La Sala Sinfónica de Auditorio de Tenerife se convierte este fin de semana en un inmenso tablero de ajedrez con Rinaldo, una propuesta que tratará de acercar la ópera a los más pequeños de la casa. Mientras que hoy jueves 22 tendrá lugar una función educativa a la que acudirán cientos de alumnos tinerfeños, el sábado y el domingo será el turno de las familias, que ya han agotado las entradas para asistir a los dos pases de esta producción que cuenta con la participación de la Sinfónica de Tenerife.

Esta historia de fantasía adaptada para toda la familia llega de la mano de la directora de escena Stefania Panighini y el director musical Giovanni Paganelli y cuenta además con el diseño de vestuario del tinerfeño Leo Martínez quien ha desarrollado una espectacular propuesta con una estética steampunk. Esta producción de Ópera de Tenerife fue estrenada en el año 2016 y estaba previsto que se volviera a programar en abril de 2020 pero las funciones han tenido que ser aplazadas debido a la crisis sanitaria.

El pase que tiene lugar hoy, a partir de las 11:00 horas, contará con un público conformado por 210 alumnos de Secundaria de institutos de Santa Cruz de Tenerife, La Laguna y Arafo. Esta función y las dos del fin de semana forman parte del programa familiar de Ópera de Tenerife que se ha fundado con el objetivo de ofrecer un título lírico adaptado al público más joven para que pueda disfrutarse en familia. Con esta iniciativa, Ópera de Tenerife refuerza su compromiso con la creación de nuevas audiencias y la sensibilización hacia las artes escénicas. Todas estas obras –y como no puede ser de otra forma también Rinaldo– adaptan su formato para el público al que van destinadas y tienen una duración aproximada de 70 minutos. No obstante, el consejero de Cultura del Cabildo de Tenerife, Enrique Arriaga, explicó ayer que esta reducción de tiempo no implica una limitación de la expresión ni del mensaje original del autor. Además, este proyecto refuerza la divulgación cultural con la entrega de material diseñado para los más pequeños de la casa al entrar en la Sala Sinfónica.

La directora de escena Stefania Panighini Andrés Gutiérrez

Ópera de Tenerife recupera en esta ocasión una de las producciones más memorables del programa Ópera en Familia, Rinaldo, de Handel, que ya fue estrenada en 2016 en Auditorio de Tenerife con un rotundo éxito.

Rinaldo ha convertido el escenario tinerfeño en un gigante tablero de ajedrez sobre el cual la maléfica hechicera Armida raptará a Almirena, la hija del rey Goffredo, para distraer a su prometido, Rinaldo, un famoso caballero. Esta ópera, que fue la primera que Handel compuso específicamente para la escena londinense, reunirá en la Sala Sinfónica del Auditorio batallas ardientes, hechizos y hermosas melodías como la famosa Lascia ch’io pianga, que harán que esta propuesta se convierta en una experiencia única para todos los públicos. Rinaldo es una ópera barroca en tres actos, una de las creaciones más conocidas del compositor alemán, que está inspirada además en el poema La Gerusalemme liberata.

El consejero Enrique Arriaga definió ayer la ópera como “ese género que no deja indiferente a nadie” y por eso precisamente cada uno de los proyectos que emprende Auditorio de Tenerife cuenta cada vez con mayor número de espectadores. “Esta producción nos trasladará a un tablero de ajedrez a tamaño real en el que habrá también castillos y dragones”, avanzó el consejero insular quien celebró que “contamos con la confianza de nuestro público, que sabe que la cultura en Tenerife es sinónimo de seguridad”.

La directora de escena Stefania Panighini repite en Auditorio de Tenerife, después de haber participado también en la adaptación de Hänsel y Gretel y del estreno de este Rinaldo en 2016. La italiana destacó que para el equipo “es muy importante poder participar en esta producción debido a la situación sanitaria que vivimos” y celebró que “España ha sido uno de los pocos países europeos, y también a nivel internacional, que ha continuado trabajando por la cultura a pesar de la crisis que vivimos”; de este modo, recordó que en Italia los teatros cerraron en noviembre y aún no han abierto y concluyó que “eso es mucho tiempo sin trabajo y sin cultura”. Al hilo de esta crítica situación sanitaria, sostuvo que “los niños han sido de los grandes olvidados en esta pandemia, les hemos quitado un año de vida y por eso esta producción hemos decidido enfocarla a ellos, para emocionarlos”. La italiana finalizó al indicar que “nuestro verdadero premio está en la expresión de sorpresa de los niños cuando subimos el telón”.

Precisamente la pandemia ha hecho necesario que la propuesta varíe un poco puesto que ya no es posible que el elenco se relacione tanto con el público, tal y como sucedía en la propuesta estrenada en 2016. En este sentido, Stefania Panighini explicó que “ofrecíamos diferentes objetos a los niños para que participaran con nosotros y eso no va a poder ser; los actores tampoco podrán bajar al patio de butacas para interactuar con el público”. No obstante, avanzó que sí habrá conversaciones con los espectadores, a los que se les plantearán diferentes cuestiones durante la función: “Eso es un auténtico riesgo, porque nunca sabemos cómo nos van a responder, pero precisamente eso es lo más bello de este tipo de propuestas”.

Giovanni Paganelli coincidió con el consejero Enrique Arriaga y añadió que “la ópera no deja a nadie indiferente porque habla de nuestra vida, de la de todos nosotros, de la de los cantantes, los músicos o el propio público”. El director musical avanzó que Rinaldo reúne “una variedad increíble de emociones: humor, estupor, la nostalgia, la voluntad de transgresión y el grito de libertad más bello que puede haber en el mundo de la ópera: cuando Almirena canta Lascia ch’io pianga estando prisionera, demostrando que podrán controlar su cuerpo pero nunca su deseo de libertad”. El maestro prometió así tres funciones cargadas de belleza y reconoció que “he visto niños de un año emocionados con este momento, conmovidos por la energía de una música compuesta hace más de 300 años pero que tiene plena vigencia en el siglo XXI”. Por todo ello concluyó que estos nuevos pases de Rinaldo son “un mensaje y un grito de libertad para toda la sociedad”.

Estas tres funciones de Rinaldo contarán únicamente con el 25% del aforo de la Sala Sinfónica, tal y como ha venido siendo habitual en los últimos meses, en los que la crisis sanitaria ha obligado a reducir la afluencia de público para evitar contagios. No obstante, el consejero de Cultura Enrique Arriaga avanzó ayer que la evolución de la pandemia y los buenos datos obtenidos a lo largo de este tiempo en todas las actividades desarrolladas en Auditorio conducen ahora a que el recinto tinerfeño trabaje para lograr los certificados de seguridad necesarios que permitan aumentar el aforo hasta alcanzar las 700 personas, frente a las 400 que se pueden dar cita como máximo en la actualidad.