La naturaleza ofrece sensaciones inigualables. Una de ellas es la que han disfrutado dos montañeros en Eslovaquia, que se atrevieron a caminar sobre un lago helado en los Montes Tatras. El agua congelada, absolutamente cristalina, les permitió pasear con la sensación de caminar a varios metros del lecho mientras lo contemplan y lo graban a sus pies.