Campeón del Mediterráneo

El canario Eduardo Blasco desembarca tras participar durante dos semanas en el rescate de 196 migrantes en aguas cercanas a Italia

Instante de uno de los rescates llevados a cabo por Open Arms, con Eduardo Blasco, de espaldas, en la embarcación de la derecha.

Instante de uno de los rescates llevados a cabo por Open Arms, con Eduardo Blasco, de espaldas, en la embarcación de la derecha. / VÍCTOR CABO

Julio Gutiérrez

Julio Gutiérrez

Nacido en San Sebastián y criado desde los cuatro años en Fuerteventura, Eduardo Blasco desembarcó ayer en un puerto italiano tras prácticamente dos semanas de navegación. Celebró su 29 años a bordo del ‘Open Arms’, que ha rescatado a casi 200 migrantes en aguas del Mediterráneo desde el 9 de agosto.

En la mañana de ayer tocó tierra en Marina de Carrara (noroeste de Italia) el Open Arms con 196 migrantes –varios menores y dos bebés entre ellos– recogidos en tres operaciones de rescate en el Mediterráneo. Hasta junio habían muerto es su aguas al menos 1.807 personas que intentaban llegar a Europa desde las costas norteafricanas, según la Organización Internacional para las Migraciones de Naciones Unidas (OIM). Ninguno de quienes ayer pudieron sonreír al llegar a tierra firme sabía que entre sus rescatistas estaba un campeón del mundo, el canario Eduardo Blasco.

«Seguiré salvando todas las vidas que pueda, durante todo el tiempo que pueda, porque puedo soportarlo, puedo hacerlo», relató ayer desde la villa italiana. Para enrolarse en esta misión humanitaria, Blasco renunció a competir en el Campeonato de Europa de Salvamento y Socorrismo, disciplina en la que –modalidad 50 metros remolque– se proclamó el mejor del mundo hace un año.

"Usar mis habilidades para salvar vidas es una causa mucho más importante que ganar medallas"

Eduardo Blasco

— Campeón mundial de Salvamento y Socorrismo

Después de esta experiencia en el mar asegura que volverá a la competición, pero sus prioridades han cambiado. «Usar mis habilidades para salvar vidas es una causa mucho más importante que ganar medallas», explicó.

La preparación física no fue un problema. La alta competición le obliga a conservar siempre un nivel elevado de forma. Buena parte de su entrenamiento para ponerse al servicio de Open Arms se basó en el trabajo mental. Sabía que podía enfrentarse a situaciones en las que tener la cabeza a pleno rendimiento resultaba vital.

Eduardo Blasco con el mar Mediterráneo de fondo.

Eduardo Blasco con el mar Mediterráneo de fondo. / VÍCTOR CABO

«Estaba muy preparado tanto física como psicológicamente para la tarea», aseguró todavía a bordo. Mientras, seguía de cerca las evoluciones de las autoridades que acudieron al muelle a recibir a la embarcación. «Se está liando ya», advirtió poco después y como último dato anunció: «Parece que bloquean el barco 20 días».

Los alcaldes, contra Meloni

El Gobierno de la antieuropeísta y neofascista Giorgia Meloni tiene entre sus objetivos el de hacer de Italia un lugar de difícil acceso para los migrantes. También ayer, el alcalde de Florencia, Darío Nardella, aseguró a Efe que las medidas puestas en marcha por el Ejecutivo «no solo no han sido eficaces, sino contraproducentes».

«No quiero entrar en política», afirmó por su parte Blasco, si bien se mostró «a favor de que se controle la migración». Rehusó el debate ante la urgencia de «proteger la vida en el agua» y el sinsentido que supone cualquier intento por eludir «el deber de salvaguardar la vida» algo que, según afirmó «está ocurriendo sistemáticamente».

"Aprendes muchísimo, hablas con ellos, te cuentan su historia y te reafirmas en la convicción de que hay que ayudarles"

Eduardo Blasco

— Campeón mundial de Salvamento y Socorrismo

 A ello, añadió «la deshumanización salvaje que se está implantando» y que tiene por víctimas a los migrantes que buscan una vida mejor; «a las personas que no son como nosotros», detalló para afear «la falta de empatía» con el prójimo que se maneja en el presente. A bordo del Open Arms viajaban «bangladesíes, libios, nigerianos y sirios principalmente», según la enumeración de Blasco.

Blasco colabora con otros compañeros en el reparto de comida a bordo.

Blasco colabora con otros compañeros en el reparto de comida a bordo. / VÍCTOR CABO

«Huyen» de sus lugares de origen «por diferentes motivos» y todos se muestran «agradecidos» cuando se produce el rescate. «Aprendes muchísimo, hablas con ellos, te cuentan su historia y te reafirmas en la convicción de que hay que ayudarles; no se merecen esto, nadie elige dónde nace», expuso Blasco. «Cuando salvas la vida a alguien se genera una conexión especial y comprende que le estás ayudando», finalizó.

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