El Ayuntamiento de El Tanque acaba de iniciar las gestiones administrativas para sacar a subasta pública el aprovechamiento forestal de 40.000 kilos de pinocha de pino canario que se acumula en el monte público del municipio. La alcaldesa, Esther Morales (PSOE), detalla que «en los próximos días las empresas interesadas podrán recurrir a la Plataforma de Contratación del Estado para analizar y presentar las correspondientes ofertas, con la finalidad de reducir la masa de posible combustible forestal y garantizar la limpieza del monte público, especialmente en las zonas más próximas a los núcleos poblacionales de la localidad, donde también ayudamos a reducir el riesgo de incendios».
En el pliego aprobado por el Consistorio tanquero se establece que esas 40 toneladas de pinocha deberán salir de una superficie de 241,35 hectáreas, propuestas por el Servicio Técnico de Planificación y Proyectos Forestales del Cabildo de Tenerife. Y además, se adjudicarán de forma unitaria, y no por lotes, «por cuestiones de operatividad» y para evitar «una pluralidad de contratistas».
La forma de adjudicación del aprovechamiento forestal será la subasta pública, en la que cualquier interesado podrá presentar una oferta. Para la valoración de las proposiciones y la determinación de la mejor oferta se atenderá a un único criterio de adjudicación: el mejor precio. Ganará el que más pague por esos 40.000 kilos de pinocha. El precio de salida es de apenas 120 euros y el ganador podrá trabajar en el monte hasta el próximo 31 de diciembre de 2022.
El precio de salida de la subasta es de apenas 120 euros
Los pinocheros profesionales que participan en estas subastas pujan por lotes como el que ahora ofrece el Ayuntamiento de El Tanque. Su objetivo es adquirir la pinocha para su venta posterior, un negocio cada vez más complicado y escaso. El Plan Anual de Aprovechamientos Forestales en los Montes Públicos, que elabora y aprueba del Cabildo, establece los lugares, las cantidades, el coste y las normas que hay que seguir en la recogida de este material forestal.
La regulación de la recogida de pinocha, a finales de los años 90 del siglo XX, se desarrolló con la intención de evitar abusos y de preservar el ecosistema del pinar, pues las acículas secas de los pinos canarios sirven como alimento y refugio de algunos animales, evitan la erosión del terreno y colaboran en el mantenimiento de la humedad y la fertilidad del suelo. Antiguamente, los agricultores y ganaderos canarios recogían de forma libre la pinocha de los montes para usos muy diversos, como la elaboración de abono, alimento y cama de animales.
