Luis César Sampedro (Vilagarcía de Arousa, 3/5/1966) llegó a mediodía y se vistió de corto a las 18:00 horas para dirigir su primera sesión como entrenador del CD Tenerife, equipo al que llega convencido de sacar adelante la situación porque "hay potencial para resolver esta crisis". En sus primeras palabras aseguró ser consciente "de lo que significan los cuatro últimos partidos", pero quiso dejar claro que se siente "ilusionado" y que no es "ningún loco por venir aquí".

Antes de ponerse delante de sus nuevos jugadores por la tarde ya respaldaba sus condiciones para afrontar una situación así: "Vengo porque confío en los jugadores que tengo y en las posibilidades enormes que hay de hacer un buen papel", certificó. Su intención era la de "mirarles a la cara" y ver en qué situación estaban después de la derrota del pasado viernes y la salida de José Luis Oltra. "Si hay resultados negativos e inesperados, los futbolistas se vuelven pesimistas", comentaba antes de anunciar lo que les diría: "Que está en nuestra mano resolver esta compleja situación, que no delicadísima".

Sobre el césped no paró de dar indicaciones. Trabajó en medio campo, con la circulación y la presión como principales actividades a pulir, dirigiéndose a sus jugadores de forma constante para que fueran agresivos en ambos aspectos y ambiciosos, sobre todo, a la hora de atacar. "Tenemos que ver qué fútbol vamos a proponer, hay que ser prácticos y solventes. Vamos a tratar de ser un equipo competente, que sea difícil de batir", había adelantado en su comparecencia en el aeropuerto. Sin alardes, centrándose "en el rendimiento que nos llevará a los resultados", que es lo primordial.

El nuevo entrenador del Tenerife tenía claro que sus primeros pasos serían "conocer a la plantilla, charlar y tratar de ser realistas y muy optimistas". Se aferra a que cuenta con "una plantilla experta y consciente" del momento en el que se encuentra y lo que hay en juego.

Echando un ojo a la clasificación, Sampedro no cree que la situación sea delicada. Prefiere pensar que "es la que es y todos somos conscientes. Esta es la realidad, no nos coge por sorpresa. Lo sé perfectamente", insistió pese a que solo quedan cuatro partidos para el final del campeonato liguero. Ni siquiera quiso entretenerse en analizar las causas que han propiciado tantas dudas sobre la permanencia del conjunto blanquiazul. "Lo que tengo que hacer es vivir el hoy y el presente. El pasado no se puede modificar, por lo que me tengo que centrar en entrenar y pensar en Elche, solo en el Elche. Vengo a tratar de resolver esta situación. Vivo el presente con intensidad porque vivir en el pasado no merece la pena", expuso.

En su primera intervención, el nuevo preparador blanquiazul se refirió a la presencia de Víctor Moreno en el club. "Para mí el aterrizaje es más sencillo con gente que conozco", indicó al respecto. Sampedro ha firmado " para estos cuatro partidos", sin fijar condiciones para una hipotética continuidad. "Ya Dios dirá", señaló en referencia a una hipotética renovación.

Primeros onces

El entrenador gallego ensayó con dos fromaciones en las que mezcló titulares y suplentes. Galván y Otaño, que se turnaron, estuvieron junto a Raúl Cámara, Jorge, Carlos Ruiz y Camille en defensa; Suso, Milla, Undabarrena y Montañés en la medular; Tyronne y Coniglio como jugadores más adelantados. En el otro once, Dani Hernández; Luis Pérez, Alberto, Mauro dos Santos y Héctor Hernández formando la zaga; Malbasic, Javi Alonso, Racic e Isma López en el centro del campo; con Borja Lasso y Nano en ataque. Sorprendió ver a Isma siempre actuando por delante del lateral. Malbasic, sancionado para Elche, hizo de extremo derecho.

Ausencia s y trabajo

Sin Aitor Sanz y José Naranjo (realizó trabajo de recuperación y la idea es que se integre al grupo hoy o mañana), que fueron las únicas ausencias, Sampedro se centró inicialmente en enseñar movimientos con los dobles pivotes, que debían buscar la profundidad por los costados y enviar luego centros o pases al área para que los atacantes finalizaran. Luego centró sus esfuerzos en el apartado defensivo, dirigiéndose en varias ocasiones a Racic para corregir su posición y, en menor medida, a Undabarrena y Milla.

"Firmo por cuatro partidos y luego Dios dirá lo que sucede"