El consumo de alcohol se adelanta a los 14 años en Tenerife y aumenta entre las mujeres

Cáritas Diocesana atiende a casi 200 personas de 103 familias tinerfeñas en lo que va de año, con una adicción a la droga que aumenta entre los más jóvenes, sobre todo

Consumo de alcohol entre jóvenes durante un típico botellón en fechas navideñas, como las que se aproximan.

Consumo de alcohol entre jóvenes durante un típico botellón en fechas navideñas, como las que se aproximan. / E. D.

Proyecto Drago, la Unidad de Atención sobre Trastornos relacionados con el Consumo de Alcohol de Cáritas Diocesana de Tenerife, asistió en lo que va de año a 103 familias y 202 personas. El perfil y la problemática han cambiado los últimos años como constata el informe publicado con motivo del Día Mundial Sin Alcohol, el pasado 15 de noviembre. El estudio constata el aumento de pacientes que solicitan ayuda y tratamiento, sin contar con familiares o profesionales a los que se les da información y formación.

Aumento de mujeres. La mayoría de las personas que acuden son hombres, en un porcentaje del 66,8%, si bien el 33% de las mujeres suponen una cifra en alza que creció especialmente a raíz de la pandemia de la covid-19 desde el 21% de 2019. Suelen tener edades comprendidas entre 46-55 y 56-65 años, con el mismo porcentaje (61,2%). Además, el 96% presenta dependencia alcohólica y un 4%, consumo abusivo.

Solos o en acogida. El 25,8% son personas que viven solas, el 12,9% en centros de acogida y el 57,3% con sus familias. Según las técnicas del Proyecto Drago, el 46,6% empezaron a consumir alcohol entre los 14 y 16 años, aunque es a los 14 en los hombres (13,5%) y 16 en las mujeres (6%) donde mayoritariamente se inicia el consumo. En cuanto a la situación laboral, el mayor porcentaje son parados que trabajaban antes y pensionistas, un 57,4%. El informe de Cáritas expone que resulta «preocupante» el envejecimiento que está sufriendo la población y el alto índice de desempleo que azota a este colectivo vulnerable. El trabajo refleja que el 47,7% de los pacientes presenta un familiar de primer rango alcohólico, lo que provoca que exista una mayor vulnerabilidad a desarrollar la enfermedad. El 51,5% de las personas que acuden al programa no cuentan con apoyo familiar, aunque convivan en la misma casa. El número de pacientes en exclusión social es del 27,7% (7,4% son mujeres y 20,3%, hombres), una cifra muy significativa, ya que la enfermedad alcohólica lleva a la ruptura de sus redes sociales. Según Drago, un 59% de las personas con trastorno por consumo de alcohol consume tabaco, un 8,4% cocaína y un 8% cannabis.

Patología dual. Un 59,6% de los pacientes presentan patología dual; es decir, un trastorno adictivo que coincide con uno psiquiátrico. Sobresalen el trastorno afectivo (un 30,7%), seguido del uso de sustancia (23,1%) y el de ansiedad (18,4%). La patología digestiva es la más frecuente y dentro de esta, un 35% presenta problemas hepáticos y un 17%, patología intestinal. Los recursos que con más frecuencia derivan pacientes son los sanitarios, con un 30,4%, seguidos de la familia, con un 25,3%, y los de Cáritas y servicios sociales, con un 10,7%. El informe refleja que de las personas atendidas en lo que va de año, tres de cada diez (30,9%) ha logrado el alta terapéutica, mientras que un 53,4% continúa en tratamiento.

Testimonios. María –nombre ficticio– empezó pensando que una copita no le hacía daño, «pero, al cabo del tiempo, esa copita se convirtió en lo más habitual de mi vida». Añade: «Me encontraba en unas circunstancias que equivocadamente me llevaron a refugiarme en el alcohol. Pero, en realidad, no era yo; no me cuidaba, se me olvidaban las cosas…». Recuerda que «no quería reconocer lo que me estaba pasando, hasta que desperté gracias a la ayuda de mi familia y Drago». Reconoce que ahora se encuentra «liberada», porque «el alcohol ya no forma parte de mi vida. Soy la persona que quiero ser, yo misma; me cuido, me arreglo y soluciono los pequeños y grandes problemas y decido cómo quiero que sea mi vida». En la misma línea, Pablo reconoce que «bebía como un descosido para olvidar mis problemas; nada más saltar de la cama buscaba algo que tomar». El comienzo del tratamiento fue «muy difícil», pero «gracias a la ayuda», tras un proceso «muy lento y con mucho sacrificio, salí adelante». Ahora, señala, «llevo ya más de cuatro años sin beber y mi vida ha cambiado por completo».

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Proyecto Drago cumple 25 años y es la única Unidad específica en la Atención de los Trastornos por Consumo de Alcohol que existe en la provincia de Santa Cruz de Tenerife. Ofrece orientación, información, valoración y derivación a otros recursos, si fuera necesario, así como tratamiento médico, psicológico y social en terapias individuales y grupales, además de asesoramiento en prevención de drogodependencias. También participa en campañas de sensibilización y lleva a cabo acciones formativas. Subvencionado por la Dirección General de Salud Pública de la Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias, Drago trabaja desde un enfoque biopsicosocial, a través de un equipo interdisciplinar formado por una médica, una psicóloga y una trabajadora social. Desde 2009, la cifra de personas atendidas en el recurso que gestiona Cáritas ha crecido cerca de un 40%. | J.D.M.