Carnaval | Formación

Primera promoción 'municipal' del proyecto EduCarnaval en el colegio Bethencourt y Molina

Diablos Locos ha acercado el Carnaval a tres mil niños de 120 colegios de Canarias desde 2022

Humberto Gonar

Humberto Gonar

Si se equiparara al proyecto EduCarnavalprograma educativo que promueve la murga Diablos Locos– a un curso académico bien se podría asegurar que los niños de quinto de Primaria del colegio Bethencourt y Molina, en Barranco Grande, integran la primera promoción de este centro que, con el aval de la Concejalía de Educación del Ayuntamiento de Santa Cruz se gradúa en la capital, si bien esta iniciativa se desarrolla ya desde hace tres años. La primera fue con el impulso de la murga trónica que ofertó a demanda de los colegios la iniciativa y desde el curso 2022/23 con el aval de la Consejería de Educación del Gobierno de Canarias «como proyecto de innovación EduCarnaval dirigido al alumnado de centros sostenidos con fondos públicos no universitarios que imparten Educación Primaria» en la región.

El salón de actos del colegio acogió la particular ceremonia de graduación que permitió mostrar el trabajo fin de curso: la actuación de la murga infantil Los Quintetos, como propuso uno de los alumnos en la búsqueda del nombre. Atrás quedaba el trabajo realizado con los niños de quinto curso del Bethencourt y Molina, gracias a los talleres de letras –impartidos en este centro por Idafe González Martín y Kevin, de Bambones–, de Música, con Lolo Tavío y Juan Carlos Negrín; de Disfraz, con Tomy Carvajal, Laura y Nieves Niebla, más la visita guiada a los altares del Carnaval –teatro Guimerá, locales de la calle de La Noria y museo–, entrevista a un protagonista –que corresponde en este centro a Carlos Casanova, laureado letrista de murgas tanto en Tenerife como en Gran Canaria y desde hace dos años precisamente profesor del Bethencourt y Molina–, para finalizar con el desarrollo de la unidad didáctica.

La situación de aprendizaje de la fiesta consiste en el desarrollo de actividades que abarcan desde la elaboración de carteles, bocetos de diseños de trajes de reinas, redacción... a través de un material pedagógico que entrega la organización del Proyecto EduCarnaval que dirige Elías Alonso y que confía al profesorado el desarrollo de ese trabajo dentro de las jornadas lectivas durante quince días.

Esta es la primera promoción de EduCarnaval que financia la Concejalía de Educación que dirige Charín González, y a la que se han sumado 382 niños de un total de 25 clases que se reparten en los quince centros que solicitaron adherirse al proyecto.

Desde la experiencia piloto hasta la fecha –en los tres años transcurridos– más de tres mil niños han disfrutado de EduCarnaval. Sólo en este curso, más de un millar de alumnos se han beneficiado de la oferta de la mano de la Consejería de Educación, una cifra que sale de establecer una media de veinte alumnos por clase de los cincuenta y dos colegios adheridos en toda Canarias de la mano de la administración regional. A ese número hay que sumar los participantes en el curso pasado, más los de la experiencia piloto y los escolares que conoce el proyecto gracias al ayuntamiento.

Triunfo asegurado

La directora del CEO Bethencourt y Molina, María José Zamorín –seis años al frente y otros tres en otras tares del colegio– explicó que «da lo mismo el nivel que participe en EduCarnaval; siempre es un triunfo el resultado», después de atribuir el mérito a que «somos chicharreros y, por tanto, carnavaleros». «Aquí hay muchos niños que participan en murgas infantil y en grupos coreográficos o comparsas». «Si fueran cosas de Matemáticas no se si le gustaría tanto».

Este centro ya acogió una edición anterior del proyecto de la murga Diablos Locos gracias a una anterior secretaria del colegio que conocía a la sociedad que preside MasiCarvajal, si bien esta es la primera vez lo hacen con el patrocinio municipal.

Lección magistral de Bermúdez

El acto de graduación del Bethencourt y Molina, en Barranco Grande, contó con la asistencia del alcalde, José Manuel Bermúdez, que no ocultó su entusiasmo cuando le tocó el turno de hablar a los niños, momento en el que se quitó el disfraz de político para mostrar su pasión por el Carnaval.

Sobre la marcha, Bermúdez agradeció la iniciativa de Diablos Locos para interesarse por el niño y el motivo que decidió bautizar la murga con Los Quintetos. A partir de ahí se refirió al Carnaval como Cultura para pedir respeto a la tradición, antes de ahondar en la historia de la fiesta a través de los sitios emblemáticos, como el teatro Guimerá, la Recova Vieja o plaza de toros, donde se celebró la gala. ¿Por qué tenemos el Carnaval? ¿Cuál fue la primera murga? ¿Por qué gusta tanto?... 

Fueron algunas de las preguntas que se hizo, y respondió Bermúdez, para destacar el talento y la creatividad de los carnavaleros, que hacen obras de arte como los trajes de reina, y animar a los niños a salir al Carnaval y llevar lo aprendido a la calle, incluso como componente de grupos. «Somos el Carnaval number one y luego nacieron los demás en Canarias».

En la retaguardia, detrás de los alumnos de Los Quintetos, el maestro Carlos Casanova, uno de los letrista de murgas adultas e infantiles más laureado, que no perdió la oportunidad para, mientras hablaba el alcalde, idear una letra del bautizo del hijo de Bermúdez, tras anunciar su paternidad.

Los niños del Bethencourt y Molina, ataviados con un disfraz elaborado con bolsas de basura y algunos apliques artesanos, interpretaron el Cubanito que, en solo una sesión, aprendieron de la mano de Idafe, de Diablos, y Kevin, de Bambones, y que dice así:

Cuéntame cómo te sientes,

cuéntame lo mal que estás,

vale más tus sentimientos

venga, para de llorar.

Madrugar, ay que tortura,

tiempo no tengo ninguno,

la tarea qué locura,

este año iré de cu...

Tengo pocas vacaciones, 

no hay fútbol en el recreo,

en cambio hay mucha tarea,

de pensarlo me mareo.

Todo el día estoy corriendo,

ni siquiera desayuno,

llego a clase hasta durmiendo,

hasta hablo con los búhos.

Si no me pagan yo no vengo,

me parece un abuso,

me lo paso escribiendo,

 es que en realidad me aburro.