Desde que Leo Messi debutó con el primer equipo del FC Barcelona en la máxima categoría nacional, el 16 de octubre de 2004 en el campo del Espanyo, hasta ahora, el Tenerife solo jugó una campaña en Primera, la 09/10. Sin más coincidencias en otros ámbitos, como el de la Copa del Rey, la Liga posterior a la del ascenso de los blanquiazules con José Luis Oltra en el banquillo fue la única que permitió que el argentino jugara en el Heliodoro Rodríguez López.

Ese acontecimiento se produjo el 10 de enero de 2010, con los blanquiazules rozando la zona de descenso a Segunda División –no pudieron evitarla al final de esa Liga– y los azulgranas, entrenados por Pep Guardiola, al frente de la tabla.

Aquel domingo, Oltra alineó de entrada a Sergio Aragoneses, Juanlu, Ezequiel Luna, Pablo Sicilia, Carlos Bellvís, Ricardo León, Mikel Alonso, Dani Kome, Alfaro, Ayoze García y Nino. Culebras, Dinei y Ángel Rodríguez actuaron como suplentes.

Por su lado, el Barcelona se presentó sobre el césped del estadio santacrucero con Víctor Valdés, Dani Alves, Carlos Puyol, Márquez, Maxwell, Sergio Busquets, Xavi, Andrés Iniesta, Henry, Bojan y Leo Messi. El tinerfeño Pedro Rodríguez, Milito y Chygrynskiy también tuvieron minutos en ese partido.

El Tenerife le plantó cara al líder durante poco más de media hora. Hasta que Leo Messi empezó a marcar las diferencias. El rosarino adelantó al Barcelona aprovechando un pase de Bojan. Aragoneses, situado en la poartería del fondo de Popular, no pudo impedir el 0-1. Y tampoco los dos posteriores tantos, justo antes del descanso, de Puyol de cabeza, y de nuevo de Messi. Con un 0-3 antes del intermedio, el partido estaba descantado. La segunda mitad fue un castigo para los tinerfeños.

Fue en ese período cuando Leo firmó uno de sus goles más recordados, uno de muchos. Recibió el balón al borde del área –en el fondo de Herradura– y sorprendió a Aragoneses con una vaselina imposible. Alarde de precisión e imaginación.

El quinto llegó tras una acción de Pedro Rodríguez que acabó con el balón dentro de la portería tinerfeña después de que lo tocara Ezequiel Luna.

Para aquel Leo de 22 años, aquella fue una tarde más en la oficina. Salió al campo, en este caso el del Tenerife, por primera y única vez, marcó tres goles y facilitó el triunfo de un Barcelona que se proclamó campeón de Liga, competición en la que logró 34 goles. En esa producción entró su hat-trick en el Rodríguez López, pero también un doblete ante el Tenerife en el Nou Camp. En la segunda vuelta, los de Guardiola vencieron por 4-1. Leo abrió y cerró la cuenta. De nuevo, con Aragoneses en el marco blanquiazul.