Malos hábitos en la naturaleza: masiva presencia de coches en los barrancos de Tenerife

La Federación de Montañismo de Tenerife muestra su preocupación por la presencia masiva de vehículos en plena naturaleza | Lanza recomendaciones de buenas prácticas

Vehículos aparcados en el Barranco de Ortiz, en Arico.

Vehículos aparcados en el Barranco de Ortiz, en Arico. / J. A. M.

J. A. M.

Los malos hábitos en la naturaleza, como la masiva presencia de coches en los barrancos de Tenerife, causa preocupación entre los aficionados a la escalada. Enrique Fox, vocal de Escalada de la Federación Insular de Montañismo de Tenerife (FIMT), transmite «la máxima preocupación» por las situaciones que se vive en lugares singulares de las áreas altas y cumbres de Tenerife muchas convertidas en «zonas altamente tensionadas» por la presencia, actitud y actividad humana. Como ejemplo cita el Barranco de Ortiz, en Arico, «la zona de escalada más popular de las Islas Canarias», escriben los expertos.

Uno de ellos, Fox, asegura que el Barranco de Ortiz «es una de las escuelas de escalada deportiva más populares, ya que abarca un rango muy amplio que va desde el cuarto al octavo grado, dando juego a la gente que quiere iniciarse». Este vocal de la FIMT señala la masificación del entorno como una consecuencia. Y empieza a enumerar algunos de los «muchos problemas» que conlleva la presencia masiva en espacios naturales. El primer «comportamiento impropio» que rompe la armonía entre deporte y naturaleza es el ruido. Se presenta en forma de gritos, «a menudo»; o a través del «uso inadecuado de aparatos musicales». Además, es frecuente la presencia de «mascotas pululando por todas partes».

Coches

La «popularidad» del Barranco de Ortiz entre quienes practican escalada se constata con la presencia de «la gran cantidad de vehículos que se acercan al mismo cada fin de semana». Este hecho ocasiona «un impacto adverso y una presión sobre el medio desproporcionada». La descripción que de la situación hace Enrique Fox es elocuente: «Conductores buscando aparcamiento a toda costa y dañando la vegetación colindante, invadiendo la propiedad privada y alterando la convivencia con los vecinos. A ello añadimos faltas de respeto y consideración hacia los demás, como taponar la salida de los vehículos aparcados, teniendo el propietario que buscar por todo el barranco a la persona que ha aparcado mal desconsideradamente».

Pero hay un aspecto que eleva el nivel de preocupación: «El desconocimiento técnico, por no haber pasado por procesos formativos en un deporte de tan alto riesgo como la escalada, hace que la gente no sea capaz de ver los peligros potenciales». Fox explica que Arico es una escuela que tiene más de 30 años de historia y que está «en un proceso lento de reequipamiento».

Deterioro

Expone que los anclajes y, sobre todo, los descuelgues se deterioran y desgastan, pudiendo llegar a romperse. «El desconocimiento o la falta de ética hace que algunos escaladores no pongan su propio material en los descuelgues, pasando la cuerda directamente por la argolla, provocando que las sucesivas pasadas de cuerdas sucias cargadas de partículas de tierra aceleren el deterioro del material metálico».

Decálogo

Ante todo ello, la FIMT recomienda que los grupos accedan al barranco en un solo vehículo; no dejarlo ocupando la calzada, para no entorpecer el paso de los que utilizan los agricultores; no acampar en las huertas de propiedad privada; no obstaculizar a otros coches ya estacionados; no gritar, controlar a los perros y no poner música, porque el ruido perturba a la fauna y perjudica su reproducción; respetar la flora, da un rodeo pero no rompas las plantas; hacer las necesidades en los extremos, enterrarlas y llevarse el papel higiénico en una bolsa; si monta un top-rope (modalidad de escalada), poner un mosquetón de seguridad o dos cintas con sus mosquetones contrapesados y no pasar la cuerda directamente por la argolla; y utilizar un cepillo y limpiar ligeramente los cantos al bajar, el exceso de magnesio se está convirtiendo en un problema, concluye Fox.

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