Vox defiende la introducción de centrales nucleares en Canarias

Galván tacha de «sin sentido» apostar por las energías renovables y reducir las emisiones de CO2, al que considera el «gas de la vida»

Nicasio Galván esta tarde durante su intervención en el Parlamento de Canarias.

Nicasio Galván esta tarde durante su intervención en el Parlamento de Canarias. / EP

Néstor Santana

Néstor Santana

El portavoz del Grupo Parlamentario Vox, Nicasio Galván, subió esta tarde al estrado de la cámara autonómica, durante el Debate sobre el Estado de la Nacionalidad Canaria, para insistir al Gobierno, como ya ha hecho otras veces en estos ocho meses de legislatura, que no imponga ni a su formación ni a sus 70.000 votantes líneas rojas. Una clama por la normalización de la presencia de los de Santiago Abascal en la vida política isleña a la que siguió la defensa a ultranza de la «batalla cultural» que solo ellos mantienen frente a los «delirios» de la Agenda 2030. Este plan europeo, según Galván, obliga al Archipiélago a apostar «sin sentido» por las energías renovables en vez de por el gas y la energía nuclear, fuentes que a su juicio deberían centrar el debate. 

Galván recalcó que este plan de acción de Bruselas enfocado en el desarrollo sostenible, así como el Pacto Verde Europeo, promueven una descarbonización que carece de lógica aparente, algo que refuerza, según el portavoz, la propuesta de Vox para eliminar del organigrama gubernamental a la Consejería de Transición Ecológica. Pero, ¿por qué el partido de extrema derecha concibe como absurda la descarbonización de Canarias? 

El objetivo de la Unión Europea (UE) de reducir las emisiones de dióxido de carbono es ilógico para la formación porque considera al CO2 «el gas de la vida». No obstante, todo en exceso es malo, un argumento que utilizó el presidente de Canarias, Fernando Clavijo para dejar en evidencia el negacionismo de los de Abascal. «El agua da vida, pero en mucha cantidad te puedes ahogar. Todo debe estar en su justa medida», expuso el presidente para mostrar la poca solidez del planteamiento de Galván, que además tachó de «fanatismo climático» que no se explote el petróleo de los fondos marinos del Archipiélago o las tierras raras, claves para la industria tecnológica. 

El líder del Ejecutivo también aprovechó su réplica para demarcarse de los «mantras» de Vox. Subrayó que su gabinete no dará ni un paso atrás en la lucha contra la violencia machista ni en lucha contra el cambio climático, a la que Galván tachó de basarse en «falsedades» minutos antes. Clavijo puso en valor la Agenda 2030, y no pudo evitar tirar de ironía al tratar la propuesta de introducir en las Islas energía nuclear, cuestión que considera ideas del pasado. «Es una irresponsabilidad. ¿Energía nuclear? Hay que ser serios, usted sabe que no es posible», respondió a la ultraderecha. Sobre todo, añadió que no es posible porque las Islas poseen seis sistemas eléctricos independientes, una realidad que provoca que sea inviable instalar seis centrales nucleares o una que alimente de electricidad a toda la comunidad. 

Fresas y aguas fecales

La aspiración de alcanzar un sistema intensivo en energías limpias no fue lo único que criticó Galván sobre la política europea de sostenibilidad. «La Agenda 2030 está promovida por élites, a las que nadie ha votado, que quieren que comamos insectos con carne artificial y de postre unas fresas regadas con aguas fecales», aseguró el portavoz de Vox ante la cámara. ¿Motivo? El plan de acción sostenible potencia la destrucción del sector primario local, explicó el portavoz de Vox. Esas fresas «regadas con aguas fecales» vienen a colación de unas frutas importadas desde Marruecos, en las que se detectó hace una semana hepatitis A. Por ello, exigió la Unión Europea que imponga a los agricultores de terceros países los mismos requisitos sanitarios que a los productores locales. 

Clavijo ayer también remarcó que la Agenda 2030 es vital para el campo. Es más, aseguró que sin el sector primario no existiría este plan, por mucho que el partido de extrema derecha «ponga a los agricultores en su contra», en referencia a los intentos de Vox de politizar las últimas protestas de agricultores y ganaderos.