“En 40 años aquí, no habíamos visto algo igual”: los vecinos de las zonas afectadas reaccionan al fuerte oleaje

Los residentes de los municipios de El Rosario, Candelaria, Arafo, Arico y Güímar se han visto sorprendidos por olas que han causado varios daños materiales

"Nunca habíamos nada así": una vecina de Arafo relata la noche que vivió por el oleaje

Claudia Morín / Irene Mederos

El ruido de las rocas chocando contra las infraestructuras despertó a muchos vecinos y vecinas que este miércoles por la mañana se acercaban a las avenidas a ver el estado de su pueblo. Otros muchos, hasta 40 afectados entre los municipios de El Rosario, Candelaria, Arafo, Arico y Güímar, vivieron en primera persona los estragos de un episodio del que no se preveía tal magnitud. En el sureste de la Isla se respiraba un ambiente de preocupación. Los residentes se acercaban a los comercios de la avenida para preguntar sobre lo que había sucedido y lamentarse de ver el destrozo ocasionado.

En Arafo la estampa era impactante. Las principales viviendas afectadas son las de la Playa de Lima. María del Carmen García es una de las pocas vecinas que aún no había desalojado la zona. No había podido pegar ojo en toda la noche alarmada por el ruido de las rocas chocando contra los muros de su vivienda y la posibilidad de ser evacuada en cualquier momento. La puerta de su casa se encuentra atravesando un pequeño callejón. La labor de acceder a ella, tras el episodio de ayer, consistía en ir por encima de grandes rocas y bloques de hormigón que habían sido arrastrados a cada ola que chocaba con los muros de su casa.

María del Carmen grabó varios vídeos en los que se veía la potencia con la que entraban las olas al callejón y alcanzaban la altura de una de las ventanas. También le  entró agua a su casa. Ahora tiene colocada una plancha de metal que espera impida el paso de más agua. Su marido reside en la zona desde hace 40 años y nunca había visto nada igual. Por ahora no se han deshecho de los escombros de la entrada de su puerta. Los servicios de limpieza y el Ayuntamiento esperan retirarlos cuando acabe el temporal en caso de que más material rocoso sea desplazado por la marea.  

Playa de Lima, Arafo

Además del callejón en el que la vecina María del Carmen García tiene su residencia, el oleaje en Arafo afectó a varias viviendas en primera línea. El concejal de Infraestructura Viaria, Servicios Generales, Deporte y Tiempo Libre, Jonathan Gutiérrez, se trasladó junto al alcalde, Juan Ramón Martín, y los cuerpos de seguridad a la zona desde las primeras horas de la mañana. “Fueron los vecinos quienes dieron la voz de alarma durante la madrugada, entonces, nos trasladamos a la zona con palas para facilitar el acceso al lugar”, aseguró el edil.

La zona estaba llena de piedras y se procedió a invitar a los afectados a trasladarse a entornos más seguros. No porque corrieran peligro en el interior de las viviendas, reconoció, sino porque si la marea volviera a subir sería un problema evacuar por su difícil acceso.

Los trabajos no solo se concentraron en la zona de casas, también en la parte en la que se sitúa la logística de Hiperdino, en la que también se registró alguna incidencia. Pese a que la alerta continúa, los daños que podrían producirse serán únicamente materiales. De las alrededor de ocho viviendas ubicadas en la playa, subrayó que solo una familia con dos niños ha resultado afectada de manera directa. 

“La noche se vivió con bastante terror y miedo, pues el mar es incontrolable con la altura y la fuerza que tenía”, explicó el concejal tras conocer el testimonio de algunas personas que vieron olas de metro y medio chocando con los edificios cercanos a la costa. Subraya que es un hecho que no ha experimentado en los últimos años. El agua suele entrar pero no con tanta violencia. Solo la gente mayor que vive por la zona recuerda haber vivido un oleaje tan feroz, pero mucho tiempo atrás. 

Asombro en Candelaria

Muchos acusaban de lo sucedido al eclipse del pasado 7 de abril, lo cierto es que según el informe de la Corporación insular se dieron varios factores a la vez para recrear un oleaje de tal envergadura. El elemento más importante fue el “coeficiente de marea astronómica grande”, que se asocia a la luna nueva del lunes, 8 de abril, sumado a las alertas por viento declaradas también el 8 de abril en todo el Archipiélago. Además, había alerta por fuerte oleaje para el martes, 9 de abril, por la que se preveía una fuerte marejada con olas de uno a 2,5 metros de altura y oleaje de mar combinada con olas de dos a cuatro metros. Aunque nunca creyeron que el destrozo llegaría a ser tan grande. 

Vecinos de Candelaria como Antonio Darias y Marco Aurelio Poncio se enteraron de lo sucedido por las noticias. También escucharon ruidos por la noche pero fue en la mañana de este miércoles cuando salieron a ver los resultados de la gran marea. Con impotencia y rendición ante una fuerza mayor como es la naturaleza afirmaron que, “al mar no se le puede poner puertas” y confiaron en que las avenidas pudieran recuperar pronto su forma.

El parque infantil situado cerca de la conocida churrería El Kiosco

El parque infantil situado cerca de la conocida churrería El Kiosco / Claudia Morín

Otra vecina, Josefa García, cambió su paseo matutino por uno avistando las costas. Quería ver el resultado del oleaje. Frente a la playa de Olegario, en donde basura y grandes trozos de madera traídos por el mar cubrían las piedras. Afirmó sorprendida que nunca en su vida había visto una marea tan fuerte.

En Candelaria el tema de conversación estaba fijado. Todos se comentaban las impactantes imágenes que habían visto y la experiencia de conocidos a los que el agua se les había colado en sus casas. De fondo, el pitido de las palas que retiraban las rocas que se colaron en los paseos movidas por el mar como si fueran arena.

Incidencias en el municipio

Tras activarse el Plan de Emergencia, los trabajos de limpieza por parte de la empresa Valoriza Candelaria, en colaboración con el Ayuntamiento, comenzaron desde la seis de la madrugada en enclaves como la emblemática Plaza de la Basílica, donde las olas cubrieron gran parte de su superficie de barro y piedras. Jesús Conde, encargado general de la empresa, asegura que la imagen que se encontraron al llegar era bastante preocupante, “estaba todo destrozado”. Su objetivo durante la jornada es despejar las zonas con la mayor brevedad para que sean transitables.

Las viviendas de la Calle Obispo Pérez Cáceres, la vía principal de la Villa conocida más popularmente como Calle La Arena, fueron las principales afectadas, junto a la zona de la Playa La Viuda, donde hubo cuatro personas evacuadas. Varios locales de restauración del paseo sufrieron daños, en especial, los empleados del Bar Doña Pata trabajaban sin descanso durante la mañana en la recogida de los desperfectos causados en la terraza y los ventanales de la parte interior. 

El exterior de la zona de la piscina municipal de Candelaria

El exterior de la zona de la piscina municipal de Candelaria / El Día

Una de las zonas más afectadas fue la piscina municipal de Candelaria, que permanecía cerrada desde la pandemia. El fuerte oleaje causó la caída de varias puertas y de elementos de decoración, además de otros desperfectos. Las caravanas y el resto de vehículos que estaban por la zona quedaron enterradas en piedras. El parque infantil pegado a la Churrería El Kiosco también amaneció cubierto por una capa de piedras. La Playa de Punta Larga, en la que desapareció por completo uno de los laterales, la Plaza de Los Pescadores y el Paseo de San Blas son algunas de las zonas del municipio en las que el oleaje ha causado desperfectos. 

Durante la mañana efectivos de Protección Civil acordonaron las zonas de acceso al mar y colgaron carteles para alertar de que la situación podría repetirse a partir de las 15 horas, cuando se prevé que vuelva a subir la marea. Por su parte, doce operarios de Valoriza se encargaron de las labores de limpieza desde las primeras horas de la mañana.