Entrevista | Astrid Pérez Nueva presidenta del Parlamento de Canarias

Astrid Pérez: «Desconozco si es más populista Vox o Podemos»

Astrid Pérez (Las Palmas de Gran Canaria, 1969) no va a poder recoger en persona los «frutos» de su trabajo en Arrecife, pero ya es la primera representante de Lanzarote en presidir una de las grandes instituciones autonómicas

Se pone un reto: divulgar y difundir el funcionamiento de la Cámara y las instituciones

Astrid Pérez, nueva presidenta del Parlamento de Canarias, en un instante de la entrevista con este diario.

Astrid Pérez, nueva presidenta del Parlamento de Canarias, en un instante de la entrevista con este diario. / Andrés Gutiérrez

Vaya dos rejonazos al Gobierno de Canarias en su discurso de investidura.

¡Qué rejonazos! ¿Cuáles? De verdad que no entiendo cuáles fueron esos rejonazos.

En fin, eso de que la sociedad merece un halago por dar un volantazo político cuando no hay progreso en el estado del bienestar...

Lo dije con carácter general. Me acuerdo perfectamente de lo que dije. Ratifiqué las palabras de Gustavo Matos cuando hablaba de que acabábamos una legislatura de intolerancia. Porque Gustavo Matos, en el 2019, dice: acaba una legislatura de intolerancia –que, por cierto, yo entonces no me metí en a qué se refería–, para abrir una etapa de pluralismo. Y yo ratifiqué esas palabras, y como soy una persona que lleva mucho tiempo hablando de cultura democrática y de madurez política, pues he dicho lo de la madurez de un pueblo que cuando su Comunidad Autónoma no progresa, vota al cambio. Me parece un principio general de la política, oiga, la madurez de una ciudadanía que cuando las cosas van bien apoya al que lo hace bien y que cambia cuando las cosas no progresan como deben. Pero no sé por qué nadie debe sentirse aludido; no sé por qué se han sentido aludidos. Y luego sí dije que tenemos importantes problemas estructurales. Que estamos a la cola en determinadas cuestiones es algo real, no es algo que digan Astrid Pérez o el Partido Popular. Ahí están los números y ahí están los datos. Tenemos que salir, por ejemplo, de la cola de la pobreza. Pero vamos, que es un discurso que también han hecho presidentes que me han precedido, así que no sé por qué levanta ronchas que lo haga una presidenta del Partido Popular.

Hace cuatro años, su inmediato antecesor en el cargo, Gustavo Matos, anunció que se estudiaría si el importe de las dietas que cobran sus señorías era apropiado. ¿Hay que volver a hablar de esto?

No lo hemos planteado. De hecho, mañana celebraremos la primera Mesa y no se va a hablar de dietas ni de los sueldos de los diputados. En ningún caso. Dese cuenta de que no hemos celebrado ni ninguna Mesa ni ninguna junta de portavoces, con lo que, hoy por hoy, nadie me ha llamado ni me ha planteado nada sobre las dietas.

«No sé por qué nadie debe sentirse aludido por mi discurso; no sé por qué levanta ronchas»

Ya, pero se vende muy bien eso de que quien estrena cargo hable de la necesidad de recortar gastos. Tiene, si le parece, un punto populista.

Pero es que yo no soy populista... No soy populista.

Qué nueva Mesa de la Cámara...

... ¿Qué le pasa a la Mesa?

Digamos que la integran, empezando por su presidenta, personas de convicciones muy firmes, si me permite escapar así.

[Ríe] Eso significa gente con carácter, me lo está intentando maquillar... ¡La que menos carácter tiene soy yo!

Astrid Pérez, Ana Oramas, Patricia Hernández... Una Mesa de notable peso político.

Bueno, le garantizo que la que menos carácter va a tener en esa Mesa soy yo. Ojo, no conozco a Ana Oramas. Conozco bien a Gustavo Matos; conozco a Mario [Cabrera], con quien he compartido muchos años –piense que lo conocí cuando yo era vicepresidenta del Cabildo de Lanzarote y él, presidente del Cabildo de Fuerteventura–; y conozco a Patricia. Pero es verdad que no conozco a Ana Oramas más allá de coincidir en actos y de saludarnos. Me han dicho que tiene carácter, pero oiga, eso está bien, tener carácter está bien, otra cosa es tener mal carácter. Pero mire, yo no soy muy sectaria, bueno, no soy nada sectaria. No me gusta la gente radical, y hablo de carácter, eh, no hablo de política, ni muchísimo menos. Me gusta la gente flexible, la gente que respeta la libertad del otro y lo que piense el otro. La Mesa será y es una Mesa en la que todos nos respetamos ideológicamente y donde, sobre todo, nos respetaremos como personas.

Vox ya no es novedad, pero sí es novedad su entrada en la Cámara autonómica. ¿Cuáles serán las líneas rojas? ¿Hay nuevas líneas rojas con la irrupción de los voxistas? Por cierto, Gustavo Matos, en su despedida, se refirió de forma implícita a Vox cuando deseó que el Parlamento siga siendo un bastión ante el menoscabo de valores como el respeto o la tolerancia.

Hemos tenido a Podemos desde el año 2015... No sé cuál es más populista de los dos. ¿El populismo ha entrado o se ha ido de la Cámara? No lo sé... Podría haber planteado también que en el año 2019, cuando entramos en el pluralismo político, ya había entrado el populismo en la Cámara. No lo dije en mi intervención. Y no lo dije por eso: por respeto. Gustavo Matos habló en 2019 de pluralismo político. Perfecto. No dijo que había entrado el populismo en la Cámara. ¿Qué diferencia hay entre el 2015, cuando entró Podemos, y ahora...? No lo entiendo. Sé que Podemos era un partido populista, y no sé cómo es Vox porque nunca he podido compartir con ellos ningún espacio político: ni ayuntamiento, ni cabildo... De cualquier manera, y hablo ahora en primera persona, yo soy una persona de centro, de centroderecha, y lo digo muy orgullosa. Tengo mi espacio muy bien determinado. Pero insisto: no me gustan demasiado los radicalismos, no me gustan ni en política ni en casi nada. Esto es algo que puede compartirse o no, porque, en fin, hay gente que es muy radical. Yo creo en el respeto, en la moderación, en la libertad de expresión y en los valores democráticos y constitucionales.

Me consta que le dolió dejar el Ayuntamiento de Arrecife, pero ¿cómo decir que no a la presidencia del Parlamento?

Muchísimo... Había que ver cómo estaba la ciudad cuando nosotros llegamos y hay que ver cómo está ahora. Pero en la Administración todo es tan complicado, con la maraña burocrática, con la intervención..., que ahora es cuando se empiezan a recoger los frutos de todo ese trabajo. He llorado mucho allí y he sudado sangre. Y claro que uno piensa jo, justo ahora cuando llega el fruto de todo ese trabajo... Pero mire, también estoy contenta porque todo eso, todos los proyectos que tenemos, los recoge mi partido político. Y qué quiere que le diga, para mí es un honor. Es un honor, también como jurista, que el presidente de mi partido me haya propuesto para la presidencia del Parlamento. Es, permítame la expresión, lo más.

«Que estamos a la cola en determinadas cosas es algo real, no es algo que diga Astrid Pérez»

No me ha dicho eso de que hay que acercar el Parlamento a la gente, a las personas, a la calle. Un clásico en el estreno del cargo.

Pero es que es una realidad.

Pues han fracasado todos.

Totalmente. Es una asignatura pendiente. Una anécdota: este miércoles me decían, presidenta, que vienen colegios, y yo pensaba, qué hacen niños de cuatro o cinco años aquí, pobrecitos, qué aburrimiento. ¿Dónde están los alumnos de secundaria, dónde están los universitarios? Fíjese, yo creo que mucha gente votaría de manera diferente si supiera cómo funcionan las administraciones.

Suscríbete para seguir leyendo