Son minoría las chicas de 16 y 17 años que deciden interrumpir un embarazo no deseado. Y aún menos las que lo hacen sin consentimiento parental. Exactamente 113 de las 913 que han abortado desde enero. Sólo una de cada 10. Con la reforma prevista por el Gobierno no podrían haberlo hecho. Las clínicas que realizan abortos piden la excepción para un colectivo vulnerable, en riesgo si se reimplanta el consentimiento parental. El perfil de quien aborta sin que lo sepan los padres, es el de una joven mayoritariamente española, con conflicto familiar, y que por sus circunstancias no accede a métodos anticonceptivos. El Gobierno no tiene claro cómo hará la reforma en este punto. Podría incluirse en la ley de infancia o como enmienda a la actual ley.