El CD Mensajero estrena el nuevo año, el de su centenario, recibiendo en el estadio Silvestre Carrillo (12:00 horas, Footters) al CD Coria, el cuarto clasificado del Grupo IV de la Segunda RFEF. Arbitrará el colegiado catalán Pol Godia Solé.

No hay tiempo que perder para un equipo palmero necesitado de triunfos para salir, de una vez por todas, de los puestos de descenso.

Atrás quedan unos meses condicionados por los aplazamientos –sigue pendiente el encuentro con el San Mateo– y la convivencia en la zona baja de la tabla, siempre con opciones reales de cambiar de registro y pisar territorio menos preocupante. Porque el Mensajero no está tan lejos de la salida. Es cuarto por la cola y está a solo dos puntos del puesto más cercano de permanencia. Pese a las dificultades, el trabajo de Yurguen Hernández y de sus jugadores ha ido dando sus frutos. De hecho, los rojinegros iniciaron las vacaciones de invierno tras enlazar cuatro encuentros sin perder, tras ganar al Montijo en casa y empatar con el Xerez, Cádiz B y Córdoba. Queda el arreón definitivo, que podría comenzar en el duelo ante un Coria que tiene once puntos más que el Mensa y se ha instalado por méritos propios en la franja de ascenso a la Primera RFEF.

Para la visita al Silvestre Carrillo, el entrenador del Coria, Rai Rosa, tiene las bajas del exjugador del Tenerife Santi Luque y de Platero, pero podrá hacer debutar a dos fichajes de invierno, los atacantes Daniel Homet e Isma Cerro.

Por su parte, el único refuerzo incorporado en esta ventana por el Mensajero, el grancanario Toni Robaina, tendrá que esperar una semana más para estrenarse. El club no ha recibido su licencia para que juegue en la Segunda RFEF.

Con todo esto, Yurguen Hernández considera que la vuelta del equipo al trabajo tras las vacaciones ha sido óptima. «Tenemos la sensación de que estamos al mismo nivel que antes del descanso, y eso ya es muy positivo, porque eso indica que los chicos no han estado parados», explicó en los canales oficiales del club.

En cuanto a la trascendencia del encuentro, recordó que el Mensajero disputa «una final cada domingo», ya que se juega «mucho», aunque cree que no debe ser una obsesión salir ya de los puestos de descenso, sino seguir trabajando para alcanzar el objetivo de la permanencia al cierre de la campaña.

«Tenemos que hacernos fuertes en nuestro campo», remarcó. «La salvación del Mensajero debe pasar, en gran medida, por la fortaleza que tengamos en nuestro campo», manifestó Hernández.