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Los vecinos de Tacoronte se unen para generar energía eléctrica limpia para autoconsumo

Con el apoyo del Ayuntamiento y del Cabildo, un grupo de tacoronteros impulsa la primera comunidad energética local de la isla de Tenerife, la segunda de Canarias

Los promotores de la Comunidad Energética Local de Tacoronte

Un grupo de 13 vecinos de Tacoronte se han unido para poner en marcha la primera comunidad energética local de la isla de Tenerife, y segunda de Canarias, con el objetivo de generar energía eléctrica para autoconsumo de una manera limpia y sostenible. En el inicio de este proceso, que aspira como ideal a «sumar a toda la población del municipio», han contado con el respaldo de la Concejalía de Medio ambiente y Sostenibilidad del Ayuntamiento de Tacoronte, que dirige Carmela Díaz Vilela (Sí se Puede), y la Oficina de las Energías Renovables del Área de Desarrollo Sostenible y Lucha contra el Cambio Climático del Cabildo de Tenerife.

El presidente de este colectivo es Andrés Hernández Lutzardo, y la secretaria es Miriam Elisabeth Díaz Cruz, quien detalla que esta propuesta surgió de las Jornadas Medioambientales de Tacoronte, «en las que se abordó el autoconsumo energético y el papel de las comunidades energéticas». Para empezar, la entidad cuenta con vecinos de diferentes zonas de Tacoronte, «desde la zona alta hasta la zona baja, aunque la idea es que se sumen muchas más personas de todos los rincones del municipio, ya que lo ideal sería llegar al cien por cien de la población, y también a colectivos y pequeñas empresas, para poner en marcha el máximo posible de proyectos de captación de energía solar fotovoltaica». Su plan no es poner en marcha una gran planta, sino ejecutar multitud de acciones dispersas que permitan a la población acceder a energías limpias cerca de sus domicilios.

Esta comunidad energética local que quedó constituida oficialmente el pasado 23 de diciembre de 2021, con la firma de trece personas. Se optó por el modelo de asociación frente al de cooperativa porque «requiere menos burocracia y simplifica mucho los trámites». Su objetivo: producir energía con fuentes renovables y adquirir un mayor control sobre el impacto del consumo de energía en el coste de sus facturas. Una cooperativa podría entrar en el mercado energético, pero una asociación no vende, simplemente comparte la energía que genera entre las personas asociadas.

Se trata de la primera comunidad energética local de Tenerife y la segunda de Canarias, después de la creada en La Palma, que se constituyó en marzo de este año por impulso de La Palma Renovable. «La ciudadanía de Tacoronte ha sido la auténtica protagonista de un proceso muy interesante, que no ha culminado, pero que encuentra en la firma y registro de la constitución de esta asociación un hito muy significativo, en un proceso profundamente participativo y democrático», subraya la concejala Carmela Díaz Vilela.

Por ahora, el Ayuntamiento de Tacoronte no formará parte de la Comunidad Energética Local para que «sea la propia ciudadanía, con el apoyo y asesoramiento tanto del propio ayuntamiento como de la Oficina de las Energías Renovables, los que lideren sus propias actuaciones y actividades», explica Vilela. En el futuro, el área de Medio Ambiente sí tiene previsto plantear al pleno que el Ayuntamiento sea miembro de pleno derecho de esta asociación.

Para el alcalde, José Daniel Díaz Armas (NC), esta iniciativa supone «un gran paso para potenciar la economía verde en Tacoronte, ya que la soberanía energética es uno de primeros pasos para empoderar a la ciudadanía, tanto para abandonar las energías fósiles como para proteger un territorio que genere riqueza a través de la energía en el entorno local». A su juicio, «es una gran noticia que sean los propios vecinos los que muestren conciencia ambiental para dar este primer paso en aras de un beneficio común».

¿Qué es una comunidad energética local?

Las comunidades energéticas locales son entidades jurídicas formadas por una agrupación de socios, que pueden ser personas físicas o colectivos, administraciones públicas y empresas, que «voluntariamente y con participación cooperativa, establecen entre sus objetivos la obtención de beneficios energéticos, sociales, medioambientales y económicos para los miembros de una comunidad o terceros». Lo que distingue a una comunidad energética de las empresas de energía comercial tradicionales es «su cercanía a las instalaciones de generación de energía, su preocupación por la comunidad y el respeto al medio ambiente; la participación abierta y voluntaria; la gobernanza democrática, y su autonomía e independencia, ya que deben estar controlada por los miembros o accionistas que son, a su vez, los usuarios finales».

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