Entrevista | Nicolás Melini Escritor

Nicolás Melini: «He limitado mi vida a la mínima expresión para poder seguir escribiendo»

Nicolás Melini acaba de publicar ¿Que qué me pasa, muchacho? de la mano de Confluencias Editorial

El autor palmero ha escrito novelas, libros de cuentos, libros de poemas, guiones cinematográficos y artículos y ahora se lanza con este ejemplar «que se ha emancipado de las reglas propias de géneros como el cuento o la novela corta»

Nicolás Melini.

Nicolás Melini. / E. D.

Almudena Cruz

Almudena Cruz

¿Que qué me pasa, muchacho? es «un libro de narrativa que no se corresponde exactamente con lo que generalmente se entiende por libro de cuentos, aunque contiene narraciones, y tampoco confluye con los libros de cuentos publicados por el propio autor». ¿Le cuesta enmarcar esta nueva publicación dentro de su trayectoria literaria?

No me cuesta enmarcarlo entre mis libros, es solo que este se ha emancipado de las reglas propias de géneros como el cuento o la novela corta, permitiéndome ganar un poco de libertad creativa, me parece. Esto debería ser positivo, pero también hace que el libro sea un poco menos clasificable, en un mundo en el que nos gusta tener todo muy claramente clasificadito bajo etiquetas.

Comenta que seguramente podría vivir sin escribir, como ya en su día renunció al fútbol. ¿Sería esa una vida más triste?

Pues no lo creo, no creo que fuera más triste. Escribir es una renuncia, suele ser necesario renunciar a muchas cosas que la gente considera indispensables. Yo he limitado mi vida a la mínima expresión para poder seguir escribiendo, y aún así no me resulta fácil sacar adelante mi escritura. Tengo casi una decena de proyectos a medias, esperando el momento de poder meterme con cada uno de ellos, y otros tantos libros ya escritos, inéditos, y con necesidad de que les busque un editor. Conseguir un mínimo sustento suele dispersarme e impedirme concentrarme en mi escritura. Así llevo toda la vida. Es un dilema agotador, sin solución posible, al menos para mí. No me quejo. Así se han dado las cosas. Pero dejar de escribir sería, posiblemente, una liberación al menos respecto de ese dilema. Aunque no creo que lo haga.

En esta nueva obra, presentada muy recientemente en Madrid, retoma temas habituales en su forma de concebir la creación como las desigualdades y las preocupaciones de índole social pero ¿cuáles son los nuevos temas?

Recuerdo que, en los tiempos en los que lo escribía, me preguntaba por cómo es el hombre hoy, cómo es la persona de hoy, cómo es el ser humano de este tiempo que nos ha tocado vivir. Entre otras cosas porque me parecía que la realidad se me escapaba, que había demasiadas cosas que no estaba comprendiendo. De hecho me pareció imposible escribir una novela en ese momento y me puse a leer mucho ensayo para tratar de comprender. Esta dificultad determinó que escribiera un libro de narrativa fragmentario como este. Los libros de poemas y los libros de cuentos son libros fragmentarios, pero, en ellos, la unidad es el cuento y el poema. En este caso la unidad es el fragmento, el fragmento narrativo, que en ningún caso llega a conformar un cuento propiamente. Mediante la suma de fragmentos narrativos se produce el discurso del libro. Tal vez en él algún lector encuentre la pregunta de cómo es el ser humano de hoy, pero no la respuesta.

«He limitado mi vida a la mínima expresión para poder seguir escribiendo»

Título: ¿Que qué me pasa, muchacho? / Nicolás Melini

Sus propios viajes están también reflejados….

En realidad, no estoy seguro de que sea yo quien se encuentra en el libro, sino ese hombre posible, de hoy, por el que creo que me estaba preguntando. La persona de hoy, por supuesto, viaja. El del libro soy yo, pero no lo soy. El libro no habla sobre mí, me parece. Yo no me identifico en él. Si tuviese que decir quién soy yo mediante la escritura de un libro, el libro no sería este, posiblemente.

Hay una cuestión, la de las exigencias de lo «políticamente correcto», que rodea actualmente al ámbito de la cultura y de la que es muy difícil escapar. ¿Hoy en día hay que pensarse mucho más lo que se escribe, lo que no y cómo?

Posiblemente es así pero precisamente por ello hay que hacer todo lo contrario, ejercer la libertad de decir. La libertad, si no se ejerce, se pierde. Si hay alguien tratando de limitarla, con más razón para ejercerla. Por supuesto que hay personas que sienten miedo y se opacan. Por supuesto hay que actuar con mucha conciencia de lo que se dice y por qué (cuándo no debió de ser así), pero no para evitar problemas, sino para ponérselo más difícil a los que quieren limitar la libertad de expresión de los artistas.

Es usted el director de una de las propuestas literarias más interesantes del Archipiélago, el Festival Hispanoamericano de Escritores. ¿Cómo se saca adelante una iniciativa de este tipo desde una isla como La Palma?

Con el apoyo y el buen hacer de mucha gente.

¿Cuándo presentará el libro en Canarias?

No sé si lo presentaré en Canarias. Soy de poco presentar mis libros. No creo necesario que el escritor (al menos el que yo soy) esté apareciendo en público continuamente. Si acepto un bolo es porque me lo pagan, no soy rico y por tanto no puedo permitirme decir que no. Pero, si no es así, prefiero estar en mi cuarto leyendo, escribiendo o haciendo otras cosas para mi sustento. El libro está en las librerías o se puede conseguir por internet. Yo no hago falta.