Dos ejemplares de más de 290 kilos abren la campaña de pesca del atún rojo en Tenerife
La temporada 2023 del patudo, uno de los pescados más apreciados por la alta gastronomía, permite a la flota canaria capturar un tope de 535 toneladas
![El primer atún rojo de la temporada en Tenerife capturado este lunes por el barco pesquero artesanal 'Luz Miguel'.](https://estaticos-cdn.prensaiberica.es/clip/62000680-f60e-4290-af19-52bc3970ba22_16-9-discover-aspect-ratio_default_1208394.jpg)
El primer atún rojo de la temporada en Tenerife capturado este lunes por el barco pesquero artesanal 'Luz Miguel'. / Mercedes Menéndez
La flota pesquera de Tenerife inicia la campaña del atún rojo, un producto muy codiciado por la alta gastronomía y decisivo para la supervivencia de la pesca canaria, con dos ejemplares de más de 290 kilos. Llegaron la noche de este lunes, a eso de las 20:00 horas, al Puerto de Los Cristianos, en el municipio sureño de Arona, a bordo del barco Luz Miguel, cuyos patrones son los hermanos Yeray y Goyo Amaral, que tienen su base en el muelle de Los Abrigos, en Granadilla de Abona. Uno de los patudos, como se conoce en Canarias a los atunes rojos, pesó 332 kilos y el otro, 292.
Los pescadores no tuvieron que alejarse mucho para lograr estas dos supercapturas: las pescaron frente a las costas de Los Gigantes, en Santiago del Teide. Comienza de esta manera una temporada que se alargará hasta que los más de 240 pesqueros artesanales dedicados al patudo en el Archipiélago alcancen la cuota de este año, fijada por el Gobierno nacional en 535 toneladas, ligeramente superior a la de años anteriores. Es un tope establecido para proteger a una de las especies de mayor prestigio en las mesas de los mejores restaurantes del mundo, en especial en Japón.
La alta cotización del kilo de atún rojo –en los mercados de abasto, entre 35 y 55 euros– y la gran demanda en los circuitos internacionales convierten a esta campaña en el principal sustento de la flota pesquera tinerfeña y la más lucrativa con diferencia. Además, los patudos pasan por Canarias, en sus grandes migraciones por todo el Atlántico, con un peso y una maduración óptimas. Lo cuenta Manuel Díaz, patrón mayor de Los Cristianos: «Esta temporada del atún rojo puede suponer hasta el 90% de los ingresos de los barcos artesanales isleños en un año».
«Esta campaña del atún rojo puede suponer el 90% de los ingresos de los barcos isleños»
En Los Cristianos tienen base o pasan 30 de los barcos tinerfeños dedicados al atún. No es fácil localizarlos y se pescan de forma artesanal: de uno en uno y con una caña en la que se suele usar de cebo la caballa. Un modo de encontrarlos es buscar delfines, como cuenta Manuel Díaz: «Debajo de los delfines suele haber patudos. Es una de las formas que utilizamos para ubicarlos». El pescador, que tiene dos barcos –el Joven Miguelina y Diego Mar–, matiza que no hay que salir mucho para encontrarlos. «Generalmente nos movemos entre las aguas que separan Tenerife de La Gomera y La Palma».
Aparte de su calidad gastronómica, los ejemplares de los atunes rojos –Thunnus thynnus– forman parte de una subespecie de increíbles características. No solo pueden alcanzar los 3,65 metros de largo y 900 kilos de peso, y vivir hasta 40 años, sino que además los atunes rojos del Atlántico se cuentan entre los animales más rápidos del planeta, y también entre los que se extienden por una zona más amplia.
El atún rojo o patudo está entre los animales más rápidos del planeta
Este pez alcanza velocidades superiores a los 75 kilómetros por hora cuando persigue a sus presas o lo intentan capturar. Además, se sumerge a profundidades superiores a los 900 metros. Estos animales migratorios llegan a cruzar el océano Atlántico, recorriendo una distancia de más de 8.000 kilómetros.
La mayor parte de los ejemplares que captura la flota artesanal tinerfeña se envían a los mercados internacionales, principalmente a los europeos. «Ni siquiera los llegamos a congelar, porque se demanda lo más fresco posible. Los capturamos, los descargamos a puerto con la ayuda de grúas debido a su gran peso, les cortamos la cabeza y la cola, los metemos en cajas con hielo y se mandan de inmediato en avión a Madrid, Barcelona o Valencia para a que se consuman en estos puntos o se redistribuyan a otros de Europa o del mundo», detalla el patrón mayor de la Cofradía de Los Cristianos.
Los ejemplares que captura la flota tinerfeña se envían a los mercados internacionales
Una vez en las cocinas, la carne del patudo tiene tanta calidad que se suele servir crudo. Terminan protagonizando platos de la cocina internacional como el tartar, el ceviche o el tataki y el sashimi japoneses. Además de su enorme valor comercial, tienen una gran riqueza nutritiva.
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