Sus tres socios en el Gobierno de Canarias –PSOE, NC y Agrupación Socialista Gomera– dejaron solo a Podemos en la defensa de su fórmula para solucionar el embrollo en que la ley estatal de la cadena alimentaria ha metido al sector del plátano. La idea de la fuerza política morada es que el precio mínimo de venta –una imposición bienintencionada del Ministerio de Agricultura que, sin embargo, puede expulsar del mercado al plátano canario, obligado a competir en desventaja con la banana de importación– se calcule descontando la parte correspondiente a la ayuda del Posei. Es decir, excluir del coste de producción, que a su vez determina el precio mínimo o precio de referencia, el porcentaje de la subvención recibida por el agricultor a través del Programa Comunitario de Apoyo a las Producciones Agrarias de Canarias (Posei). Si el coste de producción es cien y la ayuda del Posei es 30, pues entonces el precio mínimo quedaría en 70, tal como explicó ayer en la Cámara el diputado de Podemos Francisco Déniz.

La propuesta de los de Noemí Santana no encontró ni un solo apoyo en el Parlamento: ni entre los otros tres grupos del pacto de gobierno ni tampoco entre los tres de la oposición, esto es, Coalición Canaria (CC), PP y Ciudadanos. Déniz se esforzó para intentar convencer a los diputados de que su fórmula permitiría armonizar los distintos puntos de vista sobre el encaje del plátano en la ley de cadena alimentaria. Por un lado, el cultivo isleño por excelencia no quedaría excluido sin más de la obligación de fijar un precio mínimo a pagar al agricultor, que es el pilar de la ley nacional; por otro, cabría la posibilidad de descontar la ayuda del Posei del precio mínimo –con lo que este se reduciría de manera sensible– en esos momentos en que la banana inunda el mercado a precios tan bajos que el plátano solo puede competir si hace lo propio. De hecho, en esos períodos en los que las importaciones de bananas arrinconan al plátano –los costes de producción de la banana son mucho más bajos–, a los productores canarios no les queda más remedio que vender a pérdida. O hacen eso y al menos ingresan algo o directamente tiran o regalan la fruta. A la larga, esto significaría la casi total desaparición del cultivo.

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Segunda jornada del pleno en el Parlamento de Canarias Andrés Gutiérrez

En cualquier caso, la iniciativa de Déniz no prosperó. El resto de partidos, en línea con la Proposición No de Ley (PNL) aprobada en marzo por una amplísima mayoría –no hubo votos en contra y Podemos se abstuvo–, quiere que el plátano se exceptúe de la prohibición de vender a pérdida sin caminos intermedios como el propuesto por los morados. Aquella PNL, promovida por la Agrupación Socialista Gomera, supuso un importante respaldo a las tesis de los productores canarios –o al menos de su principal cuerpo representativo: la Asociación de Organizaciones de Productores de Plátanos de Canarias (Asprocan)– frente a la tabla rasa del Ministerio de Agricultura. Máxime por la adhesión de los socialistas canarios, que entre los argumentos del Gobierno central, liderado por el PSOE, y los de los plataneros, se quedaron con los de estos últimos.

Aunque la solución al lío del plátano y la cadena alimentaria era el punto más importante de la PNL de Podemos, esta tenía otros tres apartados, uno de los cuales también se rechazó, mientras que los otros dos sí fueron aceptados. El otro punto en que Déniz no logró el apoyo de la Cámara fue el que exhortaba al Gobierno de Canarias a modificar el reparto de los 141 millones del Posei. En realidad, la idea de Podemos apenas supondría cambiar el destino de unos seis millones de euros, que se utilizarían para incrementar las subvenciones a la hectárea de cultivo al aire libre. Esos seis millones permitirían duplicar la ayuda por hectárea a ese tipo de cultivo, que pasaría de los actuales 1.200 euros a 2.400.

En este caso el no del resto de los grupos parlamentarios no fue tan contundente. Los otros partidos apuestan por hacer un estudio en profundidad antes de acometer una redistribución de las ayudas, por pequeña que sea.

En cuanto a los dos puntos que sí tuvieron el respaldo de la Cámara autonómica, uno reclama al Gobierno de Canarias que solicite a su vez al Estado y a Bruselas la revisión de las condiciones de entrada de las importaciones, de modo que se aproximen cada vez más a las exigencias comunitarias. De lo contrario, la banana, por su bajo coste de producción –ínfimos salarios, productos fitosanitarios baratos...–, seguirá compitiendo de manera desleal con el plátano. También se acordó por unanimidad instar al Gobierno regional a que condicione la ayuda del Posei, por medio de un plus, al empleo por hectárea.

Culpa del cochino chino

El Parlamento abordó ayer el extraordinario incremento de los precios de los cereales y piensos de alimentación animal. Un fenómeno global que tiene su origen en el no menos extraordinario crecimiento de la cabaña porcina china una vez recuperada de la peste que mató a la mitad de los 400 millones de cerdos que había en el gigante asiático. La cabaña ha vuelto a sus cifras habituales una vez superada la peste porcina, lo que a su vez ha aumentado sobremanera las importaciones chinas de cereales, forrajes y piensos. Hasta tal punto que los precios se han disparado en los mercados internacionales, y los ganaderos canarios se las están viendo y deseando para poder pagar un coste tan alto e incluso para conseguir traer cereales, ya que muchos países están haciendo acopio y reduciendo aún más la oferta. Ayer, el diputado de CC Narvay Quintero planteó la necesidad de redistribuir el Régimen Específico de Abastecimiento (REA) para facilitar la importación de los piensos. La propuesta se rechazó, pero los grupos del Gobierno aseguraron que el Ejecutivo ya está trabajando para modificar el REA.