La 'Robin Hood' de la Liga F

Una pequeña lesión y un partido de sanción por acumulación de tarjetas en el tramo final del curso impidieron que Raquel Peña, conocida futbolísticamente como Pisco, acabara la temporada con unas cifras aún más superlativas de las que ha ofrecido. La grancanaria no ha sido la más goleadora del plantel dirigido por José Herrera, ya que sus cuatro dianas –todas de penalti, donde sigue siendo un seguro de vida– fueron superadas por las nueve de Jassina Bloom y las siete de la incombustible Mari Jose Pérez. Sin embargo, a sus 34 años, el trabajo oscuro de la grancanaria, tanto defensivo como ofensivo, es incuestionable. Los números no dejan lugar a la duda. Dentro de la UD Granadilla Tenerife Egatesa... y en el cómputo general de la Liga F.

Si hay una faceta en la que Pisco haya sobresalido en esta recién concluida campaña es en la de la recuperación de balones. Nada menos que 68 robó la lateral del Granadilla, seis más que su más inmediata seguidora en este ránking, Paola Soldevila, centrocampista del Villarreal, que además necesitó 212 minutos más que la jugadora del conjunto blanquiazul para llegar a su citada cifra. Esta diferencia adquiere mayor relevancia a tenor de la limpieza en la ejecución de estos balones ganados, ya que Pisco solo tuvo que realizar 10 faltas, frente a las 23 de Solvdevila. La tercera en la clasificación es Sandra Castelló, defensa del Sporting de Huelva, que acabó con 59 en los 2.571 minutos que estuvo sobre el césped, pero con el debe de haber realizado 36 faltas.

La siguiente jugadora de la UDG Tenerife Egatesa más prolífica en las recuperaciones es María Estella, con solo 37. Sin embargo el ratio de la catalana –a la que también una lesión de rodilla le condicionó el tramo final del curso– es de los mejores de toda la competición, que ya solo jugó 1.407 minutos. O lo que es lo mismo, la barcelonesa robó un balón cada 38 minutos. Pisco lo hizo cada 34 minutos y medio.

Lejos de quedarse con las recuperaciones como principal seña de identidad, Pisco también completó su trabajo oscuro explotando otra de sus virtudes, el sumarse al ataque por la banda izquierda y buscar la mejor opción para alguna de sus compañeras. Así, la grancanaria –encargada habitual de lanzar los saques de esquina– repartió un total de siete asistencias. La cifra podría parecer relativamente discreta, pero adquiere su valor poniéndola en contexto con el resto de la Liga F.

Solo ocho jugadoras dieron más pases de gol que Raquel Peña, si bien todas sus antecesoras en esta clasificación pertenecen a conjuntos que marcaron muchos más goles que la UDG Tenerife Egatesa, que se quedó en 35 tras 30 jornadas de competición. Nereia Eizagirre dio 12 asistencias en una Real Sociedad con 54 tantos marcados; Caroline Weir acabó con la misma cifra en un Real Madrid que se fue hasta los 80 goles, idéntica cifra a los que materializó el Levante donde Mayra Ramírez asistió en 11 de ellos, frente a los ocho en los que participó Natasa Andonova. Con 118 tantos marcados, el Barça colocó a cuatro de sus jugadoras entre las 10 y las ocho asistencias.

En una vuelta de tuerca más a la relevancia de su participación en los dos lados del campo, no hay absolutamente nadie que se acerque a una aportación tan equilibrada como la de Pisco. Y es que con esos citados 68 robos y siete asistencias, la grancanaria deja unas prestaciones mucho más completas que las otras jugadoras destacadas en estos parámetros. Así, Weir acabó con 16 recuperaciones, frente a las cuatro de Eizagirre y Ramírez. Visto desde la óptica contraria, ni Soldevila ni Castelló, segunda y tercera que más recuperaron, dieron ni una sola asistencia. Raquel Morcillo (Alhama), fue cuarta y sí dio tres pases de gol. Datos que permiten bautizar, sin mucho margen de error, que Pisco ha sido la Robin Hood de la Liga F 22/23. La próxima campaña, tras haber firmado hace un mes su renovación, Raquel podrá seguir robando a los ricos para dar de comer a los pobres.

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