‘La ronda’, de Francisco Bescós, Premio Ciudad de Santa Cruz de Novela Criminal

El jurado presidido por Élmer Mendoza destaca «la elaboración de personajes clave, la incorporación de una ciudad como personaje y el espectáculo de maldad e impunidad»

Francisco Bescós posa en el Tenerife Noir con su novela.

Francisco Bescós posa en el Tenerife Noir con su novela. / JUAN C. HURTADO

La ronda (Reservoir Books, 2023), de Francisco Bescós, ha sido la obra ganadora del premio Ciudad de Santa Cruz de Novela Criminal 2024, que el Festival Atlántico de Género Negro Tenerife Noir concede a la mejor novela negra escrita en español y editada en España el año pasado. El jurado presidido por el escritor mexicano Élmer Mendoza tuvo en cuenta «la elaboración de personajes clave dentro de la historia, el dinamismo narrativo, la creación de momentos emocionantes, la incorporación de una ciudad como personaje y la incorporación de recursos tecnológicos que le dan ubicación en la actualidad y refuerzan el sentido negro de la historia», según figura en el acta.

El fallo es una decisión mayoritaria de un jurado constituido, además, por la escritora y periodista Yanet Acosta; la comisaria de Sant Boi Negre y Premio Novelpol a la mejor lectora 2022, Charo González; la escritora y colaboradora del diario La Provincia Elizabeth López y el escritor Javier Hernández Velázquez. En sus deliberaciones, el jurado contempló también que La ronda ofrece un «espectáculo de maldad e impunidad, narrada de forma contundente y certera» y es una «lacerante crítica en una excelente trama que pasea al lector por una M30 de la cartografía no solo geográfica, sino también social».

«Ahora estoy de subidón, pero, probablemente, dentro de unos días me vendrá la inseguridad del síndrome del impostor y esto me obligará a escribir una novela que justifique este premio», dijo Bescós al recibir la información sobre el fallo del jurado. «Los premios son una buena forma de exponerte, pero también tienen un lado oscuro, porque dudas sobre si te lo mereces y te obliga a que la siguiente novela sea mejor», subrayó.

«Para mí es una felicidad, porque el premio no solo muestra que La ronda es una buena novela, sino que ha sido elegida por un jurado compuesto por personas a las que admiro individualmente, y, además, está presidido por Élmer Mendoza, que para mí es un referente, porque me fascina la novela negra hispanoamericana, y especialmente la mexicana», añadió el escritor asturiano.

El premio será entregado a lo largo de este año, como es costumbre desde hace varias ediciones de Tenerife Noir, para hacer coincidir la entrega con la convocatoria de los clubes de lectura asociados al festival, a los que se propondrá la lectura de La ronda para que las personas participantes puedan tener un encuentro enriquecedor con su autor.

El Ciudad de Santa Cruz de Novela Criminal es uno de los pocos premios dotados económicamente en España a novela publicada y, en el género negro, es pionero en contar con una dotación –de 3.000 euros– dirigida al autor; no a las editoriales ni dirigida a la distribución, de forma que se trata de un reconocimiento y un estímulo a la creación.

Bescós aseguró que es autor de «novelas con finales cerrados sobre universos abiertos. Si hiciera una saga –algo que nunca he hecho– se podría leer de manera desordenada, pero tendría una continuidad en un universo narrativo. La ronda queda abierta a una posible continuación, pero está cerrada sobre sí misma; darle continuidad depende de si lo que se me ocurra es suficientemente bueno; lo que no querría nunca es hacer una secuela porque sí», explicó después de que una hipotética continuación surgiera como posibilidad durante la presentación de La ronda en Tenerife Noir, festival que concluyó el pasado domingo.

La ronda está protagonizada por dos inspectores que trabajan por separado en distintas comisarías de Madrid: la inspectora Dulce O’Rourke –de personalidad explosiva e insegura en su vida sentimental–, y el inspector Juan Luis Seito –aparentemente apocado, pero capaz de remover cielo y tierra si destapa un caso importante–. A lo largo de un año han aparecido los cadáveres de varias personas ejecutadas misteriosamente y, al parecer, escogidas al azar. Las alarmas saltan cuando se llega a la conclusión de que ronda las calles de la ciudad un mercenario de élite muy experimentado y acostumbrado a matar impunemente. Algo demasiado complicado y grande está pasando, algo no detectado hasta ahora en el mundo. La obra se considera un viaje al fondo de la maldad y que atrapa al lector en un juego macabro.

Bescós se define como «escritor de ritmo lento»: le lleva dos años o algo más acabar una novela, ocupado como está también en su profesión y en el cuidado de su familia. Se ha comprometido con sus hijos en escribir una novela infantil, ya iniciada.