Un palmero dispuesto a dejar su huella. «No he venido solo a participar, también a competir», recuerda Samuel García Cabrera en las horas previas al día soñado. Esta tarde (12:00 en Canarias) ya podrá presumir de su condición de deportista olímpico, tras resistirse su concurso en Río y confirmarse su presencia en Tokio en la nueva prueba del relevo mixto 4x400.

Compiten dos hombres y dos mujeres, pero no necesariamente en el mismo orden en todos los países participantes. Así pues, puede darse la circunstancia de que al mismo tiempo estén compitiendo deportistas del mismo sexo. La prueba es transgresora -impensable hace algunas olimpiadas- y también impredecible. La agilidad en el momento de los relevos cobra un papel fundamental, pero también la planificación. Los atletas olímpicos de categoría masculina son, en promedio, seis segundos más veloces que las féminas, así que la prueba propicia una gran variedad de estrategias que garantiza la tensión hasta el epílogo.

Los cuatro españoles han preparado al milímetro esta carrera con el gran propósito de colarse en la final. Sería el colofón perfecto al debut olímpico de Samuel, aunque si lo consiguen podría hablarse también de proeza. El relevo nacional parte con la peor marca de su serie (3:18.98) y además compite en la misma semifinal que la gran favorita, Estados Unidos (3:09.34).

El cuarteto que capitanea García Cabrera correrá por el sexto carril, flanqueado por Irlanda y República Dominicana. Alemanes y nigerianos parten como grandes aspirantes para acompañar a los americanos en la gran final. El nuevo formato se probó por vez primera en el Mundial de Relevos de Nassau 2017, pero no fue hasta el Mundial de Doha 2019 cuando se confirmó en el calendario.

En Doha, los aficionados pudieron disfrutar de una mezcla fascinante de estrategias, mientras los equipos concurrentes se planteaban cómo tomar ventaja sobre sus rivales. La mayoría de países se decantó por iniciar la competición con un atleta hombre, seguido por dos mujeres y acabar con un hombre, pero éste no fue siempre el caso. Polonia decidió iniciar la carrera con dos atletas hombres y tomó el liderato, que solo cedió en la última vuelta.

Una vez en Tokio, adonde los atletas nacionales llegaron hace algunos días, Samuel y los demás han tenido en las últimas horas una primera toma de temperatura con el Estadio Olímpico -ubicado en Shinjuku- y confían en que su participación en estos Juegos no sea flor de un día. En caso de clasificarse, repetirán mañana. Y pase lo que pase, García no tendrá vacaciones aún. Le queda todavía el Mundial de Oregón. Puede ser un año para enmarcar.