Los vecinos del barrio de La Rambla, también conocido como El Rosario, en San Juan de la Rambla, trasladaron este viernes 18 de marzo de 2022 su protesta para exigir un enlace seguro con la carretera TF-5 al exterior de la sede de Presidencia del Gobierno de Canarias, en Santa Cruz de Tenerife. Alrededor de medio centenar de rambleros se concentraron durante una hora para reclamar una solución inmediata y provisional mientras se ejecuta un proyecto definitivo que garantice la seguridad en las entradas y salidas a este núcleo costero.
Adela Abreu, una de las portavoces de este colectivo, ha explicado a EL DÍA, que sus protestas van a continuar “hasta que tengamos una solución plasmada en la vía, aunque sea con rayas amarillas provisionales”. Para estos vecinos no resulta suficiente el compromiso del Cabildo de Tenerife de construir un paso inferior para vehículos y peatones para acabar con este punto negro de las carreteras insulares, y exigen alguna medida provisional aplicable de forma inmediata.
Tampoco renuncian a la posibilidad de hacer un giro en dirección a Santa Cruz, que evite que tengan que circular hasta el casco de San Juan de la Rambla para realizar un cambio de sentido. Consideran “ilógico” que se les haga recorrer casi 6 kilómetros para hacer este giro en condiciones de seguridad.
Estos afectados por un problema que dura más de 42 años insisten en que una posible solución sería habilitar un carril central para permitir la entrada y salida al barrio en ambos sentidos, “tal y como existe en la carretera de Agaete en el cruce hacia Bañaderos, en la isla de Gran Canaria”. Una propuesta que desde el área de Carreteras del Cabildo de Tenerife no se ve viable técnicamente.
Tampoco están satisfechos con las obras de las paradas de guaguas en esta zona, puesto que “no existe itinerario peatonal habilitado para cruzar y poder acceder a la parada en dirección al Valle de La Orotava y Santa Cruz, y han utilizado los aparcamientos de un grupo de casas del siglo XVIII y XIX para habilitar la otra parada, ¿y ahora donde dejarán sus coches estos vecinos?”, se preguntan.
“Las protestas van a continuar”, advierten estos vecinos de San Juan de la Rambla en la jornada en la que han decidido trasladar sus quejas desde el cruce de la polémica hasta la sede de Presidencia del Gobierno de Canarias.
El pasado mes de febrero, el consejero responsable del área de Carreteras del Cabildo de Tenerife, Enrique Arriaga, planteó al Ayuntamiento de San Juan de la Rambla y a la plataforma vecinal Todos por La Rambla una solución de acceso similar a la que existe en la playa del Socorro, en Los Realejos. Esto garantiza que no haya cruce de vehículos y que los peatones y usuarios del transporte público puedan atravesar la TF-5 de forma segura. Sin embargo, inicialmente no se prevé el giro en dirección Santa Cruz por falta de espacio.
Arriaga ha reconocido que “no es una actuación sencilla” y que se encuentra aún pendiente de tramitación ambiental, estudio de alternativas, redacción de proyecto, adjudicación y ejecución de obras. Una solución que se demorará en el tiempo, por lo que desde el Cabildo se dijo hace ya un mes que se trata de buscar una solución provisional, aunque no resulta fácil por las características de la vía, la orografía del lugar y la cercanía de un espacio natural protegido como Barranco Ruiz.
Las protestas de los vecinos de La Rambla comenzaron en enero y, desde entonces, cada domingo se concentran en el polémico cruce para mostrar su rechazo a la falta de soluciones a corto plazo. Tampoco el proyecto del tramo del anillo insular entre San Juan de la Rambla, La Guancha y Buen Paso, en Icod de los Vinos, plantea ninguna solución para este punto negro, pese a tratarse de un proyecto valorado en más de 175 millones de euros.
