerife durante muchos minutos en su duelo contra el Unicaja, un encuentro que finalmente se le escapó a los de Vidorreta, a remolque de su rival desde el minuto 18 (31-38) y sin los argumentos suficientes para revertir la delicada situación a la que le empujó el conjunto andaluz. Pese al buen arranque (21-15), los laguneros no fueron capaces de encontrar la continuidad necesaria delante, mientras que atrás vieron como los de Casimiro les castigaban especialmente desde el arco. Primero para tomar la delantera y más tarde, pese a que los locales no hincaron nunca la rodilla, para sentenciar el choque de la mano de un acertado Sasu Salin, que convirtió sus 12 puntos en los últimos siete minutos. Una derrota, merecida, que corta la buena racha canarista y que complica su clasificación para el playoff, un pase que quedará a expensas de lo que ocurra en siete días. Incluso un triunfo en la cancha del Fuenlabrada podría no bastarle a los tinerfeño para volver a meterse e la lucha por el título.

Tiró el Iberostar de paciencia en los compases iniciales para paliar cierta espesura ofensiva, encontrado a Iverson cerca del aro o bien recurriendo a la verticalidad para producir (11-7). A ella añadieron los aurinegros varias acciones de Bassas, en cancha antes de lo previsto por las dos faltas de San Miguel. Una penetración, dos triples y un alley oop a Niang fueron las aportaciones del catalán para mantener en franquicia a los isleños (21-15), que sin embargo pagaron con un precio muy alto la asiduidad del Unicaja en el rebote de ataque y sus consiguientes segundas opciones (10 puntos al descanso), y sobre todo la facilidad visitante para encontrar situaciones demasiado liberadas desde el 6,75 por culpa de una mala rotación defensiva.

De ello (y de alguna pérdida innecesaria) se aprovecharon tanto Milosalvjevic como Roberts (cinco triples entre ambos en el minuto 15) para voltear la situación (25-28) tras un 4-13 en el que también tuvo que ver Shermadini. Aunque los aurinegros volvieron a insistir desde el 6,75 (Bassas y Staiger) para tomar la delantera (31-30), el acierto cajista desde el perímetro fue mayor (9/16 en el intermedio) y aún más doloroso, con varias canastas al filo de la posesión -aquellas que convirtieron demasiado tarde tanto Gillet como Beirán-, como la de Wiltjer para cerrar el segundo acto. Varios malos ataques (2/7 en tiros de dos en el segundo periodo) sumaron para que los de Vidorreta se fueran a vestuarios ocho abajo (35-43).

El dominio interior de Iverson y la electricidad de San Miguel (detrás y delante) fueron los argumentos canaristas para apretar el marcador en el arranque de la segunda mitad (44-47). Pero entre que a los laguneros les faltó regularidad, de nuevo el acierto de Wiltjer desde el perímetro, la superioridad física de Waczynski y Milosalvjevic (con Bassas de dos), y un par de malos balances, el Unicaja volvió a poner tierra de por medio (46-54). Vidorreta se dio cuenta que en ese ida y vuelta los suyos tenían todas las de perder, y ordenó subir líneas. Con una presión tras saque de fondo y más incisivo en líneas de pase el Canarias cortó la sangría (53-57, 28'), pero entre que regaló un par de ataques primero y no fue capaz de darle continuidad a su buen inicio de cuarto acto después (58-60), el Iberostar Tenerife vio como todo su esfuerzo para tomar la delantera caía en saco roto.

Otro par de ofensivas deficientes en un lado de la pista, y tres libres y un triple de Salin en el otro, parecieron significar la puntilla (60-70), a poco más de seis minutos del final, para un Canarias ya totalmente enredado en un quiero y no puedo. Sin referencia exterior (2/8 en triples desde el descanso) tuvieron aún así paciencia los laguneros, que gracias a Iverson y Bassas hicieron una última intentona para agarrarse al duelo (70-74). De nuevo Salin, provocando una falta en ataque a Beirán y anotando otros dos triples que fueron dos puñaladas, le pusó la sentencia al encuentro (72-80) antes de un final donde los de Casimiro sentenciaron desde el tiro libre (10/12) para aplazar la clasificación canarista al playoff.