Azota el viento en el mirador de El Baracán, junto al pico del mismo nombre. Es esta una parada obligada en el recorrido por la carretera TF-436, que serpentea a través del Macizo de Teno. A un lado, si las condiciones meteorológicas lo permiten, La Gomera y el barranco de Los Carrizales; al otro, una panorámica de varios núcleos de población, tierras de cultivo y, en el centro, como colándose entre otras montañas, El Teide. La mirada desde esta atalaya privilegiada es un ejemplo elocuente de los contrastes y del espectáculo natural que ofrece el Parque Rural de Teno. No sorprende, pues, que recientemente el Ilustre Colegio Oficial de Geólogos (ICOG) lo haya incluido en una lista de 20 maravillas naturales de España.

Teno, la maravilla geológica de Tenerife María Pisaca

La propuesta, elaborada a través de las delegaciones del ICOG, incluye el Parque Natural de Somiedo (Asturias), el Volcán Cerro Gordo (Ciudad Real), la playa de Las Catedrales (Lugo), el futuro Geoparque de Huellas de Dinosaurio (La Rioja), Peñalara y La Pedriza (Madrid) y el Flysch de Bizkaia, entre otros. Los representantes canarios son el Volcán Montaña de La Arena (La Oliva, Fuerteventura) y el Parque Rural de Teno. «El Macizo de Teno se encuentra en el extremo noroeste de la isla de Tenerife. Se trata de un estratovolcán en escudo. El macizo sufrió dos grandes colapsos de ladera que dieron lugar al acantilado de Los Gigantes y al valle de El Palmar», destaca la referida entidad. «Es una zona con grandes barrancos y vegetación. También se recomienda visitar lugares emblemáticos como el pueblo de Masca, Teno Alto o El Palmar», añade en su recomendación.

Teno, la maravilla geológica de Tenerife María Pisaca

Uno de los puntos óptimos para comenzar un recorrido por la amplia red de senderos con la que cuenta el lugar –en la actualidad existen trece– es el Centro de Visitantes Los Pedregales, que comparte sede con la Oficina de Gestión del Parque Rural de Teno. Se trata de un recinto que brinda información a través de folletos, códigos QR y, sobre todo, mediante el asesoramiento de los profesionales que desarrollan desde esta instalación una labor de informadores y educadores ambientales. La dimensión de este espacio, que abarca más de 8.000 hectáreas (80 millones de metros cuadrados), se pone de manifiesto en una pequeña pero clarificadora maqueta gris y beige.

Teno, la maravilla geológica de Tenerife María Pisaca

A continuación se podría subir al caserío de Teno Alto o bien tomar la carretera TF-436. Ángela García, técnico de Turismo del Ayuntamiento de Buenavista y responsable de la Oficina de Información Turística (OIT) del municipio, guía a este periódico por un territorio del que muestra un conocimiento enciclopédico. Tiene el Parque en la cabeza. A Teno Alto, acaso el núcleo de población más conocido del Parque Rural, se le unen El Palmar, Las Lagunetas, Las Portelas, Los Carrizales, Masca, Erjos y una parte de San José de Los Llanos. De toda esa superficie, casi el 70% corresponde al municipio de Buenavista del Norte, mientras que el resto es de Santiago del Teide, Los Silos y El Tanque, detalla García.

«Todo lo que verás en Teno es, en último término, producto de una dilatada historia geológica», recoge la guía rápida de Teno. Las estimaciones señalan que emergió hace siete millones de años y que, durante los cinco primeros millones de años, fue un islote aislado en el mar y con una gran actividad volcánica. «Más tarde la erosión desmoronó el trabajo de los volcanes, dando lugar a afiladísimas crestas y una densa y encajonada red de barrancos», expone el folleto anterior. Ese estratovolcán en escudo que es el Macizo ha sufrido un doble deslizamiento: hacia la zona de barrancos profundos de Los Carrizales y Masca –que están orientados hacia el Sur– y hacia el valle de El Palmar, según explica García, que también se detiene en la dorsal de Abeque, una suerte de «línea divisoria» que une Teno y el estratovolcán de El Teide y en la que coinciden alineados diferentes volcanes.

Mención aparte merece la biodiversidad. «Entre la costa y la cumbre se van sucediendo distintas comunidades de seres vivos, desde el estrecho y salado matorral costero hasta el umbrío monteverde», se señala en la información que ofrecen en el Centro de Visitantes. «Por el camino, aparece el tabaibal-cardonal y, en enclaves concretos, el singular bosque termófilo, como el sabinar de Teno Alto y el palmeral que da nombre al cercano barrio de El Palmar». En lo que a la fauna se refiere hay numerosos endemismos, como el escarabajo fausto y especies de insectos. Los caracoles terrestres, la babosa o el milpiés son otros invertebrados destacados. En cambio, el lagarto gigante moteado, emparentado con el lagarto gigante de El Hierro, sobresale entre los vertebrados. La paloma turqué y la rabiche, en la laurisilva, y el águila pescadora o guincho, el halcón de berbería, la pardela pichoneta y el petrel de Bulwer, más hacia la costa, cuentan también con un papel protagonista.

Los senderos del Parque Rural de Teno permiten descubrir toda esa riqueza natural y al mismo tiempo llevan por núcleos de población con encanto y un paisaje ligado a la agricultura y la ganadería. Y es que la forma de vida de la zona y su genuino patrimonio etnográfico son otros de los principales atributos. Todo ello gracias a quienes residen en los caseríos y cultivan las huertas. «Conocen y cuidan el territorio más que nadie, conscientes del tesoro que tienen entre sus manos», ensalza la información que entregan en el Parque.

«Esto no lo cambio por nada»

Un buen ejemplo de ese compromiso de los vecinos con la zona es el de Domingo Romero. Él lo tiene claro: «Esto no lo cambiaría por nada del mundo». El exterior de la casa de don Domingo, en El Palmar y cuyas puertas abre con hospitalidad, tiene el aroma a gofio que regala el molino que se encuentra justo enfrente. «Aquí la ventaja es la tranquilidad», expone este lugareño de 85 años y que durante casi 35 fue guarda forestal. «Lo más grande que tenemos es la naturaleza», defiende quien también ha sido un habilidoso artesano. Su familia tiene un vínculo inveterado con Teno; no en vano, sus padres y sus abuelos fueron durante dos siglos medianeros en la Finca Los Pedregales, donde hoy se levantan la Oficina de Gestión del Parque Rural de Teno y el Centro de Visitantes Los Pedregales.

En El Palmar se observa actividad. Una mirada al pasado demuestra una situación muy diferente. El folleto-resumen del Parque lo explica con claridad: «Hasta los años 70 del siglo XX, esta fue una zona de Tenerife prácticamente aislada. Pocas carreteras –o, en algunos casos, ninguna– comunicaban los caseríos entre sí y con el exterior. Por eso, mientras el resto de la Isla evolucionaba hacia un sistema económico basado en los servicios y la construcción, Teno fue quedando como un refugio de la cultura tradicional cada vez más singular y, por tanto, cada vez más valioso». Y prosigue la descripción: «Todo ello, en un marco natural con un interés incalculable. Como reconocimiento a estos valores y con la intención de preservarlos para las generaciones venideras, en el año 1994 Teno se incluyó en la Red Canaria de Espacios Naturales Protegidos, con la categoría de Parque Rural. Desde entonces, se viene trabajando para conservar este encuentro particular entre la naturaleza y la cultura, conservar todos sus recursos y promover actuaciones que mejoren el paisaje y la calidad de vida de la población local».

Ángeles García también pone el foco en el producto local del Macizo, con una oferta gastronómica a tener en cuenta tanto en restauración como en mercadillos del agricultor. Es el caso del queso de Teno Alto, las cebollas de El Carrizal o variedades de papas con tradición. Por otra parte, están algunos reconocimientos que avalan a este territorio, como es la declaración por parte de la Unión Europea como Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA). No se trata de la única distinción. Las aguas de la costa oeste de Tenerife, en una franja marina de unos 22 kilómetros de longitud entre la punta de El Fraile (Teno) y Punta Salema o de Rasca, en Las Galletas, tienen la calificación de lugar Patrimonio de Ballenas, el primero en todo el continente europeo. Ese reconocimiento lo otorgó en enero de este año la Alianza Mundial de Cetáceos.

Turismo y aventura

Mientras que desde el Parque Rural de Teno ofrecen visitas por este espacio, la Oficina de Información Turística de Buenavista del Norte también cuenta con rutas por el municipio. Otros puntos informativos son las oficinas turísticas del resto de municipios integrados en el Parque (Santiago del Teide, Los Silos y El Tanque), el Centro de Visitantes Los Pedregales y el Centro de Visitantes de Masca. La invitación de la guía rápida de Teno señala: «Si te gusta la aventura podrás disfrutar de deportes en el medio natural, como kayak de mar, buceo o senderismo. Otras opciones más tranquilas te invitan a acercarte a la historia y a las tradiciones, a los caseríos y sus gentes. Toda esta cultura está a tu disposición para que la disfrutes con los cinco sentidos: charla con los vecinos, detente a contemplar los paisajes, pasea por las calles y degusta los productos locales».

La Oficina de Gestión del Parque Rural de Teno y el Centro de Visitantes de Los Pedregales son dos de los equipamientos públicos de la zona. Otro es el Albergue de Bolico, en la finca homónima, cercana al barrio de Las Portelas y que brinda al huésped una estancia de sosiego y tranquilidad. Se une a los anteriores el espacio de acampada de Los Pedregales. Todo ello y más permite ser descubierto con más o menos detalle en función del tiempo del que disponga el visitante. Pero unas horas son suficientes para adquirir una idea general de este lugar con tantos atractivos. Una maravilla natural de Tenerife y España.