Entrevista

Carmen Maura: "Hago lo que me da la gana"

La actriz acaba de estrenar ‘Mi otro Jon’, una comedia con elementos fantásticas a partir de la cual conversamos sobre su amplia trayectoria

La actriz Carmen Maura, la semana pasada en Madrid.

La actriz Carmen Maura, la semana pasada en Madrid. / EFE / JUAN CARLOS HIDALGO

Quim Casas

Cuando le proponen una película, ¿qué le hace decidir intervenir en ella? ¿El tema, el director?

Lo que me apetece en ese momento. Nunca pienso en lo que va a pasar después. Lo que he aprendido en estos años es que nunca puedes calcular. Me dejo llevar, hago lo que me da la gana. Siempre ha sido un poco así. En esta última película me apetecía conocer al director, Paco Arango, y a la Fundación Aladina (una entidad de ayuda a niños enfermos de cáncer). Lo tiene todo muy bien organizado, él se ocupa de pagar la película y todo el dinero recaudado con las entradas va para la fundación.

¿En qué género se siente más cómoda, comedia, melodrama?

Me da igual. A veces en una comedia la protagonista lo pasa fatal. Nunca he entendido muy bien cuando alguien dice que no ha hecho nunca comedia. Es que es lo mismo. Lo que pasa es que el texto es diferente, y es verdad que encajar los chistes es una cosa muy delicada. Hay que tener sentido del tiempo, porque una pausa donde no toca te puede destrozar la escena. Esto sabía hacerlo muy bien Verónica Forqué. Se tiene en el cuerpo o es muy difícil aprenderlo. En la comedia, cuando más seria digas los chistes, mejor. Luego hay películas más difíciles.

¿Cómo cuál?

La que voy a hacer en Buenos Aires en enero, ‘Vieja loca’. La produce J. A. Bayona y la dirige un guionista que ha trabajado con él. Es un proyecto maravilloso, un drama con algo de terror, pero yo veo partes en las que la gente se puede reír. Una de las cosas que les intereso es mi capacidad para ver humor donde parece que no lo hay. Ya tengo todo el texto en la cabeza. En eso soy muy obsesiva, los textos bien aprendidos. Cuando yo empezaba había esa idea de que los actores hablaran natural, pero hablar natural no significa inventarse el texto, sino decirlo de un modo concreto sabiéndolo muy bien. Yo no soy mucho de meter morcillas. Es que para decir “me voy a la compra que no me queda nada en la nevera”, eso hay que aprendérselo también.

¿Así que no improvisa?

 Me gusta hacer lo que el director quiere que haga, porque la película es suya al fin y al cabo y él se la juega. Normalmente soy bastante obediente. Ya no me pongo nerviosa por mucho que vayamos a hacer algo muy difícil. Y más ahora que, con el digital, los metros de película ya no cuestan lo mismo. Antes había algo de juego, cuando se esperaba el resultado del revelado del copión, y un plano estaba fuera de foco y había que repetirlo al día siguiente. Que ahora se puedan gastar los metros que se quiera me encanta.

¿Y nunca ha pedido repetir tomas?

 Nunca, desde pequeñita. Me divierten mucho los rodajes, me divierte la cámara y escuchar “la toma ha sido buena”. Nunca he pedido repetir una toma, si ha sido buena, ha sido buena. Tengo un sentido muy práctico. Y tampoco voy a mirar cómo ha salido. Álex de la Iglesia me decía que fuera a mirar el plano en el monitor cuando hicimos ‘La comunidad’, y Pedro Almodóvar también quería que fuera a proyección. Les decía que yo quería ver la película cuando estuviera terminada, con títulos, música, entonces ya la puedo ver sin juzgarme. 

 ¿Qué películas considera fundamentales en su carrera?

 Las primeras de Almodóvar, ‘Qué he hecho yo para merecer esto’, ‘La ley del deseo’, por ejemplo, y ‘¡Ay, Carmela!’ y ‘La comunidad’.

Usted ha rodado varias películas en Francia y en 1996 le concedieron la Medalla de Caballero de la Orden del Arte y las Letras. ¿Cuán es su relación con Francia y las diferencias con el cine español?

 Mi experiencia es buena, aunque al principio fue duro, no solo con el cine francés, también con la sociedad. París es una ciudad muy dura, agresiva. Ahora me siento muy a gusto ahí, tengo un piso en Le Marais, que ahora es un barrio complicado porque viven muchos judíos y musulmanes.

Ha trabajado con bastantes directoras, Pilar Miró, Marion Hansel, Yasmine Reza. ¿Qué piensa del momento actual de las mujeres realizadoras?

Siempre he creído que teníamos más talento, una serie de cualidades que los hombres no tenéis, vosotros tenéis otras. He sido feminista toda mi vida, mi currículo está claro, pero no estoy muy de acuerdo con las teorías de las nuevas feministas, con decidir ahora lo que es o no feminismo. No creo que en las batallas haya que utilizar el mismo sistema que han utilizado contra ti.

¿Cómo fue su experiencia con Francis Ford Coppola en el rodaje de ‘Tetro’?

 Fue buena, a mí me trató muy bien. El personaje iba a hacerlo Javier Bardem y Coppola me llamó una noche, y mi inglés a las tres de la mañana, imagínate, y me ofreció el papel. Lo que no me gustó fue la actitud que tenía con el equipo argentino en general. Una vez organizó un asado, un miembro del equipo lo compró todo y luego no se lo pagó.