El palmero Julio Fernández reúne en el Espacio Bronzo algunas de sus piezas más recientes

'La naturaleza de las cosas' se podrá visitar hasta el 4 de mayo

Varias de las piezas de Julio Fernández en el Espacio Bronzo.

Varias de las piezas de Julio Fernández en el Espacio Bronzo. / Arturo Jiménez

Patricia Ginovés

Patricia Ginovés

Espacio Bronzo muestra, hasta el sábado 4 de mayo, la propuesta de Julio Fernández ‘La naturaleza de las cosas,‘ un recorrido por algunas de sus últimas piezas de cerámica, piedra o metal.

La naturaleza juega un papel determinante en la vida y la obra del creador palmero Julio Fernández. Desde que se despierta en su casa de Candelaria y contempla ante sí el Valle de Güímar, la cumbre del Teide e Izaña, el océano Atlántico y, más allá, Gran Canaria, hasta que se pone a trabajar en su taller, ubicado en el mismo lugar, y donde emplea los productos que le ofrece la tierra para trabajar la cerámica, el metal o la piedra. Estos días llega al Espacio Bronzo de La Laguna con La naturaleza de las cosas, una propuesta mínima, como sus piezas escultóricas, también «un poco abstracta», tal y como él mismo las define, pero que recogen la riqueza del medio canario y que, para él, han sido el punto de partida hacia un nuevo proceso creativo.

La naturaleza de las cosas es el resultado del periodo de trabajo desarrollado por el artista palmero a lo largo de los últimos seis meses en su taller de Candelaria. Con este título, Fernández remite a la obra De la naturaleza de las cosas, del autor latino Lucrecio quien dijo «cosas tan poéticas como que el tacto es el sentido de todo el cuerpo», destaca el autor de esta propuesta quien además añade una reflexión relativa a cómo con el paso del tiempo, desde la escritura de esta obra hasta la actualidad, «podemos ver lo poco que ha evolucionado la humanidad. El conocimiento de la naturaleza, la organización social y nuestros miedos parecen seguir siendo los mismos. Continúan engañándonos los de siempre y tampoco somos todo lo libres que creemos».

La muestra está constituida por 25 piezas de piedra, madera y cerámica en las que el autor asegura que comenzó a trabajar «sin ningún planteamiento previo», aunque señala que se le han quedado cosas en el tintero porque «se han abierto ante mí un montón de caminos». Esta exposición ha supuesto «un intento de iniciar una nueva etapa de creación que espero tenga continuidad», explica Julio Fernández para quien «la escultura es un arte de las cosas, de las naturales y de las artificiales, y debemos tratarlas de acuerdo con sus características».

Así, la piedra, la madera, la cerámica y el metal se convierten en los mayores aliados de Julio Fernández, quien no obstante reconoce que eso también condiciona su proceso creativo: «El uso que hagamos de los medios técnicos determina en buena medida los resultados formales». En esta línea, Canarias le ha regalado uno de los mejores dones que se le pueden facilitar a un artista como son los productos naturales como los almagres, el jable o la losa chasnera. Manipular todos estos productos le permiten ser totalmente sincero en sus piezas.

Fernández ha dedicado toda su vida a la creación artística y ha expuesto a lo largo y ancho de la Isla. A pesar de las más de 20 muestras protagonizadas, el creador sabe que continuará aprendiendo cada vez que entre a trabajar en su taller: «No conocemos, ni conoceremos nunca, la realidad en toda su magnitud hasta el punto de poder decir qué es o qué no es, qué está bien o mal, solo podemos enfrentarnos al mundo individualmente desde una visión parcial, e imperfecta». El orden, la geometría, la sencillez, la sensibilidad, la sinceridad o la honestidad se convierten en herramientas con las que enfrentarse al proceso de creación de los objetos y con las que él contribuye a la sociedad y la cultura. «Y continuamos haciéndolo», advierte el palmero, que aún tiene mucho que ofrecer.