El ‘beatbox’ canario alcanza el Mundial de Berlín con Fabi Boss y Rubén Zerpa

Los jóvenes de 17 y 25 años viajan a la ciudad alemana para participar entre el 2 y 5 de agosto en el evento

Las categorías son individual masculino y ‘loopstation’

Rubén Zerpa.

Rubén Zerpa. / TONY HERNÁNDEZ

Dientes separados, cuello largo, labios gruesos, finos, con grietas, lengua larga, llagas, mofletes hinchados, ¿a qué suena el cuerpo? Cualquiera que sea la fisonomía, tiene una oportunidad para dar cabida a un sonido único. Fabi Boss y Zerpa empezaron a experimentar desde que tuvieron uso de razón con rugidos sobrevenidos de El Rey León o con balbuceos intentando emular los cantos de una madre que tarareaba a su alrededor. Ahora, están recogiendo el fruto de todo este trabajo: han sido seleccionados por primera vez para participar en el Campeonato Mundial de Beatboxing en Berlín como los dos únicos representantes canarios en este encuentro que revelará quien es la nueva estrella del panorama internacional. El espectáculo será entre el 2 y el 6 de agosto y, en este momento, están concentrados en pasar el primer filtro para dar el salto a los combates sobre el escenario.

Fabi Boss. | | J. PÉREZ CURBELO

Fabi Boss. | | J. PÉREZ CURBELO / Carla Rivero

«Internet fue mi maestro», dice Rubén Zerpa. Nacido en Arucas, se trasladó a Tenerife junto a su familia y con 25 años ya es bicampeón de España. En el 2017 afrontó su primera batalla y a medida que ha avanzado en esta disciplina ha ido enriqueciendo su mundo profesional y personal, «ir a Berlín es un sueño para mí, más siendo el vigésimo aniversario del mundial, así que ya es un orgullo subirse al escenario y llevar la bandera canaria junto a Fabi». El joven se presenta en la categoría individual masculina contra otros 85 participantes de diferentes nacionalidades donde reflejará un estilo en el que entremezcla silbos de distinta índole, ¡hasta el gomero que ha ido aprendido!, con los entresijos electrónicos del estilo drum and bass. «El mundo del beatbox es la unión de la música en sí porque no hacen falta palabras como ocurre en una batalla de gallos, por ejemplo», subraya, «desde que coincidí con Fabi sabía que íbamos a ir juntos».

Con 17 años, Fabi Boss bebe de la música como un manantial sin fin. «Si practicas y practicas algo mucho, vas a ser bueno en eso», tal y como refleja el tema con el que se coronó hace dos años el Campeonato de España con If you want, you can do it. «Esta ha sido mi mejor experiencia, iba sin ningún tipo de expectativa y mira lo que pasó. En cambio ahora... ¡Tengo un cacao en la cabeza! Llevo practicando con el nuevo modelo de loopstation durante meses y tengo que mecanizar mi memoria muscular para luego dejarme llevar en el espectáculo y animar a la gente ya que, si lo haces fácil, entonces impresionas al jurado y al público», comenta sobre la categoría de Loopstation en la que intentará sobresalir por encima de otras 40 personas con composiciones en las que entrelaza el reggae con el drum and bass «y la voz rota, a ver qué sale en esos minutos». Justamente, cuatro para convencer al jurado y pasar a la siguiente fase.

Acerca de sus inicios, recuerda que «de repente, te empiezas a aburrir, como decimos, y practicas conociendo tu cuerpo de forma autodidacta», luego, vio a Lytos en un programa de televisión y aprendió a base de tutoriales de YouTube. Después llegarían otros escalones en el día a día de Fabi, como cuando hace apenas un lustro le pidió a sus padres que le compraran la mesa de mezclas RC-505. «Tengo mucha suerte, desde pequeño siempre me han apoyado». Su madre cantaba salsa y merengue en las fiestas y su padre era un dj que combinaba su faceta más comercial con la electrónica. Así que se dio el cultivo perfecto para que las raíces se expandieran, tanto, que hasta su progenitora lo animó a participar en el programa Idol Kids, una experiencia que no volvería a repetir, pero que le abrió los ojos en cuanto al funcionamiento de la industria.

El beatboxing ha enganchado a esta joven generación siendo un arte que crea música a partir de emitir sonidos, ritmos y composiciones a través del propio cuerpo. Esta tradición milenaria cuyos orígenes se remontan a China o India tuvo una importante influencia en las bases del hip hop norteamericano en los 80. En la actualidad, a pesar de sentir cierta soledad en la práctica, ha logrado conformar un grupo canario cada vez mayor. «Estamos haciendo reuniones y estamos abiertos a meter a más gente», anuncia Zerpa.