Estudio

El impacto de la Inteligencia Artificial en la música: el 27% de los ingresos de los autores estarán en peligro dentro de cinco años

Un informe cifra en cerca de 2.700 millones el daño que puede suponer para el sector esta tecnología en los próximos cinco años

Una mujer con unos auriculares en una instalación del Festival Sónar 2023

Una mujer con unos auriculares en una instalación del Festival Sónar 2023 / EFE

Ignasi Fortuny

Más allá de esbozar una sonrisa, abrir la boca de asombro o, directamente, reír e incluso aplaudir alguna obra rocambolesca creada por la Inteligencia Artificial (IA), respuestas personales y anecdóticas en el consumo de cada uno, ahora un ambicioso estudio pone un poco de luz al impacto de esta tecnología en la industria musical. Es decir, cifra y cuantifica el reto que viene -y que es ya muy presente- en el sector. ¿Cómo de mayúsculo es el desafío? Pues, como intuíamos, muy grande. Y la pregunta obligada posterior es: entonces, ¿cómo se encaja la imparable IA generativa en las artes, en la música? Veremos.

Un estudio de la consultora alemana Goldmedia presentado este viernes en Madrid, en unas jornadas organizadas por la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) por su 125 aniversario, apunta que en 2028 el 27% de los ingresos de los creadores musicales estarán en peligro debido a la Inteligencia Artificial, lo que supone para ese año unos 950 millones de euros. El mismo informe, centrado en el mercado francés y alemán, pues es un encargo de las sociedades de gestión de derechos de autor de dichos países, cifra en cerca de 2.700 millones de euros el daño que puede suponer la IA en la industria musical en los próximos cinco años (2023-2028).

El estudio expone que en 2023 el volumen de negocio de la IA generativa es ya de 3.400 millones y que, de estos, un 8% corresponden a la música (275 millones). El informe, presentado por Klaus Goldhammer, director general de Goldmedia, calcula que el impacto en el sector desde hoy hasta 2028 se multiplicará por 10. Eso hace que un 71% de los creadores encuestados -unos 15.000 autores de Alemania y Francia- teman que la IA les quite el trabajo. Según ha señalado Golhammer, los géneros más afectados son la música electrónica (54%), seguida de la urbana/rap (53%) y la música publicitaria (52%). Sin ir más lejos, el mismísimo Bad Bunny se enfadó muchísimo públicamente por una canción supuestamente suya creada con IA (otros a los que le ha pasado lo mismo, como el rapero Eladio Carrión, se lo han tomado mejor).

Muchos de los profesionales del sector, sin embargo, admiten haber utilizado ya la IA en sus creaciones: un 35%. Una cifra que crece muchísimo si se distingue por edades: sube hasta el 51% cuando responden los autores de menos de 35 años. Según la encuesta, el 63% ve probable que la IA se adopte en el proceso creativo de composición y redacción de textos, y un 44% cree que se usará para la creación completa de canciones.

¿Y las nuevas formas de creatividad?

Además, una significativa parte del total de profesionales incide en el potencial creativo de la IA, pues el 43% de los encuestados creen que puede abrir nuevas formas de creatividad, ejemplo de la constante lucha entre riesgos y oportunidades que parece plantear el reto. De hecho, preguntados directamente por esta última cuestión, el 64% de los autores cree que los riesgos superan las oportunidades potenciales.

Goldhammer ha incidido en que, por el momento, no existe un sistema de remuneración para que los creadores cobren por sus canciones utilizadas para entrenar a los modelos de IA generativa. Es decir, aunque su música sea la base para desarrollar esta tecnología, los autores no reciben ninguna recompensa económica. Por eso, un 90% exige transparencia y remuneración cuando su obra se utiliza para estos fines. Goldhammer ha citado algunos casos que han llegado ya a los tribunales, como la presentada en octubre de 2023, cuando Universal Music Publishing Group, Concord y Abkco demandaron a Anthropic, una empresa de IA respaldada por Amazon, y Claude, su servicio de asistente de IA. Las tres editoriales reclaman hasta 137.800 euros por obra utilizada.