Los tejemanejes de Dimas Martín: nueve condenas y 31 años de cárcel

El expresidente del Cabildo de Lanzarote, de 75 años, lleva media vida entrando y saliendo de la prisión por el cobro de comisiones y delitos contra el territorio

Dimas Martín.

Dimas Martín. / EFE/Javier Fuentes Figueroa

10 de mayo de 2007. Carta desde la cárcel de Tahíche, en Lanzarote: «Nací rebelde, independiente, orgulloso con ciertas dosis de soberbia, soñaba con ser líder, trabajador, de procedencia humilde, defensor y amante de la familia, creyente, repudio a los chaqueteros y adulones... He tratado de ser justo en mis decisiones aún siendo consciente de no haberlo conseguido siempre. A los treinta y cuatro años, y fiel a mis ideales, me inicié en mi andadura pública, nací político y moriré político». Dimás Martín tenía 59 años cuando escribió esta misiva desde la prisión lanzaroteña, tras ser condenado a ocho años de cárcel y quince de inhabilitación política, por cuatro delitos económicos ligados con la gestión del Complejo Agroindustrial de Teguise. Era su cuarta condena.  

Ahora, 17 años después y ya con 75 velas a sus espaldas, tras esa declaración de inocencia y de pregonar un complot político contra su persona en esa misiva, este político lanzaroteño, uno de los más influyentes en la Isla y en Canarias, en los años 80, 90 y la primera década del 2000 -que fue alcalde de Teguise, dos veces presidente del Cabildo de Lanzarote, senador, diputado autonómico y fundador del Partido de Independientes de Lanzarote (PIL)- continúa en prisión. De hecho, ha entrado y salido de forma ininterrumpida desde 1993 por sus tejemanejes como cargo público y dirigente de su partido. 

La compra de un edil del PP en el Ayuntamiento de Arrecife le lleva a la cárcel tres años

Lleva acumuladas en sus 40 años en política nada menos que nueve condenas, que suman 31 años de cárcel, y muchos más de inhabilitación como cargo público, aunque haya cumplido menos de la mitad en las prisiones y, además en un régimen muy laxo la mayoría de las veces, por sus influencias en la Isla, reconocidas en las escuchas telefónicas de su causa más famosa, el caso Unión, por el que en septiembre de 2022 el Tribunal Supremo confirmó la primera condena por asociación ilícita en un entramado de corrupción de Canarias, dirigido por Martín desde la cárcel. Y, pese a ello, seguía defendiendo su inocencia y dijo que iba pedir otro indulto -uno le fue concedido en 1999 y otro denegado en 2003-. 

Pero en su última condena, del 8 de enero de este año, por el caso Jable, por primera vez admitió, tras cuatro décadas de pasar por juzgados e innumerables recursos, que «recibió 72.000 euros» por parte de la empresa Tecmed SA (ahora Urbaser) para conseguir el contrato de basura del Ayuntamiento de Arrecife y, como autor confeso de un delito de fraude a la administración y otro de cohecho, se le rebajó la pena a dos años y medio -a la excalcaldesa de Arrecife, María Isabel Déniz, le cayeron diez años-. Este cambio de actitud seguramente se debe a que Dimas Martín está mayor, era la última causa que le quedaba pendiente y ya es hora de volver lo antes posible a su casa de Guatiza, donde llevaba, antes de entrar de nuevo en la cárcel en 2022, una vida tranquila y familiar desde hacía más de dos años, cuidando a sus «animalitos» y la «finquita». 

Dimas Martín

Dimas Martín / LP / DLP

Pero ¿quién es Dimas Martín? Nacido en 1948 en Yaiza, como él dice proviene de una familia humilde, numerosa, en una época en que Lanzarote padecía miseria, y que pasó de la venta de la salazón del pescado a Gran Canaria y Tenerife a las conserveras, la primera de ellas de la mano de los Lamberti con la Rocar (Arrecife), una factoría de pescados en el Islote del Francés, hoy en ruinas, que levantó la economía insular. Dimás Martín se hizo técnico agrícola de profesión y trabajo para el Cabildo de la Isla. 

El Complejo Agroindustrial de Teguise: ochos años por delitos de malversación

Todos quienes lo conocen señalan que es un hombre con una gran capacidad de convencimiento y agudeza oratoria. Un cuico, como se dice en Canarias, en toda regla. En 1983 empezó su viaje político en Teguise como alcalde, y diez años después, en 1993, el periplo de sus condenas por decisiones tomadas en el ámbito público y político.

Alcalde con un tránsfuga

De entrada, es curioso ver cómo consiguió alzarse con la Alcaldía de Teguise sin haber ganado las elecciones. Se presentó por la lista de la Agrupación de Electores Independientes de este municipio -después fundaría el PIL- y logró tres concejales frente a los seis del PSOE, uno de CDS y otro del PP. No había duda de que el bastón de mando sería para el PSOE, pero Dimas Martín convenció a Alfonso Tolosa, que concurrió con los socialistas, para que lo apoyara y accedió a la Alcaldía en un pleno que se convirtió en un campo de batalla por el enfado de los simpatizantes socialistas.

Martín y Tolosa estuvieron escondidos en el Ayuntamiento durante varias horas, hasta que al fin pudieron salir sin sufrir ningún ataque, y a Tolosa, sus excompañeros le tiraron monedas y hasta un billete de cien pesetas, llamándolo Judas, como símbolo de traición. Así se estrenó Dimas en política, el 26 de mayo de 1983. Tan solo siete meses después, cometería, según condena firme en 1993, su primer delito de cohecho. 

Pero pese al barullo inicial en el acceso a la Alcaldía, Martín se metió al pueblo en el bolsillo por su gran populismo. Su despacho siempre estaba abierto a los problemas de la gente y así creció su popularidad. Lo veían como uno más. Entre las excentricidades del político, para comunicar La Graciosa con Lanzarote y evitar que se quedaran aislados con el mal tiempo, ideó un teleférico que se quedó en nada, y alquiló un helicóptero, que mantenía en el Complejo Agroindustrial de Teguise -organismo que él gestó y que lo llevaría a la cárcel en 2006- para realizar viajes a La Graciosa, pero entre los sustos que provocaba a las cabras y las quejas de los ganaderos de la zona, más lo caro que era el mantenimiento del servicio, acabó siendo un fracaso. 

En 1987, el político lanzaroteño es reelegido alcalde de Teguise, y esta vez con mayoría absoluta, y en 1989, se convierte en senador por Lanzarote, con el 64% de los votos y más de un 80% en el término de Teguise. De 1991 hasta 1993 será presidente del Cabildo, además de diputado del Parlamento de Canarias, senador y concejal en Teguise. Cuatro cargos llegó a acumular. Por este entonces, Dimas comenzó ya a frecuentar la cárcel. Su forma de hacer política y su empoderamiento y amistades políticas y empresariales, como una suerte de virrey de la Isla estimulado por sus acólitos, provocó que entrara y saliera de prisión de forma continuada. Pero previamente a sus acciones como cargo público ya había flirteado con la justicia, aunque no fue juzgado.

Los Cocoteros

En los años 70, como empresario, impulsó una urbanización turística en Los Cocoteros, en la costa de Guatiza, donde se construyeron cien apartamentos y logró vender trescientos. Aunque un juez ordenó su ingreso de forma provisional en la cárcel por este asunto, lo cierto es que la denuncia desapareció literalmente de los tribunales. Eso sí, algunos de los denunciantes fueron cobrando a lo largo de los años, aunque nadie se atreve a decir de dónde salía ese dinero.

Roger Deing

Este fue el primer caso que inaugura su extensa lista de condenas como cargo público. La causa de Roger Deing, un británico afincado en Lanzarote que años más tarde se convirtió en concejal del PP y después se unió a Vox, tuvo condena firme en 1993, cuando Dimas Martín ya era senador y presidente del Cabildo. Se le impusieron seis años de inhabilitación especial para cargo público y dos meses de arresto mayor, por quedar probado que diez años antes, el 5 de diciembre de 1983, entonces sin antecedentes penales computables a efectos de reincidencia, aceptó como alcalde de Teguise 500.000 pesetas (3.000 euros actuales) a cambio de paralizar una construcción que llevaba a cabo este vecino del municipio en una parcela suya. Dimas Martín le había pedido un millón para frenar el derribo pero, tras negociar, llegaron al acuerdo de 500.000 pesetas. Solo llevaba siete meses en el cargo como alcalde de Teguise.

Bañadero de Guatiza

En octubre de 1998 ingresó en prisión para hacer frente a una pena de seis meses por un delito de desobediencia por la construcción del bañadero de Guatiza. Pero solo cumplió tres meses de cárcel porque fue indultado el 15 de enero de 1999 por el entonces Rey Juan Carlos y el Gobierno de José María Aznar «como autor de un delito continuado de desobediencia a la autoridad», por hechos cometidos en los años 1990 y 1991, indica el Real Decreto. En esos años, Dimas Martín, como alcalde de Teguise y en pleno apogeo de su poder en la Isla, se enfrentó a agentes de la Guardia Civil que intentaron paralizar unas obras que el Ayuntamiento de Teguise venía ejecutando en la Caleta de Guatiza, una orden tramitada por el delegado del Gobierno a instancias de la Demarcación de Costas. Se sucedieron varios enfrentamientos tensos con el entonces jefe de Costas de Canarias, José Fernández, porque Dimas no había pedido ningún permiso. Aún hoy sigue defendiendo que lo hizo por el provecho de los vecinos. Este indulto dio alas a Martín para pedir otro, aunque sin tanta suerte.

Compra de un edil del PP

Este es una caso rocambolesco. La Audiencia Provincial de Las Palmas condenó a tres años de prisión en febrero del 2000, a Dimas Martín por un delito de cohecho, sentencia ratificada por el Supremo en 2001. Además era reincidente en este delito. El fallo expone que tras las elecciones de mayo de 1995, Dimas Martín le propuso a Juan Carlos Hernández, concejal del PP, que en el pleno en el que se constituiría la corporación en Arreccife y se procedería a la elección del alcalde se abstuviera de votar. A cambio, Martín le ofreció 12 millones de pesetas. Tras la votación, resultó elegido como alcalde el candidato del PIL, Cándido Armas. Tras la condena en firme en 2001, Martín pidió el indulto. Defendía que era inocente y no tuvo nada que ver. El 14 de noviembre de 2003, dos años después, el Consejo de Ministros se lo denegó. Pero meses antes, algo impensable ahora, el dirigente del PIL pudo presentarse a las elecciones de mayo de 2003, ganó en el Cabildo y salió elegido diputado, además, en el Parlamento canario. Pactó con CC para gobernar la corporación insular y ocho meses después, en enero de 2004, tras denegarle el indulto, entró en la cárcel con más de 600 seguidores vitoreándolo a las puertas de la prisión de Tahíche, casi la que sería su casa. Abandonó el cargo del Parlamento sobre la marcha, pero en el Cabildo no dimitió, y Mario Pérez permaneció como presidente accidental. En junio de 2004 renunció a su cargo en un a carta desde la cárcel.

Complejo agroindustrial

2004 fue nefasto para Dimas Martín. En diciembre, la Audiencia Provincial de Las Palmas condenó a Dimas Martín a otros ocho años de cárcel por delito continuado de malversación de caudales públicos y por delitos contra la Hacienda pública y contra la Seguridad Social, durante su gestión al frente del Complejo Agroindustrial de Teguise. En junio de 2006, el Supremo ratificó la sentencia ante los recursos de Dimas. Volvió a la cárcel, el 22 de diciembre, pero esta vez de noche, sin algarabías ni medios de comunicación, acompañado solo de su esposa Elena Martín y sus cuatro hijos. El PIL y su líder se iban desgastando. La Audiencia consideró probado que el acusado se apropió de 2,3 millones de euros del Complejo Agroindustrial de Teguise, del que fue su responsable entre 1991 y 1994, y que se creó a iniciativa suya siendo alcalde, para comercializar la producción agrícola de la Isla. Leche, uva, cebollas o batatas se pagaban al productor a un precio mayor que el que ofrecía el mercado, propuesta que Dimas publicitó con ahínco días antes de las elecciones para que llevaran sus productos, que él los compraba, prometió. Muchas cebollas que adquirió aparecieron en contenedores de basura días después de los comicios y los agricultores con pagarés sin cobrar. 

En la ermita de Los Dolores construyó aseos en un espacio protegido y rompió una colada de lava

Ermita de Los Dolores

Suma y sigue. Dimas vuelve a ser condenado a dos años de prisión y ocho de inhabilitación en de 2011 por los delitos de prevaricación urbanística, daños contra el patrimonio y la ordenación territorial. En verano de 2003, siendo presidente del Cabildo, ordenó la construcción de unos aseos públicos sobre un espacio protegido, rompiéndose una colada de lava. Quería dar cobertura a la falta de estos servicios durante la celebración de la multitudinaria romería de Los Dolores, en Mancha Blanca, en Tinajo. Martín cuestiona este fallo porque a pesar de que la sentencia dictaba demoler los baños, aún siguen en pie y se usan. 

El ‘caso Unión’: Martín dirigía desde prisión el cobro de comisiones ilegales a empresas

‘Caso Unión’: Batllori

Empieza la lluvia de condenas del caso Unión, el macroproceso de corrupción política y empresarial en la Isla por el que fue detenido Dimas Martín en la propia cárcel en 2009 y en 2010 por el caso Jable. En febrero del 2015, la Audiencia de Las Palmas condenó a siete años de cárcel al exconsejero de Trabajo del Gobierno canario, Francisco José Rodríguez-Batllori (fallecido en 2019 en Sevilla), y a cinco años y medio a Dimas Martín por delitos de malversación y prevaricación al pagar con cargo a fondos públicos del Ayuntamiento de Arrecife y de la sociedad Insular de Aguas de Lanzarote (Inalsa) las gestiones que el primero hacía como abogado en favor del líder del PIL.

Pena por fabricar una piscina y tres habitaciones en una finca en Los Rostros, en un parque natural

Los Rostros

El Juzgado de lo Penal número 1 de Arrecife vuelve a condenar a dos años de cárcel y a una multa de 12.000 euros al expresidente del Cabildo por otro delito contra la ordenación del territorio por la construcción de una piscina de unos 30 metros cuadrados y tres habitaciones de unos 90 metros cuadrados en una edificación ya existente, en una finca catastrada a nombre de su mujer dentro de los límites del Espacio Natural Protegido del Parque Natural de Los Volcanes, en Yaiza, en la zona conocida como Los Rostros. Es otra pieza del caso Unión. Según la sentencia, «el acusado, al menos entre el mes de marzo y el mes de mayo de 2009 -ya desde la cárcel-, «promovió, con total desprecio a la ordenación legal del territorio, obras de transformación del suelo» sin la obtención previa de calificación territorial y de licencia municipal de obra. 

Asociación ilícita

En septiembre de 2022 se produce la gran estocada a Dimas Martín con el caso Unión. El Supremo confirma la sentencia de siete años y cinco meses de prisión, impuesta el 16 de septiembre de 2019 por la Audiencia Provincial de Las Palmas al exdirigente del PIL por delitos de asociación ilícita, malversación de caudales públicos de especial gravedad, así como por un delito continuado de cohecho. Esta es la primera condena firme por un delito de asociación ilícita vinculado a un caso de corrupción en Canarias. El Supremo considera probado que el histórico dirigente del PIL gestó desde la cárcel de Tahíche, donde cumplía condena por el complejo agroindustrial, una trama para el cobro de comisiones ilegales en el Ayuntamiento de Arrecife, entre 2007 y 2009, a cambio de adjudicaciones de obra o de cobro por servicios. 

En la ‘Operación Jable’ el exdirigente del PIL reconoce por primera vez que recibió 72.000 euros

Operación Jable

Otra de la causas a raíz del caso Unión. Dimas Martín declara desde la cárcel y reconoce, por primera vez, el cobro de comisiones -72.000 euros- a la empresa Tecmed (ahora Urbaser), y es condenado en enero de este año a dos años y seis meses de prisión como autor confeso de un delito de fraude a la administración y otro de cohecho. A la exalcaldesa de Arrecife, María Isabel Déniz, que pidió un rolex, un viaje a Kenia o 141.000 euros, le impusieron diez años y medio de cárcel, entre otros procesados.

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