La Princesa de Asturias jura la constitución | Igual de jóvenes que la heredera al trono de España

"Algún día Leonor reinará, pero ahora no deja de ser una joven igual que nosotros": así es la vida de dos tinerfeños que comparten fecha de nacimiento con Leonor

Los tinerfeños Daniela y Adrián nacieron tal día como hoy hace 18 años y comparten fecha de nacimiento con la futura Reina de España

Daniela y Adrián, ayer en los alrededores de la Catedral de San Cristóbal de La Laguna.

Daniela y Adrián, ayer en los alrededores de la Catedral de San Cristóbal de La Laguna. / Andrés Gutiérrez

Nacieron el mismo día que Leonor de Borbón, aunque después que la joven que hoy jura la Constitución. Adrián tres horas y nueve minutos más tarde que Princesa de Asturias y Daniela en las trece horas y cuarenta y seis minutos siguientes al primer parto de la reina Letizia. Él, en un paritorio del Hospital Universitario Nuestra Señora de Candelaria [con un peso de 3.650 gramos y 50 centímetros de altura], y ella en el Hospital Universitario de Canarias [pesó 3.950 gramos y midió 50 centímetros]. Los dos más «fuertes» que la dama cadete de la Academia General Militar (AGM). Y es que la hija mayor de Felipe VI, que vino al mundo en la Clínica Ruber de Madrid, pesó 3,540 kilogramos y midió 47 centímetros. 

Los tinerfeños quintos de Leonor, pues, cumplen hoy 18 años, una mayoría de edad que los pilla cursando el primer curso de Criminología, en el caso de la lagunera Daniela Díaz Delgado, y del grado de Ingeniería Informática, en el del tacorontero Adrián Castro Rodríguez. Ella es la hija pequeña de la casa [su hermana Valeria ya tiene 23 años] y él es el mayor de dos hermanos [Saúl aún tiene 15]. La joven cursó sus estudios preuniversitarios en el IES La Laboral de La Laguna y el muchacho en el IES Viera y Clavijo, también en la Ciudad de los Adelantados. Daniela compagina sus estudios con el teatro y la música, Adrián juega de alero en un equipo de baloncesto y, según él, no se le da nada mal.

Los estudios mandan

Adrián es el primer hijo de un matrimonio formado por dos trabajadores de una gran superficie comercial. Ana es cajera e Iván es un responsable de mercado. Los padres de Daniela desempeñan sus cometidos laborales como administrativa de facturación (Sofía) y de carretillero (Juan Pedro). Ahora su gran prioridad son los estudios. Los dos saben que la situación ahí fuera está algo más que «fastidiada» y no tienen prisas por formarse. «Sé que puedo estar en casa de mis padres hasta que pueda consolidar mi porvenir», agradece el joven sin restar importancia a este gesto; «eso me da más tranquilidad para adquirir los conocimientos sobre los que asentar mi futuro profesional». 

Ella también sabe que está realizando una inversión a largo plazo que empezó a construir durante la pandemia. «El encierro me permitió centrarme en los estudios y sacar adelante los cursos que me dieron acceso a la universidad». Tanto Daniela como Adrián comprenden que ahora es su momento. «Yo juego a baloncesto, pero los estudios siempre van por delante», reivindica un joven al que no se le da mal apretar los codos. «Ahora lo puedo compaginar, pero en mi cabeza no está dedicarme al deporte profesional, sino adquirir todas las herramientas que me permitan ser el mejor en la actividad que quiera ejercer». Lo que no sabe aún es dónde están ancladas sus raíces laborales. «Estudio para ser bueno aquí o donde me quieran contratarme», añade en un momento de la conversación en el que Daniela no descarta tener que buscarse las habichuelas lejos de Canarias. «Si me termino especializando en criminología lo normal es que haya más trabajo fuera de las Islas».

-Eso se puede arreglar, ¿no? [le trasladamos en la conversación].

-Siempre hay una oportunidad de realizar algún encargo para no tener que salir de Tenerife [responde ella entre risas Daniela].

Adrián es consciente de que en un mundo tan global «siempre es necesario tener la maleta a mano por lo que pueda pasar». Ésa es la razón por la que ha decidido tener en su punto de mira aprender alemán. «Es un país que suele dar mucha cancha a los más jóvenes, pero hay que prepararse bien». El francés, que es un idioma que está en el itinerario de los planes de estudio actuales, lo tienen controlado porque hay que sacar adelante los exámenes. Daniela viene de la rama de letras [mixtas] y Adrián es de ciencias puras. Él confiesa ser un buen lector [género de fantasía, thriller e incluso novela negra] y ella reconoce ser una fan declarada del universo Marvel y de Iron Man: «Leo menos literatura, pero sí que me interesa todo lo que tenga que ver con superhéroes, sobre todo, los de Marvel más que los de DC Comics...», matiza sin caer en el fanatismo. El tacorontero, por su parte, es un consumidor nato de contenidos deportivos. Sigue, por supuesto, al CD Tenerife y al Lenovo, pero le tiene cierto cariño a las secciones de fútbol y baloncesto del Barça. ¡Habrá días mejores, seguro!

«Hijos» de la IA

El despunte de la Inteligencia Artificial (IA), de largo, es uno de los asuntos que más preocupan a jóvenes como los protagonistas de este reportaje. Adrián y Daniela asumen que es imposible poner coto a una realidad que avanza desbocada en busca de un mayor protagonismo. «Aún queda mucho por hacer, pero ahí está el futuro», avanza él sobre un debate que ella centra en una visión más creativa: «Los artistas dan por hecho que la IA no creará cosas con la sensibilidad que le aporta un ser humano, pero esto es algo que ha venido para quedarse», expone la lagunera en un momento del debate en el que su compañero de aventura indica que «la IA es capaz de hacer cosas muy auténticas sin tener que llegar a sustituirnos porque es algo que puede sumar; un escenario que todavía no nos ha mostrado cuál es su verdadero potencial», avisa Adrián.

Su relación con las redes sociales es otro de los debates más comunes en los que se alistan los tinerfeños que hoy alcanzan su mayoría de edad. Adrián tiene cuenta de Instagram y Daniela, además de la aplicación y red social de origen estadounidense propiedad de Meta, también suele aparecer por Twitter [ahora X], pero no en Tik Tok: «No me agradan sus contenidos», censura la «titular» de un móvil que convive con ella desde 6º de Primaria. Adrián tiene uno hace unos cuantos años, aunque no define con exactitud el tiempo... Al igual que la mayoría de los adolescentes [y un alto porcentaje de adultos] hay cierta dependencia con respecto a este dispositivo telefónico, aunque afirma que es capaz de «sobrevivir sin él». «Nos hemos acostumbrado a tenerlo en nuestras vidas pero creo que si lo intentáramos podríamos alejarnos algo de él», sostiene al tiempo que comenta que ya está realizando prácticas para obtener el permiso de conducir tras aprobar el examen teórico.

Aunque hasta hoy no tiene los 18 años, Adrián se hace una idea más o menos clara de los graves problemas de movilidad que existen en la Isla. «Mi profesor de prácticas, que no es de Tenerife, no entiende cómo la gente no protesta más porque la situación es insostenible», critica un damnificado sin carnet de conducir que ya conoce en sus propias carnes lo que es un buen atasco. Si a eso le suma que vive en un punto en el que las conexiones de guaguas no son las mejores, el alumno de informática lo tiene claro. «Ahora dependo de que la línea pase a tiempo o no vaya demasiado llena porque sólo existen dos opciones posibles para entrar a tiempo en la universidad: o llegó 15 minutos antes de que empiecen las clases, en el mejor de los casos, o el retraso se puede alargar hasta los tres cuartos de hora», explica sobre una dificultad que no tiene Adriana. «Yo vivo en el centro de La Laguna y, afortunadamente, me puedo desplazar a pie de un lado a otro. En ese sentido, no sufro la formación de largas colas en la TF-5».

Comparten fecha de nacimiento con la futura Reina de España y, por lo tanto, hoy llegan a la mayoría de edad. Los tinerfeños Daniela y Adrián cuentan sus inquietudes y sueños.

Ni Adrián ni Daniela son ajenos a la presión que supone crecer con el objetivo de ir cubriendo metas. «Sé que están ahí, pero prefiero vivir al día, centrarme en lo que tengo que hacer en estos instantes», reivindica el primero sin obviar que la hija de Felipe VI y Letizia sí que está vigilada por millones de miradas. «Algún día reinará, pero ahora no deja de ser una joven igual que nosotros». Daniela, monárquica confesa, vive de otra manera todo lo que envuelve a Leonor de Borbón en este octubre loco [jura de bandera, desfile del 12O, presidencia de los Premios Princesa de Asturias y la jura de la Constitución], pero tiene fe en ella: «Lo hará bien porque se está preparando para asumir una gran responsabilidad». Ninguno oculta que a la heredera se le da un trato especial, pero toda esa vidilla implica muchas responsabilidades. No sabemos si la hermana mayor de la infanta Sofía bebe o fuma [no hay noticias de que eso sea así], pero tanto Adrián como Daniela han desvelado en este improvisado «interrogatorio» que ni toman bebidas alcohólicas y que tampoco catan el tabaco. Ambos se consideran «gente sana».

Sus inquietudes políticas

Pero la mayoría de edad de Daniela y Adrián viene anudada a la posibilidad de poder votar por primera vez en las próximas elecciones. «Es algo que no tengo entre mis prioridades ahora mismo», resume él. El caso de ella, en cambio, es completamente el opuesto: Daniela parece dispuesta a votar «las veces que sea necesaria» [no descarten aún nada en la carrera de obstáculos abierta por lograr la presidencia del ejecutivo nacional] porque cree que «es un derecho que debemos empezar a asumir los jóvenes para intentar cambiar las cosas que no están saliendo bien». Sobre el supuesto pasotismo que nuestros mayores le atribuyen a generaciones como la de 2005, el aspirante a informático considera que «generalizar es algo demasiado sencillo que, en ocasiones, nos lleva a cometer errores de cálculos. Yo, por ejemplo, no pienso que forme parte de un segmento social al que le importan poco o nada las cosas que ocurren a mi alrededor», subraya cuando le reclamamos una «fotografía» del grupo de amigos con el que se mueve habitualmente. «Somos unos días y hemos consolidado la relación en los años de instituto... Todos tenemos nuestras ilusiones, pero queremos disfrutar un poco más el momento sin dejar de lado unas obligaciones que ahora están vinculadas con los estudios». Por los comentarios que hace Daniela da la impresión de estar integrada en una peña de amigos, más o menos como la anterior, en la que el compromiso y la fidelidad de sus integrantes es uno de los mejores baluartes. «Dicen que soy buena amiga, de las que siempre está», presume en el tramo definitivo de este encuentro. «No sé la razón, pero después de la pandemia salgo mucho menos». 

El fenómeno migratorio

El inmenso caudal migratorio que se está generando entre África y las Islas es, cómo no, otro de los apéndices que aparecen sobre la mesa cuando ya enfilamos la recta final. «Para mí no me afecta», acota Daniela. «Sé que es algo que está ocurriendo, pero no condiciona mi vida». Adrián sí que decide ir un paso más para abrir una curiosa reflexión. «Casi siempre nos preocupamos más por saber cosas que pasan en el lugar al que llegan [si hay o no plazas en centros, cuántos han podido desaparecer o morir en la travesía o las habituales cifras que se asocian a un cayuco] y menos en el punto de origen de esas personas... Hay cierto escepticismo alrededor de un drama que no cesa», matiza al darle vuelta a la idea de que nos «cuesta entender por qué lo hacen y eso es parte del problema». Estos, más o menos, son los pensamientos que conviven a diario en las cabezas de jóvenes como Leonor de Borbón, la mujer que moldean a toda velocidad y sin pausa para convertirla en un digno relevo de Felipe VI. 

Daniela Díaz Delgado

Nació a las 14:05 horas del 31 de octubre de 2005 en el Hospital Universitario de Canarias (HUC). Pesó 2.950 gramos y midió 50 centímetros. 

Familia: Hija de Sofía y Juan Pedro, es la pequeña de la casa. Su hermana Valeria tiene 23 años. 

Daniela Díaz Delgado

Daniela Díaz Delgado / A. G.

Estudios: Cursa estudios de 1º de Criminología en la sede de La Laguna de la Universidad Nacional de Educación a Distancia. Habla inglés. Su ciclo preuniversitario lo hizo en el IES La Laboral (La Laguna).

Adrián Castro Rodríguez

Nació a las 03:55 horas del 31 de octubre de 2005 en el Hospital Universitario Nuestra Señora de La Candelaria. Pesó 3.650 gramos y midió 52 centímetros. 

Familia: Hijo de Ana e Iván, es el mayor de la casa. Su único hermano, Saúl, tiene 15 años. 

Adrián Castro Rodríguez

Adrián Castro Rodríguez / A. G.

Estudios: Cursa el primer curso del grado de Ingeniería Informática en la Universidad de La Laguna. Habla inglés, francés para aprobar los exámenes, y quiere aprender alemán. Su etapa preuniversitaria la realizó en el IES Viera y Clavijo de Aguere.