La Generalitat admite que Canarias está peor financiada que Cataluña

La propuesta del Govern para un nuevo sistema de financiación autonómico reconoce que un ciudadano isleño recibe 30 euros menos que un catalán

Pedro Sánchez y Pere Aragonés, en diciembre en el Palau de la Generalitat en su primera reunión tras el acuerdo entre el PSOE y Esquerra Republicana para la investidura del líder socialista.

Pedro Sánchez y Pere Aragonés, en diciembre en el Palau de la Generalitat en su primera reunión tras el acuerdo entre el PSOE y Esquerra Republicana para la investidura del líder socialista. / Europa Press

M. Á. Montero

El plan de la Generalitat para lograr la «soberanía fiscal» de Cataluña, un objetivo primordial para los partidos independentistas, se fundamenta en una serie de cálculos comparativos con la que se pretende justificar la bondad de una aspiración que daría al traste con el principio de solidaridad interautonómica. La propuesta, presentada la semana pasada por el presidente en funciones de la Generalitat, el secesionista Pere Aragonés, de Esquerra Republicana (ERC), se resume en el intento de hacer pasar por justa la idea de que cuanta mayor riqueza tenga un territorio, más derechos habrán de tener sus ciudadanos. ‘Si yo aporto más, tendré que recibir más’. Pero al margen de inconsistencias argumentales, fiscales y jurídicas, el texto al menos permite descubrir que el Govern y los independentistas –que de un tiempo a esta parte se mezclan de forma indisoluble– admiten que Canarias está peor financiada que Cataluña.

La Propuesta de financiación justa para Cataluña, la misma que el Gobierno de Pedro Sánchez se ha cuidado muy mucho de censurar pese al rechazo generalizado de las restantes comunidades autónomas –incluidas las socialistas Asturias y Castilla-La Mancha–, incluye una singular lista de las 17 regiones del país ordenadas, de más a menos, en función de los fondos que cada una recibe del Sistema de Financiación Autonómico (SFA). Está en la página 26 de las 90 de que consta el documento. Pues bien, este particular ranking lo encabeza Cantabria como la comunidad que más recursos obtiene del SFA y lo cierra Valencia como la peor tratada, siempre, claro está, según los cálculos de la Consejería de Economía de la Generalitat catalana. En cifras per cápita, cada cántabro percibiría una media de 3.632 euros con cargo al SFA, mientras que cada valenciano apenas recibiría 2.691. ¿Y los canarios? A los canarios les tocarían 2.818 euros por cabeza, cifras que colocan al Archipiélago en el vagón de cola del ranking del Govern. De hecho, solo tres autonomías sacarían menos rédito que las Islas del actual sistema: Andalucía, con 2.724 euros per cápita; Murcia, con 2.714; y la susodicha Comunidad Valenciana. De modo que sí: la expoliada Cataluña, término habitual entre el independentismo, obtiene en total más recursos del SFA que Canarias. O cuando menos es lo que dice la Generalitat.

Se cae el alegato del expolio: las Islas y otras cuatro regiones arañan menos fondos que Cataluña

Frente a esos 2.818 euros por habitante en el Archipiélago, a cada catalán iría a parar una media de 2.848 euros. Es decir, 30 euros más por cabeza. Así que la autonomía del noreste peninsular no es, ni de lejos, la peor tratada. En peor situación estarían –y de nuevo toca insistir en que son los datos que esgrime la propia Generalitat– las mencionadas Valencia, Murcia, Andalucía, Canarias e incluso la Comunidad de Madrid, que con 2.834 euros per cápita también resultaría peor financiada. En consecuencia, el Govern presidido por Aragonés, en funciones desde la convocatoria de elecciones autonómicas que llevó a Sánchez a descartar la elaboración de los presupuestos del Estado para 2024, reconoce, de facto, que Cataluña recibe más recursos del SFA que las Islas. Y que otras cuatro regiones incluida Madrid. Así que como la foto no cuadra con el discurso del expolio, en la Consejería de Economía de la Generalitat ajustan los datos sobre la base de la paridad de precios, esto es, introduciendo en la fórmula para el cálculo de los fondos que recibe cada comunidad el mayor o menor coste de vida en cada territorio. Entonces, según ellos, Canarias pasa de estar entre las regiones infrafinanciadas a escalar hasta el octavo puesto de la clasificación, justo en media tabla. Y entonces Cataluña pasa a ser la penúltima, que no la última, porque ni siquiera con el ajuste de precios consiguen salir en la foto peor que Madrid. En tal caso la comunidad presidida por Isabel Díaz Ayuso queda como la peor financiada con 2.412 euros per cápita, por los 2.558 de Cataluña. Las Islas quedarían con 3.305 euros por habitante, con lo que de estar 92 euros por debajo de la media nacional –2.910 euros– pasan a estar por encima en 395 euros por cabeza. Evidentemente, la propuesta catalana de reforma del SFA no tiene en cuenta que el factor de la doble e incluso triple insularidad hace que la paridad de precios a escala regional tenga muy poco que ver con la realidad de determinadas islas. No es representativa. Y si no que se lo digan, por ejemplo, a los presidentes de los cabildos de La Palma, La Gomera y El Hierro, o más en concreto a Casimiro Curbelo, que lleva años alertando, y en ello sigue, sobre el insostenible nivel de precios de, por ejemplo, la gasolina.

La propuesta de la Generalitat es, eso sí, sincera. No en vano deja claro que el actual SFA «no es equitativo» por cuanto «comunidades que aportan menos terminan recibiendo más». Es decir, que es franca, meridianamente franca, al exponer que no les gusta la solidaridad interterritorial. Cataluña es, tal como se muestra en otra de las tablas del plan del Govern, la tercera región que más recursos inyecta en el sistema de financiación en términos per cápita –3.153 euros–, de modo que en aplicación de su argumentario también debería ser una de las que más recibe. Sobraría, por tanto, el factor de la solidaridad, el mismo que permite que fondos que se obtienen en una región rica sirvan para mejorar los centros de salud, los colegios o las carreteras de una región pobre. Un principio que nunca ha discutido ningún Gobierno de la Comunidad de Madrid, que no solo es la que más capacidad fiscal le aporta al sistema –3.769 euros por habitante–, sino que también sale peor financiada que Cataluña bajo cualquier criterio que se siga, incluido el método catalán de la paridad de precios. Ello no obsta, sin embargo, para que la Generalitat sostenga que «el modelo territorial del Estado potencia la hipercapitalidad de Madrid».

El plan es franco al exponer que no les gusta el principio de solidaridad interterritorial

Además, en la propuesta solo se esgrime el factor de la renta en un sentido: cuando sirve para reforzar su argumentario. La paradoja es que la expoliada Cataluña tiene un PIB, renta o riqueza per cápita de 32.550 euros –de acuerdo con los datos de 2022–, mientras que supuestas expoliadoras como Extremadura, con unos exiguos 21.343 euros; Andalucía, con unos aún más exiguos 21.091 euros; o la propia Canarias, con 22.303, están a años luz. Y cabe recordar que el indicador del PIB por habitante es infalible en un aspecto: allí donde es más alto, más altos serán también los niveles de desarrollo y de bienestar social.

Eso, esas enormes diferencias entre la renta per cápita de las distintas autonomías, lo que es tanto como decir esas enormes diferencias en términos de desarrollo socioeconómico, es lo que evidencia la necesidad de una solidaridad interterritorial que evite una suerte de España de dos velocidades. O tres, o cuatro. Al respecto, y como pretendido partido de izquierda, ERC ha introducido en la propuesta una «solidaridad bilateral» a la que Cataluña contribuiría con sus aportaciones a una especie de «fondo de reequilibrio». Pero eso sí, aquí no hay cálculo previo alguno, ya que la aportación tendría que negociarse cada año, y de forma «bilateral», entre la Generalitat y el Gobierno central.

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