Transitar el paisaje a través de la imagen

El paisaje como construcción cultural. Es alrededor de esa reflexión que gira la propuesta del fotógrafo tinerfeño Sergio Acosta, quien expone en la Galería Bibli, hasta el 5 de enero, Lugares de tránsito, una propuesta que forma parte de la Sección Focus de la XVII Bienal Internacional de Fotografía de Tenerife Fotonoviembre. Acosta llega a Bibli con dos series: Lugares de tránsito y Camino al paisaje. La primera está relacionada con las carreteras, mientras que la segunda se centra en los senderos y caminos. En todo caso, ambas son un reflejo del conflicto interno que vive el autor, quien es ingeniero civil de profesión, y montañero y amante de la naturaleza en sus ratos libres, por lo que considera la naturaleza como un «interesante tema de estudio», por lo que a lo largo de su producción artística «he trabajado la interacción del hombre y la naturaleza y cómo se modifican los unos a los otros y se condicionan entre sí».

Deambular por el territorio es lo que le ha permitido a Acosta realizar estos trabajos, en los que refleja que «cada vez hay menos espacios íntegramente no modificados por el hombre» y alerta sobre el «proceso de transformación y cambio continuo» de los espacios naturales en los que «el mismo hecho de proteger un paisaje supone que los estamos construyendo».

Sergio Acosta explica el curioso hecho de que «para llegar al paisaje más sublime que podamos imaginar siempre debemos transitar por un camino y eso ya es una construcción». Por eso ha retratado a lo largo de los años, y desde esa particular óptica, los paisajes de Tenerife, Lanzarote o Fuerteventura, entre otros. En concreto, en la muestra que se puede visitar en Bibli hay imágenes tomadas desde 2018 y hasta este mismo año.

El visitante podrá encontrar en estas imágenes reconocibles paisajes de Anaga, ya que Acosta ha querido apelar al subconsciente colectivo de los canarios retratando, por ejemplo, los malecones tan típicos de algunas carreteras de las Islas. «El fenómeno de las carreteras es más reciente de lo que muchos piensan, de la primera mitad del siglo XX, y los malecones que tenemos tan interiorizados están en realidad en vías de desaparición», explica el fotógrafo e ingeniero quien concluye: «Me resulta curioso que ese elemento tan común hoy en día, a la larga desaparecerá».

Carreteras con alto valor estético, extraños trazados y simetrías difíciles de encontrar en la naturaleza son algunos de los detalles que llaman la atención del objetivo de Sergio Acosta, quien también realiza un repaso por la evolución del sistema de carreteras en Canarias. Así, muestra, a modo de juguetes rotos tirados en la cuneta, los mojones que marcan los puntos kilométricos en la carretera hacia el Teide. El autor destaca de esta manera «el componente poético de estas figuras viales que ya no conducen a ningún lado. Me resultó poesía pura».

Sergio Acosta documenta de este modo el paso del tiempo por los paisajes de Canarias. En la serie Camino al paisaje destaca «la línea sinuosa y sutil que nosotros mismos construimos para introducirnos en el paisaje» y reflexiona acerca de la idea de camino como proceso. «Cuando te gusta enfrentarte a los retos, buscar el camino es en realidad el proceso que más se disfruta», explica el fotógrafo quien admite que retratar el paisaje se ha convertido para él en el contrapunto perfecto para su profesión como ingeniero: «Por un lado soy cuadriculado y metódico pero la faceta artística me permite sacar una parte más emocional y ese contrapunto me parece maravilloso».

La producción artística de Acosta se podrá visitar en Bibli hasta enero y precisamente destaca el regalo que es poder exponer su obra en una galería como esta porque «no es un contenedor genérico, sino que es uno de los mejores espacios expositivos con los que contamos en Canarias y es una delicia poder estar aquí». No en vano, esta no es la primera vez de Acosta en Bibli, puesto que antes había mostrado Vacíos del agua, donde documentaba las grandes infraestructuras de almacenamiento de agua que han quedado abandonadas en el sur de Tenerife, como muestra de los grandes cambios económicos y sociales que ha experimentado la Isla.