Las reservas marinas de Anaga y Teno: 20 años de promesas y ningún avance

El Cabildo de Tenerife retoma la protección de estos dos espacios de gran valor natural y achaca el retraso a falta de implicación de la administración estatal  

Panóramica de la zona de Teno donde se propone una reserva pesquera

Panóramica de la zona de Teno donde se propone una reserva pesquera / Fotos aéras de Canarias

Los proyectos para declarar las zonas marinas de Teno y Anaga como reservas de pesca se iniciaron hace más de 20 años, pero no han avanzado. El nuevo gobierno del Cabildo de Tenerife, que achaca el retraso a la falta de implicación de la administración estatal, los saca del olvido ante la enorme importancia de los ecosistemas y la biodiversidad de esos espacios frente a las costas de la Isla. Las competencias de las administraciones y el elevado coste, calculado en 1.986.000 euros en los cuatro primeros años, son factores que frenen el avance de las ideas. Políticos y agentes implicados como pescadores, científicos o técnicos consideran que las reservas son «necesarias como ideales para la regeneración de los recursos pesqueros». También hay confianza en la viabilidad y el Cabildo está dispuesto a afrontar su parte de la financiación.

La idea de crear reservas marinas en las puntas de Anaga y Teno (también en La Rasca, al sur, aunque no se desarrolló nunca) surgió en un ya lejano 1989 cuando el prestigioso biólogo Juan José Bacallado planteaba la primera propuesta sobre estas tres zonas como las adecuadas para crear la delimitación. Tres sectores que coinciden con los tres vértices de la Isla y su entorno. Con el objetivo genérico de «convertirse en herramientas eficaces para la gestión sostenible de los recursos marinos y la conservación de los ecosistemas que los albergan». Para ello, la legislación establece unos requisitos que Anaga y Teno cumplen como «incluir en sus aguas una gran variedad de hábitats, tener más de cinco kilómetros de costa e incluir un 20% de reserva integral».

La radiografía

El Servicio Técnico de Ganadería y Pesca del Cabildo de Tenerife recuperó en 2002 la propuesta inicial como una alternativa a la sobreexplotación de los recursos pesqueros litorales. La intención era y es recuperarlos y convertir la pesca de bajura de la Isla en una actividad rentable para el sector profesional. En 2008, 70 investigadores de las ciencias marinas concluyeron en el seno de un seminario específico que Tenerife era la Isla más degradada y sobreexplotada en recursos pesqueros. No obstante, dos zonas conservaban grandes valores naturales y potencialidad para la recuperación de esos recursos: Teno y Anaga. Por su variedad de especies, sus fondos abruptos o la lejanía a los grandes núcleos de población. El considerable aumento de la población con el consiguiente crecimiento del consumo de pescado fresco fue el origen de una sobreexplotación de los recursos. Eso , unido a la inexistencia de una gestión y un control adecuados, desembocó en la práctica desaparición de las especies de interés pesquero más apreciadas. Todo ello aconsejaría poner en marcha en estas zonas Reservas Marinas de Interés Pesquero (RMIP). Ambos espacios funcionarían como motor biológico para las caras Oeste, Norte y Este de Tenerife.

La herramienta

Las Reservas Marinas son instrumentos eficaces a la hora de regenerar los recursos marinos con base en una buena gestión y un control efectivo. Con resultados positivos en dos o tres años, según los expertos, que benefician a los pescadores profesionales locales y aportan valor añadido a los centros de buceo, las excursiones marítimas, la pesca deportiva y a todas las actividades permitidas y reguladas. Esta es, a nivel mundial, una de las medidas de ordenación más eficaces para hacer frente a los procesos de sobrepesca y excesiva presión humana sobre el litoral y su biota –conjunto de organismos vivos–. Permite recuperar, conservar y manejar los recursos de bajura. Son áreas protegidas de forma permanente, situadas en sectores de características especiales desde el punto de vista ecológico y pesquero, a las que se aplica una legislación especial tendente a minimizar la presión extractiva e incluso a suprimirla por completo en subzonas concretas como son las reservas integrales. En Canarias solo hay tres reservas marinas. La de La Graciosa que incluye los islotes al norte de Lanzarote (1995);la del Mar de las Calmas, en La Restinga, El Hierro (1996) y la más reciente, la creada en 2001 en la costa sur de La Palma entre el Faro de Fuencaliente y El Remo, ya en Los Llanos de Aridane. 

Las acciones

La propuesta básica para crear reservas plantea la necesidad de elaborar diversos estudios. Desde el análisis del sector profesional y recreativo a informes socioeconómicos y medioambientales de las áreas geográficas. Además incluye la creación de dos centros de interpretación, en Buenavista del Norte para Teno y en La Punta del Hidalgo en el caso de Anaga. Entre las acciones a llevar a cabo están la caracterización de los principales hábitats y biotopos costeros en las zonas propuestas;los recursos, su explotación y posibles amenazas;la creación de una base de datos de la biodiversidad marina (la pesca de bajura, peces y macroinvertebrados); elaborar planes de gestión;actuaciones de educación, información y divulgación, así como la redacción de informes para la comisión de seguimiento que debe crearse.

El proceso

El Cabildo de Tenerife comenzó en 2002 a realizar los trabajos biológicos y sociológicos que permitieran el diseño más adecuado de las reservas. La propuesta para su declaración llegó al Ministerio en 2012. Luego se produjeron varias reuniones entre las administraciones competentes con la intención de desatascar la situación. De momento no ha sido posible y las fuentes consultadas lo achacan a «la cuestión económica». En 2010 y 2020 esta aspiración quedó refrendada por acuerdos unánimes en el pleno insular. Yen enero de 2016 todos los grupos políticos apoyaron un acuerdo institucional que expresaba la voluntad de implicar al Cabildo en la financiación. En sendas reuniones con la Dirección General de Pesca del Gobierno de Canarias y con la Secretaría General de Pesca del Gobierno de España quedó confirmada la recepción de los estudios del Cabildo y se acordó que la Secretaría los iba a estudiar con el objeto de verificar si eran suficientes o si precisaban alguna corrección, actualización o ampliación. En octubre del año pasado, el Cabildo solicitó a la Dirección General una nueva reunión pero la petición no fue atendida. El Gobierno de Canarias comunicó que en 2022 el organismo estatal encargó un estudio para actualizar algunos aspectos socioeconómicos de Teno y Anaga. Con esta información se volvió a solicitar una reunión con el organismo estatal. Esta se celebró el 18 de abril de este año y los responsables de la declaración trasladaron la falta de personal para el análisis, la existencia de dudas sobre el estudio sociológico y la parte técnica de la ubicación «sin que haya existido más comunicación desde entonces», según las fuentes del Cabildo.

El consejero

Valentín González es el actual consejero de Sector Primario del Cabildo de Tenerife. Valora que «las aguas de Tenerife y Canarias necesitan reservas para poder sobrevivir a los usos». Recuerda que «hay tantas especies y ecosistemas particulares y variados cerca de la costa que tenemos lugares espectaculares para la investigación a nivel mundial». Añade:«Debemos protegerlos y también es necesario hacerlo con la pesca artesanal». Su predecesor en el cargo, Javier Parrilla, ya afirmó en 2021 que «la pesca artesanal desaparecerá en Tenerife si no se crean la reservas». González propone seguir la Agenda Canaria que establece «consolidar las islas como laboratorios naturales de ensayos a nivel mundial en sostenibilidad». Cree que «ofrecemos condiciones ambientales, meteorológicas y oceanográficas como lugar idóneo donde certificar instalaciones y tecnología marina.

La financiación

Un informe del Cabildo de Tenerife establece el coste aproximado de una reserva marina de interés pesquero en 1,9 millones de euros los cuatro primeros años. En equipamiento de recursos humanos –con una plantilla de ocho personas– suministros y otras adecuaciones y mantenimiento. El desglose: 656.951 euros el primer año; 439.722 el segundo, y 444.722, el tercero y el cuarto.